¿Es antidemocrático Javier Milei?
OPINIÓN Por Eduardo Reina – Especial para DSF
Según The Economist, el candidato sería un riesgo para la democracia argentina y que su intemperancia y extravagancia tampoco parecen guiar a la Argentina a un muy buen camino.
Hay muchas preguntas que al candidato favorito de las PASO lo dejan en un estado en el que pareciera querer contestar una cosa, pero en lugar de eso se contiene y da una extraña vuelta discursiva en la que incluye algunos nombres, términos y referencias académicas que nunca termina de aclarar. Una de estas preguntas es acerca de qué opina de la democracia. Pareciera querer decir que el libertarianismo no confía en la democracia, pero se ve llamado a explicarlo antes de dar esa respuesta que, al menos por el momento, parece resultar muy chocante para los argentinos.
The Economist, tras su resonante entrevista alertó que el postulante presidencial representa «un riesgo para la democracia» y agregó además que Milei es más «un académico excéntrico que un aspirante a Presidente», un creyente de «teorías conspirativas» y un «escéptico del cambio climático».
Según esta publicación, el candidato sería un riesgo para la democracia argentina y que su intemperancia y extravagancia tampoco parecen guiar a la Argentina a un muy buen camino. En un famoso video que se viralizó hace un tiempo le preguntaban dos periodistas qué opinaba de la democracia y su respuesta fue otra pregunta “¿Vos conocés el teorema de Arrow?” En esa entrevista no responde con claridad.
El teorema de Arrow, desarrollado por el economista Kenneth Arrow en 1950 y ampliado en 1972, intenta demostrar que la toma de decisiones es imposible ser democrático respecto de las preferencias de la mayoría y armar un orden de preferencias lógico. Por lo tanto, de eso a veces se concluye que es imposible la decisión democrática (es decir, una que refleje los detalles sobre los órdenes de prioridades de la mayoría) sobre algunos asuntos. Como plantea desafíos significativos para la toma de decisiones democráticas y ha sido motivo de diversas opiniones y obviamente de infinidad de críticas.
El teorema de Arrow, que luego fue acotado por su formulador, sostiene que es imposible una planificación democrática de la economía o establecer un orden de preferencias sociales a través de la votación. Sin embargo, Milei, inspirado por otro autores anarco-capitalistas, sugiere que de este problema se puede deducir la imposibilidad de tomar decisiones democráticas.
Esta teoría en realidad no niega la democracia, sino que resalta las dificultades de encontrar un sistema de votación que refleje las preferencias individuales. La democracia implica no solo la votación, sino también la deliberación, la protección de derechos individuales. Cuando elegimos a nuestros gobernantes no lo hacemos solamente guiados por nuestros deseos y preocupaciones individuales, sino también pensando en los otros argentinos. Por eso mismo elegimos a alguien que pueda establecer órdenes de prioridad lógicos, porque nos damos cuenta de que como individuos también estamos limitados a la hora de ver qué problemas pueden ser más urgentes que otros, aunque cada uno tenga su propio orden de prioridades.
¿Podrá Milei negociar y consensuar con la oposición? ¿Su carácter impulsivo resultará en un aislamiento o en decisiones sumamente perjudiciales? ¿Tomará decisiones arbitrarias y antidemocráticas por entender que se fundan en razones incontestables? El nivel de desesperación y nerviosismo con el que responde a algunas preguntas nos hace preguntarnos si realmente será capaz de manejar un equipo de ministros y asesores propios que nunca es una máquina que responda a todos los designios del presidente sin la necesidad de negociar, convencer, ceder, etc. Si nos asaltan dudas respecto del manejo de los propios, se multiplican cuando pensamos en la negociación en el congreso y en ese caso ¿La solución que propone de manejar el país con decretos y con referéndums es viable? .
Realmente plantea muchas dudas e incertidumbres la victoria del candidato libertario en las PASO y sus declaraciones antes y después de este resultado. Lo cierto es que ahora no es posible saber cómo resultarán estas cosas de consolidarse como el ganador; pero lo que debería exigirle hoy la ciudadanía es el respeto por la democracia y las instituciones, lograr el compromiso del candidato de que no actúe bajo supuestos acotados y debatidos ampliamente que sirven para cuestionar una parte del sistema democrático y señalar sus limitaciones para impedir los derechos mínimos requeridos por una democracia justa legal y socialmente.
Ante la duda y la búsqueda de ensayar nuevas soluciones, deberíamos respetar los principios de igualdad, de derechos básicos y libertades que garantizan que puedan evitarse los errores y el sufrimiento innecesario del pueblo.
Lo que queda en claro por las intervenciones de Javier Milei es que el candidato libertario no parece muy capaz de pensar la política por fuera de la individualidad y las soluciones unilaterales y mucho menos es muy adepto al diálogo si, frente a una pregunta sencilla, manda a estudiar una compleja teoría que solo lejanamente y en parte sirve como respuesta. Frente a esto es central recalcar la importancia de las instituciones políticas y económicas en la creación de una sociedad justa.
Porque son estas instituciones las que permiten reconocer las diferentes concepciones del bien que habitan en una comunidad, pero frente a las cuales se sostiene porque todas buscan un terreno común en el ámbito político que sea aceptable para todos.
Paradójicamente, pareciera que lo que prima en los deseos de la gente es que cese la obstinación y la intransigencia entre la clase política argentina y que se pueda establecer un consenso que nos guíe en una dirección sin más idas y vueltas. Tal vez al final de todo, Arrow tenía un poco de razón.