El Banco Central subió la tasa: ya llega a 78%
El rendimiento se replica para los plazos fijo hasta $10 millones. La autoridad monetaria debe cumplir con el objetivo de mantener rendimientos positivos tal como marca el acuerdo con el FMI.
Banco Central de la República Argentina elevó tres puntos la tasa de interés a 78%, en respuesta al nuevo salto inflacionario de febrero y para cumplir con el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
De esta forma la remuneración para plazos fijo hasta $ 10 millones también se elevó a 78% nominal para personas humanas y se fijó en 69,5% para el resto de las colocaciones.
El aumento de la tasa de interés busca retener los depósitos bancarios evitando una salida hacia el dólar, pero además encarece el crédito y enfría la economía lo que apunta a morigerar la suba de precios.
“El BCRA continuará monitoreando la evolución del nivel general de precios, la dinámica del mercado de cambios y de los agregados monetarios a los efectos de calibrar su política de tasas”, señaló la entidad en un comunicado.
La última modificación de la política monetaria se había producido el 15 de septiembre de 2022, cuando en ese momento ajustó de 69,5% a 75%, luego de que la inflación en agosto alcanzara un pico de 7%.
Este nuevo incremento se produce luego de un salto en el Índice de Precios al Consumidor (IPC) de 6,6%, pero con componentes internos muy delicados.
Durante los seis meses de estabilidad en la tasa de interés en el 75%, el Banco Central encontró apoyatura en cierta estabilidad de lo que se denomina “inflación núcleo”, que permanecía con mediana estabilidad en la zona de 5%/5,5%. Pero en febrero esta indicador sufrió un brusco salto hasta 7,7%, que no le dejó margen a la autoridad monetaria para evitar la nueva suba.
Por otra parte, el texto del acuerdo con el FMI que fue aprobado por el staff técnico el último lunes precisa que el Banco Central se compromete a mantener una tasa de interés real positiva, lo que quiere decir que debe ser superior a la inflación.
Asimismo, procurará atenuar la pérdida de reservas, que este jueves fue de U$S 96 millones. De esta forma en marzo el BCRA cedió U$S 736 millones y en lo que va del año perdió U$S 1.792 millones.
Esta dinámica obligó a la Argentina y al FMI a renegociar las metas de reservas comprometidas para el año. La rebaja será de unos U$S 2.000 millones, concentrada en el primer trimestre. Los números definitivos se conocerán cuando el Directorio del organismo apruebe las modificaciones.
En medio de este contexto y del cimbronazo financiero internacional, el dólar “Blue” subió $ 6 hasta $ 383. Por su parte, el dólar MEP avanza 1,4% a $ 388,61 y el Contado con Liquidación 0,8% a $ 400,29. La devaluación del oficial fue de 0,21% y se ubicó en $ 210,06.
ALIVIO INTERNACIONAL
En el plano internacional la situación mostró cierto alivio luego de conocerse que el gobierno de Suiza accederá a otorgarle un préstamo de U$S 54.000 millones a Credit Swiss para evitar el colapso.
Las acciones del banco recuperaron 40% del valor cedido y de esta forma cedió la tensión en el sistema financiero.
No obstante, el Banco Central europeo subió la tasa de interés hasta un rango de entre 3%-3,75% pese a los riesgos de la medida.
Los analistas consideran que la velocidad en que se ajustó la tasa de interés tanto en Estados Unidos como en Europa es una de las principales causas del derrumbe de los bancos por la forma en que están calzados sus depósitos.
El dato alentador para la Argentina es que un reporte de la agencia calificadora Moody’s sostuvo que el riesgo de contagio para las instituciones financieras de América Latina es muy limitado porque tienen una muy baja exposición a los bancos que se han visto afectados.
Según el informe, los bancos tienen un acceso constante a depósitos como fuente de financiamiento, ya que dependen de los mercados institucionales locales, en lugar de los internacionales, lo que reduce su exposición a quedarse sin efectivo. Además, la limitada sofisticación de los mercados financieros locales y las altas tasas de interés, en general, también han respaldado la estabilidad de los depósitos como fuente de financiamiento.