El dólar de transición estanca venta y consumos
Tras una devaluación del 21,28% entre la cotización del dólar previo a las elecciones Paso y el valor de cierre del viernes pasado, la actividad económica comienza a asimilar el nuevo escenario cuyas consecuencias de mayor intensidad, coinciden economistas, se verificarán en los próximos 30 días.
Todo indica que los 57 pesos por dólar, un valor “recontra alto”, se mantendrán un tiempo. El objetivo del nuevo ministro de Hacienda, Hernán Lacunza, es llegar hasta las elecciones de octubre con ese precio clave para un país “dólar dependiente” como Argentina.
Un dato abona la idea de que la moneda norteamericana se quedará por ahora en ese lugar. Comenzó a frenarse la caída de reservas y el Banco Central no tuvo necesidad de volcar tantos billetes en el mercado spot.
Cómo asimilaron los distintos sectores de la actividad cordobesa estos movimientos y qué impacto tiene para las próximas semanas. La Voz consultó a referentes de cinco rubros para intentar armar el rompecabezas del nuevo dólar.
El consumo, escondido detrás de los salarios
Uno de los campos de batalla de la economía cotidiana es el supermercado. El nuevo escenario a partir de la devaluación pegó de llenó en la conformación de los precios, con aumentos que oscilan entre el 10 y el 20 por ciento.
El nivel de remarcación tiene que ver directamente con el tipo de producto. No es igual una lata de atún o un paquete de café, ambos productos de origen importado y que, por lo tanto, cotizan en dólares, que el arroz, una commodity también con valor internacional, pero producido y procesado en la Argentina.
Tampoco es igual un alimento enlatado que otro cuyo envoltorio es una bolsa plástica. Ambos aumentaron, pero en diferente proporción.
Víctor Palpacelli, presidente de la Cámara de Supermercados de Córdoba, comentó que la eliminación del IVA en la canasta básica de alimentos tiene por el momento un resultado parcial.
“Puede ser que la gente lleve algo más, pero el fondo es que no hay plata en los bolsillos, por lo tanto no existe un impacto que cambie la situación”, explicó.
La entidad le pidió al ministro de Producción y Trabajo, Dante Sica, que se precise cuáles son los alimentos que dentro de una misma categoría están con el IVA suspendido hasta diciembre y si hay excepciones a ese criterio.
En el pan, por ejemplo, se observan varias especialidades. Francés y mignon concentran la demanda, pero los lactales o tipo casero que elaboran grandes industrias, ¿cómo quedan frente a la desgravación transitoria?
“Con los arroces sucede algo similar”, dijo Palpacelli. El dirigente consignó que ahora la expectativa está puesta en cómo arranca septiembre, una vez que las familias hayan cobrado los salarios de agosto.
El impacto industrial está por verse
Marcelo Uribarri, presidente de la Unión Industrial de Córdoba (UIC), comentó que la entidad evaluará el lunes la situación emergente del nuevo valor del dólar. “Hasta el momento no vemos grandes cambios, pero queremos analizarlo sector por sector”, explicó.
Para los tiempos industriales, todavía han pasado pocos días como para recoger un impacto directo. “En los ánimos hay un poco más de tranquilidad, pero es difícil ver una recuperación en el nivel de actividad”, explicó.
La industria viene sacudida por continuas bajas interanuales de actividad. Con agosto, se acumularon 16 meses consecutivos de caída, luego del “veranito” producido de marzo de 2017 a igual mes de 2018, donde se verificó una tenue recuperación precedida de otras caídas en un sendero que comenzó en 2011.
¿Este dólar le sirve a la industria pyme? El dirigente consideró que ayuda a quienes atienden algún mercado de exportación, pero no hay datos sobre el impacto que pueda tener para aquellas fábricas que comparten el mercado interno con productos importados y que podrían encontrar alguna ventaja con la barrera natural que implican precios más caros en los productos del exterior.
Autos: oportunidad para el que los tiene
Otro sector que viene ostensiblemente castigado por la crisis es el de la venta de vehículos cero kilómetro. De 60.108 unidades patentadas en enero, en febrero y marzo se produjo una caída de 20 mil. Entre abril y junio las ventas se situaron en aproximadamente 36 mil. En julio, con los incentivos oficiales, subieron a poco menos de 50 mil.
“Pero ahora en agosto lo más probable es que se sitúan en 41 mil a 42 mil por el golpe que significó la devaluación”, comentó Sebastián Parra, de la concesionaria homónima y dirigente sectorial.
