Empleo: en pandemia perdió el privado, pero el Estado mantuvo puestos y salarios
Al final, pasó la pandemia y el Estado ni se inmutó. Hoy, el tamaño de la administración provincial, sus entes autárquicos y los 427 municipios cordobeses es exactamente el mismo que registraba en diciembre de 2019, antes de la pandemia.
Hay movimientos internos: un poco más de personal en Salud, algo menos en la Justicia y en el Banco de Córdoba, unas cuantas autoridades más en el Ejecutivo provincial. Pero la cuenta global indica que este año hay 192.633 cordobeses activos que dependen directamente del Estado provincial y de los municipios. En diciembre de 2019 eran 192.879.
La buena noticia podría ser que cortó la inercia empleadora, al menos en el total. Hace 10 años, había 182.200 cordobeses en esa cuenta y hace 20 años eran 134.282. O sea que entre 2001 y 2021 el tamaño del sector público cordobés aumentó 43%. Es innegable que en los últimos años, especialmente en la gestión de Juan Schiaretti, se moderó la pulsión pública por crear empleos. La razón es lineal: la ciudadanía ya no tolera estados cada vez más gigantescos.
Pero la mala noticia aparece cuando se compara esa situación con lo que pasó en el sector privado, tanto formal como informal: ahí sí que la pandemia tuvo un efecto demoledor. Se llegaron a perder, en el momento más duro de la cuarentena, 3,5 millones de puestos de trabajo en el país: el 80% fueron empleos informales.
La doble indemnización y la prohibición de despedir actuaron en parte como contención del empleo en blanco. Buena parte de los trabajos informales ya se recuperaron, siempre bajo esa condición. Pero los que no lograron aún recomponerse son los trabajadores registrados.
El sector privado en blanco tiene hoy 5,89 millones de trabajadores y está todavía 70 mil puestos por debajo de la prepandemia. La consultora Econviews remarca que, si bien en agosto se crearon 8.900 puestos nuevos -”cifra nada despreciable”, señala-, aun logrando mantener ese ritmo, recién en abril de 2022 podría el sector privado recuperar lo perdido.
“De todos modos, la comparación es contra niveles muy bajos, producto de la crisis que comenzó en 2018. Si comparamos con el promedio entre 2015 y 2018, el sector privado perdió más de 300 mil empleos formales, esto es casi el 5% de su stock”, indica el economista Andrés Borenstein, de Econviews.
El Gobierno nacional remarca que, en la cuenta global, el empleo está mejor que antes de la prepandemia. Y es cierto: en comparación con febrero de 2020 se incrementó en unos 80 mil. Pero la composición cambió: hay menos registrados, más independientes, 84 mil nuevos monotributistas (se infiere que son los que perdieron su empleo en el sector privado), 29 mil monotributistas sociales (los de bajísimos ingresos) y más empleo público.
“La recuperación no es lo que parece: lo que perdió el sector privado lo ganó el sector público”, remarca Econviews en su informe semanal. A nivel país, hay 85 mil puestos adicionales creados en el sector público respecto de febrero de 2020.
Córdoba no contribuye a esa suma: no aumentó, pero tampoco se achicó.
SALARIOS
Si en el sector privado, medido en cantidad de trabajadores formales, se achicó y se deterioró su composición, y nada de eso pasó en el sector público, la misma lógica se repite a la hora de mirar la variación real de los salarios.
En el promedio general, los trabajadores que viven de la Provincia y de los municipios ganan a octubre 96.845 pesos en bruto, cuando hace dos años estaban en 51.355 pesos brutos. La variación da 89%: lo mismo que el índice de precios al consumidor (IPC) que releva el Indec para el período.
La Caja de Jubilaciones tiene publicados los datos oficiales a julio pasado y este diario calculó los ajustes pagados con posterioridad, como el 5% en agosto y el 7,5% en septiembre a la administración central; el 12,5% para judiciales y el 6% en agosto, el 2,5% en septiembre y el 4% en octubre para Epec, entre otros.
Desagregados, hay sectores que le ganaron con holgura a la inflación, como el Poder Legislativo.
Otros están por debajo, como los docentes y las fuerzas de seguridad. Es llamativo lo que pasa con el personal del Ministerio de Salud: el salario registrado varió 72%, 17 puntos por debajo de la inflación. En el Gobierno provincial señalan que eso se ha compensado con adicionales no remunerativos que cobran los que están directamente en la lucha contra el Covid, sin impacto en las jubilaciones del sector.
Las autoridades del Poder Judicial tienen hoy un salario bruto de 481.820 pesos y han conservado el poder de compra intacto en los últimos dos años.
Los que no pudieron lograr eso han sido los empleados de Epec, una empresa afectada directamente por la pandemia, ya que llegó a tener 33% de mora con prohibición de cortar el servicio, más ayudas específicas directas que debió dar a los sectores afectados por las restricciones. Según los datos oficiales, la variación del salario en dos años fue de tan sólo 40%.
Como la Caja de Jubilaciones prorratea el impacto de la bonificación anual por eficiencia (BAE), puede suceder que el mes tomado para comparar tenga ese sesgo. De todos modos, sí se produjo un ajuste salarial importante, que hoy estaría quedando atrás. En 2019, Epec otorgó el 38% al gremio de Villa María y el 28% a los de Córdoba y de Río Cuarto, con una inflación de 53,8%. En 2020, el aumento otorgado a las tres seccionales de Luz y Fuerza fue del 25% (con una inflación del 36,1%) y, en este 2021, a octubre acumula el 31,5%. En enero, cuando vence la paritaria, estará en el 45%.
En la Municipalidad de Córdoba, la variación de los ingresos remunerativos fue la más baja de todas para el período de pandemia: apenas el 28%.
Tienen impacto en esa magra actualización el recorte del 12% que significó la quita de la séptima hora aplicada en mayo pasado por la administración de Martín Llaryora y el hecho de que los municipales pasaran casi un año sin actualización salarial. De todos modos, los ingresos en mano del trabajador no cayeron tanto como evidencia esa cifra, dado que se compensaron con pagos no remunerativos. Sí bajaron abruptamente los haberes de los jubilados.
El salario privado, en tanto, sí que se redujo. 2020 fue letal, sobre todo para aquellos que debieron ser suspendidos con una quita del 25% del salario, y todo indica que 2021 también terminará en terreno negativo, con lo cual acumulará cuatro años de caída real y consecutiva. En octubre de 2019, el salario promedio privado estaba en 30.054 pesos y hoy ronda los 68.200: la variación es del 72%, 17 puntos debajo de los precios.
Si bien en el segundo semestre se actualizaron las paritarias (que en el primer semestre estaban “sugeridas” al 33%), la inflación se termina comiendo cualquier mejora.
“Los salarios registrados, que incluyen mejoras no remunerativas, se aproximarán a la inflación, pero no llegarán a empatar”, dice Borenstein. Proyectan una variación del -0,6% en el año frente a la inflación. El resultado no es parejo: industria y construcción están mejor, pero hoteles, restaurantes, transporte y servicios sociales están al fondo de la tabla. Por eso, el sector privado mira de costado lo que pueda pasar con el Covid y un eventual rebrote. La mirada está puesta en la inestabilidad macroeconómica: sin ordenamiento general, el empleo seguirá siendo castigado.
Fuente: La Voz del Interior.