Policiales

La Armada no descarta hipótesis de “supervivencia extrema”

En el décimo primer día desde que el submarino ARA San Juan tuvo su último contacto, el Ministerio de Defensa de la Nación ratificó la continuidad del operativo de búsqueda, reivindicó el tenor de este y la cooperación internacional.

Desde la cartera que conduce Oscar Aguad se ponderó de modo oficial durante el mediodía de ayer: “Nunca las potencias hicieron un operativo como este que está aconteciendo en el Atlántico y el compromiso es que hasta que no aparezca el submarino, Argentina no lo va a dejar de buscar”.

Por esas horas, además, las marinas norteamericana y argentina trabajaron para montar en el buque noruego remolcador Sophie Siem, un minisubmarino que se maneja a control remoto y puede sumergirse a 600 metros para rescatar hasta 16 personas. El navío escandinavo zarpó desde Comodoro Rivadavia hacia la zona de rastrillaje a las 14.13 de ayer y se esperaba que empiece a operar de inmediato.

Estas acciones fueron acompañadas por una explicación de la Armada, efectuada por su vocero Enrique Balbi, quien no dio por muertos a los 44 integrantes del navío perdido.

De hecho, el portavoz habló de la posibilidad de vida bajo condiciones límite. “Si bien pasaron 11 días, eso no quita que puedan estar en una situación de supervivencia extrema”, expresó.

“Ustedes saben que el área de búsqueda es una área muy cercana al talud, es decir que puede estar en el área continental o puede estar abajo en el talud. Son muchos metros de diferencia”, indicó tras una visita al comando operativo de la Armada en Bahía Blanca, en el sur de la provincia de Buenos Aires.

Aunque se presume que los 44 tripulantes han fallecido, ya sea como consecuencia de la explosión detectada o porque se ha superado el límite de siete a 10 días en la capacidad de oxígeno sin emerger a superficie, según los expertos; ni la Armada ni el Gobierno de Mauricio Macri pueden oficializar un desenlace trágico.

Ayuno y ánimos

La hermana de Celso Oscar Vallejos, tripulante del ARA San Juan, inició ayer un ayuno “hasta que aparezcan los tripulantes” del submarino y pidió al país “que se unan” porque cree que “unidos un milagro se puede hacer”.

Marta, hermana del marino, aseguró que se trata de “un sacrificio” que le entrega a Dios y que terminará “el día que los encuentren y los traigan de nuevo a casa”.

“Hoy comencé un ayuno hasta que aparezcan mi hermano y los 43 tripulantes. Así que le pido al país que se unan porque creo que unidos un milagro se puede hacer”, dijo desde la base naval de Mar del Plata.

Ante la consulta de si es posible que, después de 11 días desde la última comunicación, los tripulantes puedan estar vivos, señaló: “Estoy segura de que sí, creo que son profesionales y están preparados para cualquier cosa. Tengo fe de que están bien y están esperando que los encuentren”.

En el interior de la base naval de Mar del Plata, donde con otros familiares aguarda por las noticias del submarino, admitió que se viven momentos de altibajos anímicos. “Cuando alguien se cae le damos aliento. Tratamos de mantener la fe y la esperanza siempre presente y de contenernos entre nosotros”, destacó.

Respecto de la actuación de las Fuerzas Armadas en la búsqueda del submarino, criticada por varios familiares que decidieron no volver a la base naval, Vallejos dijo que cada uno “puede hacer lo que quiera”, pero que en su caso particular, esta “muy conforme” con los trabajos.

Detalles del operativo

La búsqueda, de la cual participan más de una decena de países, se concentra en un área de 40 mil kilómetros cuadrados, con profundidades que van desde los 200 a los mil metros en torno de la zona en la cual la explosión fue detectada.

Por aire, dos aviones P8 Poseidon de la armada estadounidense sobrevuelan la zona con sonares y radares capaces de advertir, por ejemplo, cambios en la temperatura del agua que indiquen la presencia del submarino.

Frente a la posibilidad de que el submarino se encuentre en el talud, sería inminente la partida de uno de los dos vehículos de exploración subacuática que llegaron a bordo de la aeronave rusa Antonov, la más grande del mundo.

Otro vehículo con cámaras filmadoras y luces para rastrear hasta seis mil metros de profundidad será embarcado en tres días.

Fuente: La Voz del Interior. La Voz del Interior

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