Deuda provincial: Córdoba, obligada a mejorar su propuesta a los acreedores
Obligada a mejorar su propuesta. Así podría resumirse la instancia en la que hoy está la renegociación de la deuda de la provincia de Córdoba, a 40 días de haber presentado la primera y, hasta ahora, única oferta de reestructuración. El gobierno de Juan Schiaretti inició la revisión de los pagos de tres bonos emitidos bajo ley extranjera (los PDCAR 2021, 2024 y 2027), cuyos vencimientos de capital suman 1.685 millones de dólares. Hasta ahora, pagó con normalidad.
La propuesta no contempla quitas de capital, pero sí pretende postergar dos años el gran vencimiento de 2021, por 729 millones de dólares, y pagarlo en cinco cuotas anuales a partir de 2023. Lo mismo con los otros dos bonos: se propone prorratear en cinco años las amortizaciones, concentradas hasta ahora en un año. En los intereses sí hay una reducción importante: la propuesta pretende un recorte del 80% en los primeros tres años. La tasa pactada –del 7,3% promedio– bajaría al 1% para estacionarse en el 5% de 2023 a 2029.
Lo cierto es que, según fuentes que participan de la negociación a las que accedió La Voz, el proceso viene muy complicado: “Se pusieron durísimos; no nos quieren dar ni lo que le dieron a Mendoza”. Oficialmente, el Gobierno sostuvo que “por el momento no hay novedades”.
Justamente, el espejo en el que ambas partes se miran es la provincia de Mendoza, que acaba de reestructurar un bono por 530 millones de dólares (PMY24), cuyo capital vencía en 2022, 2023 y 2024, de a tercios. A fines de junio, pidió tres años de gracia y bajar del 8,3% al 4% promedio la tasa de interés, con una ventana de no pago hasta noviembre de 2021. Tuvo que mejorar sustancialmente su propuesta y cerró, tres meses después, con una aceptación del 92%.
Si bien logró aplanar la curva de amortizaciones, deberá comenzar a pagar el capital en 2022 y terminará en 2029. Esto significa que, si bien logró duplicar la duración del bono, con pagos nominales menores, no le concedieron años de gracia, que es la gran pretensión de Córdoba. En cuanto a los intereses, Mendoza logró un cupón promedio del 5%: 2,75% desde septiembre de 2021; 4,25% en 2022 y 2023, y 5,75% desde 2024 hasta 2029. Córdoba pretende una quita más o menos parecida.
Una aclaración no menor: Mendoza hizo todo el proceso de negociación en estado de default, es decir, luego de haber entrado en cesación de pagos, cuando el 18 de junio no abonó la cuota de intereses de 25 millones de dólares del bono en discusión.
Otra aclaración importante es que Mendoza tenía sólo un bono en juego, cuando acá son tres. Y esa diferencia es sustancial.
El problema es que, según los trascendidos, los bonistas sostienen que la situación particular de Córdoba es más robusta que la de Mendoza y que hay capacidad de pago para mejorar la propuesta. En buen romance: quieren empezar a cobrar antes. El valor presente neto del bono reestructurado en Mendoza fue del 72,65%. En Córdoba, sin mejoras, es del 69%.
¿Al “default”?
En el gabinete local, están las opiniones divididas: por un lado, aparecen quienes creen que el empeoramiento de las condiciones macroeconómicas juega a favor y que los bonistas duros, con el correr de los días, se irán ablandando; por el otro, están quienes sostienen que la crisis cambiaria y demás no hará mella en la postura de los tenedores, porque la situación argentina es un limbo que no entienden.
De ese lado, surge una alternativa que hasta ahora jamás había estado en el diccionario de Juan Schiaretti: defaultear. Las versiones indican que hasta el gobernador sería partidario de incumplir con el vencimiento de intereses de diciembre: el 9 de ese mes vencen 25 millones de dólares del bono 2021.
Es lo que está haciendo el intendente Martín Llaryora en la Municipalidad de Córdoba : pagó un vencimiento de 5,9 millones de dólares en marzo, pero no pagó el de septiembre. Corren, hasta el jueves que viene, los 30 días de plazo para entrar técnicamente en cesación de pagos. Ese dato avala la hipótesis de que Schiaretti analiza la misma opción.
Conspira contra esa teoría la decisión provincial de pagar un servicio de 13,54 millones de dólares que vence el martes. Pero ese vencimiento corresponde al título CO26, que está bajo jurisdicción local y que todavía no está sometido a reestructuración.
Y está también la postura de un actor que es clave: la Nación. La estrategia de negociación de Martín Guzmán, entienden en Córdoba, incluye adoptar actitudes agresivas; léase, incumplir con algún vencimiento. Más cuando la falta de dólares para el pago de los servicios de deuda se acentúa.
El problema es que esa estrategia tiene un riesgo: rigen las cláusulas de cross default y de aceleración, lo que significa que los acreedores, si así lo deciden, pueden pedir dos cosas: una, el pago inmediato de todo el bono adeudado –en este caso, los 729 millones de dólares–; la otra, el pago de los otros bonos sometidos a reestructuración. Como por “efecto contagio”, presumen que si se incumple en un bono se incumplirá en otro, y que tienen derecho a pedir el pago.
Ni Mendoza ni la ciudad de Córdoba enfrentan una situación similar, porque se trata de un solo bono el incumplido. No pagar no tiene efectos colaterales. En la Provincia son tres, y por 1.785 millones de dólares.
Hay un salvoconducto: que los bonistas impidan que la sangre llegue al río y, aun incumpliendo, no activen las cláusulas de cross default, como ocurrió con la deuda nacional.
De 12 provincias que procuran un canje, sólo Mendoza pudo avanzar
Doce provincias argentinas están en proceso de renegociación de deuda. Pero, con excepción de Buenos Aires, ninguna tiene una situación tan compleja como la de Córdoba, que enfrenta un vencimiento de 729 millones de dólares en apenas siete meses.
El stock de todas las provincias bajo renegociación alcanza a 13.226 millones de dólares. El problema de fondo, acentuado cada día más, es que el país no cuenta con esos dólares para que las provincias cumplan con los servicios de deuda.
Por lo tanto, todas las jurisdicciones están urgidas a reestructurar los vencimientos, con una premisa común: ganar tiempo.
Hay cinco provincias que entraron en default selectivo: Buenos Aires, Entre Ríos, Río Negro, Neuquén y Mendoza, aunque esta acaba de cerrar su canje. Es la única que logró renegociar, aunque tuvo que ceder mucho en relación con sus pretensiones iniciales.
Neuquén, en tiempo de descuento, mejoró sustancialmente su oferta. Los bonos Ticade de esa provincia pagaban una tasa del 8,625%, con vencimiento en 2028. El Gobierno neuquino había propuesto una reducción de cupón al 1% en 2021 y una suba gradual, hasta finalizar con un 6,75% en el último tramo. Pero no cosechó adhesiones y ahora ofreció subir a 3% la tasa de interés por pagar en 2021, a 5% la de 2022 y a 7% desde 2023 hasta el vencimiento del título.
Al mismo tiempo, agregó el pago de un monto en efectivo equivalente a la suma de 33,40 dólares por cada mil del monto de capital pendiente para aquellos que adhieran a la propuesta.
Como a Córdoba, a todas las jurisdicciones les está resultando difícil llegar a un acuerdo. Se encuentran con bonistas que, lejos de haber morigerado su postura ante al agravamiento de la crisis local, están reacios a ceder.
Fuente: La Voz del Interior. La Voz del Interior