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Inicio de la era Trump divide a EE.UU. y tiene en vilo al mundo

Donald Trump prestará juramento a los pies del Capitolio como presidente número 45 de Estados Unidos. El parte meteorológico pronostica lluvia en Washington para el día en el que la primera potencia mundial entra en una nueva era, marcada por la incertidumbre.

Trump llegará al Capitolio desde la Casa Blanca acompañado por Barack Obama, el primer presidente negro en la historia de un país en el que hace ocho años despertó gran entusiasmo. Aquel día, 1,8 millones de personas le dieron la bienvenida en las calles de Washington. Las estimaciones para hoy hablan de entre 700 mil y 900 mil asistentes.

Manifestaciones en contra

La toma de posesión de Trump, además, estará acompañada de protestas en la capital del país, donde el 90 por ciento de los votantes apoyó a la demócrata Hillary Clinton en las elecciones del 8 de noviembre.

La mayor tendrá lugar mañana: la llamada “Marcha de Mujeres contra Trump” comenzó a gestarse la noche de su triunfo electoral tras una campaña en la que saltaron escándalos de presuntos abusos cometidos en el pasado por el magnate.

Sistema electoral e imagen

Aupado por un sistema electoral que permite que un candidato gane las elecciones con menos votos que su rival –Trump obtuvo casi tres millones menos que Hillary– y bajo la acusación de los servicios de inteligencia de haber obtenido ayuda rusa en la victoria sobre su rival, el neoyorquino asume el cargo con 70 años y el índice de aprobación más bajo de un futuro presidente en las últimas tres décadas.

Sondeos de varios medios cifran ese apoyo en un 40 por ciento. Obama tenía un 84 por ciento cuando juró por primera vez el cargo de presidente. El republicano George W. Bush contaba en 2001 con el 61 por ciento.

Trump jurará sobre la Biblia de Lincoln –el presidente que abolió la esclavitud y lideró al país durante la Guerra de Secesión– y también sobre otra que, con su nombre grabado, le regaló su madre en 1955.

Será al mediodía de Washington (14 horas de Argentina) después del juramento de su vicepresidente, Mike Pence, su sucesor legal y natural si no llega a terminar su mandato.

El país más poderoso del mundo estará gobernado desde entonces por un multimillonario que se hizo conocido entre los estadounidenses por un reality show , que hace menos de dos años lanzó su candidatura en un Partido Republicano al que no pertenecía, venciendo a la postre en las internas. Un ascenso electoral a todas luces inesperado.

La impronta populista que alguna vez se instaló en América latina, y que en la actualidad recorre Europa, llega de su mano a Estados Unidos, un país cuyas tensiones sociales y raciales se pudieron ver con claridad en la campaña electoral, sintetizadas en el lema “Hagamos América grande otra vez”.

La ceremonia será boicoteada por más de 50 congresistas demócratas que no estarán presentes, algo inédito para el consolidado carácter institucional del evento. Sí estarán el expresidente Bill Clinton y la vencida Hillary.

Se supo además que Trump hasta tuvo problemas para encontrar a los artistas que actuarán en ella.

Futuro incierto

Estados Unidos se adentra en territorio desconocido con un hombre que llega al Despacho Oval sin experiencia política, dinamitando el establishment y con un discurso marcadamente proteccionista.

Sus movimientos previos anticipan conflicto con China, acercamiento a la Rusia de Vladimir Putin, enfrentamiento dialéctico con Europa, cambio en el papel de Estados Unidos en Medio Oriente y suplicio para México, país al que ya ahoga económicamente y en cuya frontera quiere un muro contra la inmigración ilegal.

Fuente: La Voz del Interior. La Voz del Interior

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