El FMI blinda por tres años el frente externo
El Gobierno nacional anunció ayer préstamos por hasta 55.650 millones de dólares del Fondo Monetario Internacional (FMI) y de otros organismos, con lo que la Argentina quedará blindada ante cualquier shock externo al menos hasta 2021.
El financiamiento total sorprendió al arco político, a los analistas y a los operadores del mercado financiero, dado que casi duplicó la cifra que se esperaba. Ahora, el Gobierno apuesta a que el 20 de junio el banco Morgan Stanley Capital Inversor eleve el perfil del país a “emergente”, para salir del letargo de economía “fronteriza”.
Se trata de 50 mil millones de dólares del FMI. El 20 de junio el directorio de ese organismo aprobará el préstamo y uno o dos días después llegarán al país unos 15 mil millones de dólares, que equivalen al 30 por ciento del paquete.
A partir de ese momento y hasta 2021, la administración Macri irá solicitando cuotas de dinero a medida que los vaya necesitando, explicó el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, en una conferencia de prensa conjunta con el presidente del Banco Central, Federico Sturzenegger.
Además, llegarán durante los próximos doce meses al país 5.650 millones acordados con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el Banco Mundial (BM) y la CAF-Banco de Desarrollo de América Latina.
Lagarde: Hay un compromiso para el gasto social
El Gobierno dijo que el plan aprobado es consistente y “sostenible económica, social y políticamente”, y tiene como objetivo continuar “reestableciendo el orden macroeconómico” con dos ejes clave: convergencia más rápida al equilibrio fiscal y reducción de la inflación.
Diseño Cambiemos
Christine Lagarde, directora gerente del Fondo, aclaró que el diseño del plan estuvo en manos de la gestión Cambiemos, con el cual se “apuntalará la confianza del mercado, dándoles a las autoridades tiempo para abordar un abanico de vulnerabilidades de larga data”.
En concreto, el FMI auditará el cumplimiento de las metas de déficit y de inflación, pero –asegura Lagarde– no se entrometerá en las decisiones de política económica o monetaria que puedan vulnerar la soberanía del país, como sí lo ha hecho en 26 convenios a lo largo de 35 años.
El costo del préstamo será de 1,96 por ciento anual hasta los primeros 8.480 millones de dólares. Cuando los desembolsos superen ese monto, la tasa será del 3,96%; y llegará al 4,96% si el crédito debe ser ampliado más allá de los 50.000 millones.
Uno de los compromisos consiste en fortalecer la independencia del Banco Central, por lo que el presidente Mauricio Macri enviará un proyecto de ley al Congreso para modificar la Carta Orgánica de la entidad.
Y a partir de hoy, el Tesoro dejará de recibir transferencias del Banco Central para financiarse, una estrategia puesta en marcha por el kirchnerismo en 2012. Con esto, se frenará la “maquinita” de imprimir billetes, cuya actividad venía creciendo aun por encima del 20 por ciento anual.
Dujovne llevó tranquilidad a los gobernadores y al sector empresarial al sostener que “no se modifica de ninguna manera ni el Consenso Fiscal ni la Reforma Tributaria”. “Hemos evitado una crisis a las familias de la Argentina”, sentenció el superministro.
Inflación y déficit
Por segunda vez en menos de seis meses, el Gobierno cambió las metas de inflación. La de 2018 directamente la eliminó: “Este año vamos a intentar tener la inflación más baja posible, teniendo una meta de 20 por ciento o de 21 por ciento hasta junio de 2019”, dijo Sturzenegger.
La Argentina se comprometió con el FMI a reducir la inflación. Los nuevos objetivos ahora son: 17 por ciento para 2019, 13 por ciento para 2020 y nueve por ciento para 2021. El plan refuerza el esquema de metas con tipo de cambio flotante y fortalecimiento de la autonomía del Banco Central.
Y para asegurar una más rápida convergencia al equilibrio fiscal, las nuevas metas de resultado fiscal primario son: -2,7 por ciento del PIB en 2018; -1,3% en 2019; equilibrio primario en 2020, y superávit de 0,5% en 2021.
En el acumulado 2018-2021, esto significa una reducción acumulada del déficit de 3,1 por ciento del PIB, alrededor de U$S 19.300 millones, explicó Dujovne. El nuevo sendero de convergencia fiscal permitirá que el ratio deuda pública a PIB comience a reducirse desde 2019.
Pero de movida, con el primer desembolso del FMI y las colocaciones de deuda en pesos y en dólares que ya fueron realizadas en lo que va de 2018, la deuda pública ascenderá a fines de junio a unos 360.000 millones de dólares.
“Vamos a desterrar en 2020 el problema de déficit que tuvo la Argentina a lo largo de los últimos 70 años. El Fondo nos puede ayudar, pero que resolvamos nuestros problemas depende de nosotros”, afirmó el ministro Dujovne.
El ministro coordinador del equipo económico dijo que el Gobierno está “convencido” de que va por “el camino correcto”, dado que ha “evitado una crisis” y, a pesar del acuerdo con el FMI, continuará con el programa macroeconómico que ya tenía en marcha.
Dujovne dijo que el plan es “innovador”, ya que protege especialmente a los sectores más vulnerables. Incluye el monitoreo de indicadores sociales y, por primera vez en la historia en un programa con el FMI, una salvaguarda que permite incrementar el gasto social si el Gobierno argentino lo considerara necesario.
Esto significa que en caso de que la economía no crezca como se espera, podrán realizarse ampliaciones de gasto focalizadas especialmente en los programas de Asignaciones por Hijo y por Embarazo.
Además, explicó el ministro, el plan también incorpora medidas para promover la equidad de género y para estimular la participación de la mujer en el mercado laboral.
La reducción del déficit fiscal, prioridad oficial
El objetivo es que en 2021 haya un superávit de 0,5%.
-2,7% del PIB. Será el objetivo 2018. El déficit deberá bajar a 1,3 por ciento en 2019 y el resultados debe ser de equilibrio en 2020.
Fuente: La Voz del Interior. La Voz del Interior