Policiales

Elecciones: se ponen en juego más de 300 cargos nacionales en Córdoba

A pesar de las formalidades, no son sólo nueve bancas en la Cámara baja lo que se pondrá en juego el próximo 27 de octubre. Entre 300 y 400 cargos políticos se definirán a la par de la elección nacional y eso mantiene inquietos a los actores provinciales cuya suerte estará atada a lo que suceda en la contienda presidencial. Con los resultados de las primarias sobre la mesa y las proyecciones que surgen de los números que se manejan en las oficinas de campaña, los diferentes actores que se apoyan en la candidatura de Alberto Fernández mantienen, por estas horas, altas expectativas respecto a su futuro.

Las oficinas que se ocupan con cargos políticos no son pocas, y tampoco tienen poca gente a su cargo. La Anses, la Afip, el Correo Argentino, el Pami, Fadea, el Banco Nación, las dependencias de Fabricaciones Militares (Río Tercero y Villa María), y las delegaciones locales de (lo que queda) los Ministerios del Gabinete Nacional son algunas de las reparticiones en las que los listados de aspirantes se superponen en cada una de las reuniones.

En caso de que Alberto Fernández se imponga en las elecciones, también habrá que pensar nuevas direcciones para las oficinas cordobesas de la Subsecretaría de Agricultura Familiar, la Anmat, el Inti, el Inta, el Inadi, el Senasa y Radio Nacional, entre otras decenas de oficinas distribuidas por el territorio provincial, aunque fuertemente concentradas en la Capital.

El peronismo va por todo

La mayoría de los dirigentes coincide en que las posibilidades en lo que respecta a los cargos políticos dependerán, en gran parte, del armado nacional que pueda componerse en un potencial nuevo gobierno. “Para los que venimos abajo, no es lo mismo un ministro que venga de la militancia peronista que uno que pertenezca a La Cámpora”, dijo un dirigente de Hacemos por Córdoba que apoya a Alberto Fernández consultado al respecto por La Nueva Mañana. En ese sentido, la disputa que puede llegar a abrirse a nivel nacional en materia de composición ministerial también es observada desde la Provincia.

Precisamente es el peronismo el territorio en disputa. De analizar los nombres que forman parte de la Comisión de Transición Municipal y los que suenan para integrar el gabinete de Llaryora, se deduce que la renovación del PJ provincial tendrá su base en el Palacio 6 de Julio. Schiaretti negociará entre sus hombres y mujeres más cercanos el armado de su tercer gobierno, pero no se avizoran grandes cambios en el horizonte, aunque sí algún que otro movimiento de fichas obligado por los cargos a ocupar y las negociaciones con la administración capitalina ¿y la nacional?.

Sobre ese terreno se apoya la otra pata del peronismo cordobés: el delasotismo. Mirar la foto de quienes apoyan abiertamente el corte de boleta a favor de Fernández arroja nombres históricamente ligados al tres veces gobernador de la Provincia. De hecho, el vínculo con el massismo y con el propio Alberto Fernández se sostiene en la imagen de De la Sota, elevada como un estandarte de la “unidad del peronismo” a partir de sus explícitos últimos movimientos políticos. Por estructura territorial y peso específico en el armado nacional, no son pocos quienes leen que una buena parte de la representación nacional en Córdoba se recostará sobre ese sector del PJ mediterráneo.

El kirchnerismo, expectante

Por un andarivel paralelo andan los integrantes del armado oficial del Frente de Todos en la provincia. Con poco peso territorial, prácticamente sin estructura fuera de la capital, pero con una buena base de referencia en el electorado que se reconoce kirchnerista, pero marca sus diferencias con el peronismo, sobre todo con el cordobés, su suerte parece estar librada a las referencias nacionales que puedan ocupar un eventual nuevo gabinete. La dirigente que mayor incidencia parece tener en la manera en que esa nueva estructura pueda “espejarse” provincialmente es Gabriela Estevez, referente de La Cámpora, la fuerza política que mayor llegada tiene a “la mesa chica” del Frente de Todos, por fuera del peronismo más clásico.

Desde esos márgenes del PJ tradicional también se van abriendo espacios otras referencias que pujarán por ocupar lugares. Una de ellas se encuentra en el partido fundado por el propio Alberto Fernández, que se llama ParTE. Tiene como referente cordobés al ex legislador Enrique Asbert y recientemente sumó al concejal capitalino Marcelo Pascual. El Movimiento Evita, que tiene a Fernando “Chino” Navarro como uno de los laderos más cercanos al armado del albertismo en el interior, es otro sector que se meterá de lleno en la disputa. Además, también hay armados locales que, sin referencias nacionales, buscan hacer valer su peso específico en el territorio. Tal vez sea la fuerza política que conduce Olga Riutort la mejor referencia de ese espectro dirigencial.

