Estuvo preso por abuso y secuestro: era inocente
Después de permanecer un año y dos meses preso, J. G. fue absuelto de la acusación de haber secuestrado y violado a su pareja durante tres meses en Villa Ciudad Parque. La denunciante sostenía que el hombre la mantuvo cautiva y sometida, pero finalmente fue calificada como “mitómana”.
El fiscal Alejandro Carballo, de Río Tercero, había elevado la causa a juicio bajo la acusación de privación ilegítima de la libertad calificada, abuso sexual con acceso carnal continuado, coacción, lesiones agravadas y secuestro coactivo calificado.
Ahora, en el juicio, el imputado sólo fue condenado a un año y dos meses por un delito menor, el de lesiones leves calificadas, que se computó como pena purgada, por el tiempo en que estuvo encarcelado. Por esa razón, quedó liberado.
Se omiten las identidades, ya que la acusación se enmarcó en un episodio de instancia privada.
Los fundamentos de la sentencia dictaminada por la Cámara del Crimen de Río Tercero se conocerán el 12 de noviembre próximo.
En el juicio fue clave el testimonio de psicólogos, que oficiaron de peritos oficiales, que dieron cuenta de que la mujer denunciante “fabulaba y mentía”.
E. R. denunció que J. G. la amenazaba con una cuchilla y no le permitía salir de la casa. Y aseguró que ese calvario, plagado de golpizas, fue vivido por sus cuatro hijos menores de edad. J. G. se habría acercado a la mujer “hablando de la Biblia y de Dios”, tal como lo indica el expediente, además de ser amigo del exmarido de la denunciante. A criterio del fiscal Carballo, había pruebas de la existencia de una “violencia física, sexual y psicológica”.
En la investigación, Carballo acumuló testimonios de que el acusado se autoflagelaba. “Se cortaba la frente o los brazos para mostrar que la cuchilla tenía mucho filo y que era capaz de matar”, declaró la mujer en sede policial.
Sin embargo, una vez que llegó el juicio, la denunciante contestó en numerosas oportunidades que no recordaba cómo fue secuestrada, ni tampoco brindó detalles de cómo sufrió las violaciones.
“Pagué por algo que no hice”, declaró J. G. en el juicio, para describir su inocencia.
En los alegatos, el fiscal de cámara, Gustavo Martin, pidió, por el delito de lesiones leves calificadas, una pena de cinco años y seis meses de prisión.
En tanto, el asesor letrado Alfredo Brouwer de Koning pidió la absolución por todos los delitos. También hizo lo mismo el defensor Nicolás Fonzo, quien señaló que en la Justicia “hay que ser muy meticuloso con la prisión preventiva en los casos de violencia familiar”.
El letrado recordó que los peritos aseguraron que la denunciante “es mitómana, que miente patológicamente, que la única forma de relacionarse es mintiendo”.
Fuente: La Voz del Interior. La Voz del Interior