En promedio, las terminales automotrices aplicaron aumentos del 12 por ciento, aunque cada una mantiene incentivos de distinta característica para sostener la venta. “En los últimos días ha vuelto el cliente que tiene dólares ahorrados y quiere aprovechar la ventaja que obtuvo o que viene con un usado y dinero para pagar la diferencia y llevarse un cero kilómetro”, explicó.
En tanto, Ariel Ruiz, presidente de la Cámara de Comercio Automotor de Córdoba, reconoció que en plena crisis las ventas se paralizaron casi por completo. Con la nueva referencia del dólar la rueda comenzó a girar lentamente.
“Los usados tuvieron una leve variación de precios, pero creo que cuando esto quede estabilizado van a acompañar la suba ya producida en los cero kilómetro porque esta referencia es ineludible”, comentó.
Los departamentos bajaron en “verdes” y subieron en pesos
A nivel inmobiliario, el nuevo dólar a 57 pesos impactó de distinta manera en el precio de las propiedades y produjo el rebalanceo que ocurre en cada devaluación. En el caso de los departamentos nuevos, las unidades bajaron a valor dólar, es decir, para el cliente que acude con esa divisa a cerrar una operación.
Pero en cambio subieron su precio en pesos, no obstante lo cual, el sector procura aprovechar la volatilidad financiera de inversores que entendieron que sus plazos fijos perdieron terreno frente a la escalada del dólar.
Lucas Salim (Proaco) y Martín Teicher (Grupo Elyon) coincidieron en que existe una marcada actitud por parte del inversor a proteger sus ahorros con activos que mitiguen la incertidumbre política.
“En nuestro caso, pudimos cerrar algunas ventas a partir de que el dólar volvió a tener un valor estable, con un perfil de cliente que es netamente de inversión”, comentó Teicher.
Para Salim, la caída de los inmuebles en dólares se situó entre el 15 y 20 por ciento en la industria desarrollista. En el caso de la oferta particular existe una resistencia mayor a retraer precios, lo cual motiva un estancamiento en las operaciones, dijo.
El mercado también aprovecha la coyuntura para ofrecer unidades con descuento. “La condición para aprovechar esa ventaja es que las operaciones se cierren de contado”, explicó.
La otra punta de la actividad desarrollista pasa por los proveedores. Allí el escenario depende de las condiciones de la economía pero también del vínculo individual con quienes abastecen materiales para la construcción.
Teicher dijo que por las compras ya pactadas hasta el viernes previo a las elecciones Paso primó el respeto a los precios vigentes en ese momento. Luego aparecieron algunas correcciones. “El caso más notable es el del aluminio que subió a la par del dólar”, dijo.
Salim comentó que algunos insumos vinculados con el dólar desaparecieron unos días de la oferta y ahora retornaron con precio nuevo. “Fue algo que no termino de digerir porque podrían haber entregado mercadería a sus clientes habituales y luego comunicar el precio”, agregó.
El campo desensilla hasta que aclare
Para el campo, único motor en funcionamiento que le queda a la economía para traer dólares genuinos, la devaluación impulsó una licuación de la retención fija de cuatro pesos por dólar. Hasta el viernes pre-Paso, ese impuesto implicaba 8,5 por ciento de la divisa, en la actualidad pesa el siete por ciento.
Sin embargo, lejos de ser un motivo para regenerar las expectativas, los mensajes que llegaron desde la política, en particular por boca de Felipe Solá, mano derecha de Alberto Fernández en temas agropecuarios, melló el estado de ánimo de los productores.
“La incertidumbre para el mercado agropecuario es perniciosa”, resumió Luis Magliano, titular de la Sociedad Rural de Jesús María.
En los acopios se advierte una disminución en las entregas de maíz, en parte por ese motivo político aunque también impacta el bajo precio del grano.
Esta actitud puede prevalecer hasta las elecciones de octubre, explicó el dirigente ruralista. “No parece que vaya a producirse una avalancha de ventas y quien tenga las dos cosas, venderá soja y guardará el maíz por una cuestión de precios”.
En el caso de la carne, la devaluación pegó levemente en los precios. Se estima un cinco por ciento promedio. Pero Magliano no descartó una baja ya que apareció más hacienda en oferta.
Por el lado de los costos, con el nuevo dólar, en zonas donde está pendiente la trilla de maíz algunos presupuestos de servicios verificaron variaciones o renegociaciones, no sin tensión entre las partes.
El congelamiento en el precio de los combustibles, en tanto, ayudó a descomprimir la presión sobre una parte de los insumos.
Fuente: La Voz del Interior. La Voz del Interior