¿Cómo fue en el 2015?

En el año 2015, la transición no fue rápida. Las oficinas se fueron ocupando lentamente y, en algunos casos, los referentes del kirchnerismo se mantuvieron a cargo de las dependencias nacionales hasta cerca de la mitad de la gestión de Mauricio Macri.

Que no haya sido rápido no disminuye el impacto que la gestión provocó en la masa de trabajadores. Con el cambio de gestión, y enmarcado en decisiones “que vinieron desde arriba”, Córdoba también tuvo su ola de despidos. En la mayoría de los casos, contratos precarios que fueron dados de baja de un día para otro y trabajadores de planta permanente que fueron despedidos sin argumentos, cuyas causas políticas se buscaron disfrazar y derivaron en juicios actualmente en trámite.

El vocero de ATE-Córdoba, Daniel Pablochuk, advierte que “si bien los despidos no tuvieron los niveles y los impactos que se vieron a nivel nacional, hubo muchos en Córdoba desde el 2016 hasta hace poco nada más, cuando tuvimos el último gran conflicto con los 151 despedidos de Fabricaciones Militares”.

“Este gobierno ha sido un desastre”

Ante un eventual cambio de gobierno desde el gremialismo entienden que se pueden abrir nuevas expectativas respecto a una mejora de la situación, aunque asumen que “será difícil porque a nivel económico e industrial este Gobierno ha sido un desastre”. La destrucción del empleo y las posibilidades de producir desde las empresas del Estado aparecen como dos causas a resolver de modo urgente si es que se pueden albergar expectativas positivas en torno a los pedidos de reincorporación (judicial y gremialmente) que se sostienen para los cientos de trabajadores nacionales despedidos en Córdoba durante los últimos cuatro años.

El éxodo

En la punta opuesta de la polarización electoral está el armado de Juntos por el Cambio. Con las proyecciones electorales que lo dejan a punto de perder una banca en el Congreso nacional y con derrotas consumadas el 12 de mayo que le hicieron perder 6 bancas en la Legislatura y 5 en el Concejo Deliberante capitalino, el horizonte no se vislumbra alentador.

Más allá de lo que suceda con la elección a nivel nacional, la estructura pura del radicalismo cordobés deberá afrontar el cimbronazo que representará la pérdida de la Intendencia de la capital. Desde hace tiempo ya, circulan versiones indican que una gran parte de la representación del partido centenario que actualmente desarrolla sus actividades en las diferentes dependencias del Palacio 6 de Julio tiene un destino asegurado en la Universidad Nacional de Córdoba (UNC).

Entre los funcionarios mestristas, sobre todo entre los denominados mandos medios de la Municipalidad, no son pocos los que han proyectado su carrera política desde la militancia universitaria. La semana pasada, de hecho, la radical Franja Morada (también en alianza con el PRO) retuvo la conducción de la Federación Universitaria de Córdoba (FUC) revalidando un poderío histórico en la UNC.

Un desembarco en medio de una dura crisis en la UNC

Desde la oposición dispersa por Ciudad Universitaria saben que el desembarco es inminente y aseguran que la gestión de Hugo Juri viene preparando el terreno, incluso, desde el proceso que derivó en las elecciones rectorales. Durante la campaña previa a la primera experiencia de voto directo en la universidad, los principales candidatos que se enfrentaron a Juri y Yanzi Ferreira advertían abiertamente sobre la existencia de esa posibilidad.

El único inconveniente parece estar en los montos que se deberían afrontar de parte de las administraciones decanales y el propio Rectorado para “recibir” a los funcionarios desempleados desde el 10 de diciembre. Semanas atrás, este diario puso en conocimiento la difícil situación de las altas casas de estudios de todo el país, que no parece tener una solución inmediata si el Presupuesto nacional a ejecutarse es el elevado al Congreso por la actual gestión. Cuando el Ejecutivo presentó las partidas correspondientes a la Secretaría de Políticas Universitarias, que asciende a una cifra aproximada de 195 mil millones de pesos, desde el Consejo Interuniversitario Nacional (CIN) advirtieron que lo que allí se plasma, representa casi 53 mil millones de pesos menos del estimativo básico demandado por los rectores. Si bien eso podría modificarse en caso de que el Frente de Todos se imponga en las elecciones generales, el panorama continuará siendo complicado, algo que puede condicionar la llegada de algunos “refuerzos” desde el Palacio 6 de Julio.

Fuente: La Mañana. La Mañana