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El Efecto Dual de las Elecciones Legislativas

Siempre que emerge un proceso electoral de índole legislativo, se apela una falsa lógica de ganadores vs perdedores, que en más de una ocasión la dinámica de la vida legislativa muestra una cara que sorprende a más de uno. ¿Por qué? Porque las razones invisibles de la construcción del poder caminan en paralelo pero a velocidades distintas entre las expectativas políticas por un lado y las ciudadanas por otro.

Por ello, considerando el caso de la provincia de Córdoba, la propuesta de esta reflexión obedece a ensayar tres hipótesis de resultados posibles a partir de estudios preelectorales de opinión pública y  de ahí esgrimir una serie de argumentaciones que propicien fortalezas argumentales en las razones de participar en elecciones, a saber:

Hipótesis 1: Juntos por el Cambio 52%, Hacemos por Córdoba 27%, Frente de Todos 9%.

Hipótesis 2: Juntos por el Cambio 56%, Hacemos por Córdoba 30%, Frente de Todos 7%.

Hipótesis 3: Juntos por el Cambio 56%, Hacemos por Córdoba 24%, Frente de Todos 7%, Otro 6%.

Recordemos que el efecto mecánico, ese que establece la regla escrita de la distribución de las bancas se ofrece para la Cámara de Senadores, que el total de las bancas a distribuir son tres, donde la primera minoría obtiene dos bancas y la segunda minoría obtiene una banca. El resto de los candidatos y sus respectivos votos quedan afuera de la discusión. Se apela a las “mayorías” en sus preferencias y donde un voto más, el “premio” es superlativo/sobrevaluado.

Ergo, en cualquiera de las tres hipótesis up supra mencionadas, las resultantes se encuadran en 2 bancas para Juntos para el Cambio y 1 banca para Hacemos por Córdoba.

Pero la vedette es la Cámara de Diputados, donde son 9 bancas que se distribuyen por sistema D´hont, que implica un cociente entre los votos obtenidos y cada una de las bancas. Esto es se calculan XXX votos dividido por 1, por 2 … hasta 9 que es el divisor máximo. Luego se ordenan los cocientes de mayor a menor y se asignan las bancan de acuerdo a esas resultantes.

Entonces, volviendo a nuestras hipótesis y a los fines de ayudar a nuestro lector a comprender de manera más simple este complejo sistema de distribución de poder; cuando tenemos varias fuerzas políticas en la contienda y con aspiraciones reales, se sugiere obtener el cociente de la banca número 9 como indicador base, mínimo y piso para entrar en la discusión de un escaño.

De nuevo, si aplicamos la regla mecánica matemática, nos indicaría que aquella fuerza que no obtenga un 6% del total de los votos positivos, se quedaría afuera del reparto. En nuestros ejemplos, las resultantes variarían: Juntos por el Cambio 5 o 6 bancas, Hacemos por Córdoba 3 bancas, Frente de Todos 1 o 0 bancas.

En consencuencia:

  • La elasticidad de la distribución de escaños está sujeta a un incremento de la participación electoral entre las PASO y la General, siempre y cuando sean votos a fuerzas políticas y no a expresiones de abstenciones o manifestaciones emocionales de tinte negativo.
  • Si uno considera que esta elección se está discutiendo la oferta electoral de voces parlamentarias a nivel nacional; todo indica que prácticamente 9 de cada 10 electores cordobeses se oponen a la propuesta del gobierno nacional. Diríamos que es un gran arco opositor distinguido por sutilezas discursivas, que disputan en los bordes de sobrelapamiento de las preferencias.
  • En materia de efectos ciudadanos, puede ocurrir que exista una excitación exitosa de los ciudadanos que se sientan ganadores y que también sientan una sensación de duda / enojo / frustración por la resultante final porque se interpelará cuáles son las razones por las que si la primera minoría y segunda está casi dobladas en su totalidad, los escaños no se corresponden. Sencillamente porque es un sistema de contrapesos que garantiza la justicia de preferencias de las minorías.
  • En materia de efectos políticos, en muchas ocasiones y este es un claro ejemplo donde muchos dirigentes manifiestan abiertamente sentirse contentos con el apoyo obtenido, y Ud podrá preguntarse cómo puede ser si 6 de cada 10 le dijeron que no a su propuesta. Y ahí está el silencioso juego del poder, que funciona en segundo plano, que indica que el objetivo político y electoral es el esperado y que ganar a cualquier precio en muchas ocasiones (en la mayoría de este tipo de elecciones) es muy ambicioso y no real, ya que también hay variables externas incontrolables, que tienen un rol y peso específico muy fuerte como por ejemplo: el contexto.

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Lic. Jorge Borgognoni

Lic en Ciencia Política. Doctorando en Política y Gobierno. Consultor Político