Diván 2.0: ahora se puede tratar la salud mental mediante el celular
Las empresas pretenden que sus empleados acudan a tratamientos de salud mental cuando sea necesario. Es por eso que ya comenzaron a trasladar esa posibilidad a un dispositivo al que cada uno de ellos tiene acceso: sus celulares.
En la búsqueda de reducir los costos que un procedimiento psicológico puede demandar, ya son varias las compañías que intentan incorporar aplicaciones móviles con el fin de ayudar a su personal a encontrar una respuesta psicoterapéutica.
Algunas aplicaciones, como PTSD Coach, recopilan información del teléfono del empleado, como su historial médico, para ofrecer una ayuda acorde a sus necesidades. Otras, como iCouch CBT, proveen un servicio de «terapia a distancia», en la que el usuario puede interactuar con un analista.
Una vez descargada la aplicación, el trabajador concede permiso para recibir recomendaciones de especialistas. Los empleadores no reciben información pormenorizada de cada uno de los usuarios, sino que tienen acceso a un panorama global de su personal.
Según un estudio del Centro de Depresión de la Universidad de Michigan, se calcula que las compañías pagan un costo de alrededor de 44.000 millones de dólares por la escasa productividad que ocasiona enfermedades de tipo psicológicas. De acuerdo a ese informe, un trabajador que sufre depresión equivale a 27 días perdidos de trabajo en una empresa.
No son pocos los detractores de la atención vía teléfono móvil, ya que sostienen que la privacidad del paciente se torna vulnerable. Por ejemplo, en caso de que pierdan el aparato o les hackeen el dispositivo, podrían revelarse sus datos médicos sin su consentimiento.
Pese al avance de las aplicaciones móviles, las empresas no dejan de incentivar los programas de asistencia personalizada a sus empleados. Esos programas, en general, se caracterizan por ofrecer sesiones de asesoramiento gratuito por teléfono, pero no resultan atractivos. Se calcula que sólo entre un 2% y un 5% acuden al servicio porque lo desconocen o lo sienten incómodo, de acuerdo a especialistas en Recursos Humanos.
«Por alguna razón, el uso de estos programas lo sienten como una molestia», señaló Lissa Minkin, directora de Recursos Humanos de la firma financiera Addepar, que cuenta con alrededor de 200 empleados. Hace algunos días, Addepar adquirió Ginger.io, una aplicación que realiza un seguimiento del comportamiento de su personal y los vincula con especialistas de la salud para orientar su tratamiento. Por ejemplo, la app puede llegar a alertar a los psicólogos cuando un usuario no envía un mensaje después de un tiempo o permanece en la casa más de la cuenta; señales potenciales de un incremento en su ansiedad. El coach, mediante un mensaje de texto, le recomienda seguir determinados ejercicios que tienen como objetivo reducir su estrés.
Pese a aparentar ser una app invasiva, Ginger.io opera con el permiso del usuario y no tiene acceso al contenido de sus mensajes o a su ubicación exacta. Cerca de cincuenta empleados de la compañía se sumaron desde que lanzaron la aplicación y ninguno de ellos se siente invadido, según indicó Minkin. «Una aplicación móvil implica una solución más inmediata para nuestros empleados, porque ellos siempre tienen el teléfono encima», agregó.
Por su parte, la empresa de telecomunicaciones Sprint Corporation ofrece un servicio similar a más de 42 mil empleados en conjunto con la compañía Castling Health, que desarrolló una aplicación de salud mental. El programa tiene en cuenta sus últimas interacciones y búsquedas dentro de la app para detectar un posible riesgo y dirigirlos a que reciban la atención adecuada.
El algoritmo funciona en base al historial del usuario: aquellos que padecen una angustia crónica vinculada a la depresión o ansiedad, ven en sus pantallas un mensaje que les pregunta: «¿Se siente abrumado?». Al hacer el clic en el mensaje, se los conduce a un cuestionario sobre su estado de ánimo y a una serie de recomendaciones para su tratamiento, un programa de terapia en línea e información adicional.
Tanto Ginger.io como Castlight le cobran a las empresas unos pocos dólares al mes por cada usuario, a los que normalmente se les ofrece el servicio en forma gratuita, a pesar de que llegado el caso deban cubrir los gastos de ciertas terapias.
Las dos compañías proveedoras utilizan la base de datos con información recopilada de sus usuarios para demostrarles a los empleadores cuán necesarias pueden ser herramientas de ese tipo. Aunque ambas aseguran que no comparten confidencias de cada uno de los trabajadores que utilizan sus aplicaciones.
Pese a que los tratamientos vía mensaje de texto puedan resultar efectivos, es factible que determinados pacientes deban complementarlos con visitas al consultorio de un psicólogo. Por eso, ComPsych, la proveedora de servicios de asistencia más grande de EEUU, se encuentra desarrollando tecnología de realidad virtual, en la que se simula una sesión terapéutica.
Por último, el estudio de animación Laika LCC, comenzó a ofrecer a sus empleados Talkspace, una aplicación de terapia virtual. El software conecta a usuarios con analistas y permite la interacción en forma privada, ya sea a través de texto, audio o videochat.
Fuente: Infobae. http://www.infobae.com/salud/2016/07/24/divan-2-0-ahora-se-puede-tratar-la-salud-mental-mediante-el-celular/