La cobertura de vacunación cae un 10% en mayores de un año
Después del agua potable, las vacunas son la herramienta más efectiva a la hora de salvar vidas. Sin embargo, en Córdoba, al igual que en el resto del país, a los niños los vacunan hasta el año.
Según datos del Ministerio de Salud provincial, las coberturas descienden un 10 por ciento después de los 12 meses. Así, el grupo poblacional de 15 meses es el más desprotegido, junto con el de 11 años y el de las embarazadas.
“Córdoba registra altas coberturas en las primeras dosis. Esto quiere decir que hay un buen acceso a la oferta y a los servicios. El problema se presenta en vacunas que necesitan más de una dosis porque requieren más visitas de las familias a los centros de salud”, indicó Sandra Belfiore, responsable del Programa de Inmunizaciones del Área de Epidemiología del Ministerio de Salud provincial.
Los datos del área indican que, en 2018, el 94 por ciento de los recién nacidos se protegió de la tuberculosis con la BCG y otro 94 por ciento, de la tos convulsa. También fue bueno el alcance de las primeras dosis de antipoliomielítica (92 por ciento) y neumococo (92 por ciento).
Las coberturas comenzaron a descender a partir de las segundas dosis, llegando a los 15 meses con índices que rondan entre el 82 y el 83 por ciento.
La excepción a la regla fueron las vacunas contra la hepatitis B en recién nacidos (72 por ciento) y Menveo (52 por ciento). En el primer caso influyó que no todas las maternidades la aplicaran. En el segundo, la discontinuidad en la entrega por parte de Nación.
“Para que sea efectivo, un plan de inmunizaciones debe llegar al 95 por ciento de la población. Si eso no sucede, corremos el riesgo de que vuelvan a aparecer enfermedades que fueron eliminadas”, agregó Silvia Ferreyra, directora del hospital Pediátrico.
Por su parte, Ana Ceballos, jefa del comité local de Infectología de la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP), coincidió en que los niños de 15 meses suelen quedar más desprotegidos porque también comienzan a escasear los controles pediátricos a esa edad.
“En toda consulta con el pediatra, los padres deben llevar el carné de vacunación”, agregó Belfiore.
Por lo que se conoce como “efecto rebaño”, cuando el índice llega al 95 por ciento, el que se vacuna también protege a los individuos de su entorno.
¿Qué pasa si no llegamos a esa meta? Enfermedades como el sarampión, la rubéola y la poliomielitis –que fueron eliminadas de Argentina– corren el riesgo de reaparecer.
“Son pocos los pediatras que vieron en su vida casos de sarampión. Entonces, el virus puede pasar inadvertido. Es importante que todos notifiquen si encuentran síntomas de fiebre y erupción en la piel”, agregó Ricardo Rüttimann, miembro de la Comisión Vacunas de la Sociedad Argentina de Infectología (Sadi).
Tres altibajos
Las mejores coberturas se lograron en Córdoba en el ingreso escolar. Los refuerzos de antipolio, triple viral y triple bacteriana alcanzaron al 100 por ciento de la población, según los registros oficiales.
Cabe aclarar que aquí las coberturas se calculan con proyecciones del censo 2010, por eso este dato puede estar sobreestimado. También se toman en cuenta habitantes de otras provincias que se vacunaron en Córdoba, aclaró Belfiore.
De todas maneras, la mayoría de las escuelas solicitan el carné actualizado como requisito previo a la inscripción. Y, sobre todo en el interior, efectores de salud se llegan hasta los colegios para controlar que esté todo en orden.
La situación comienza a desmejorar a los 11 años. Entonces, apenas el 47 por ciento de las niñas y al 36 por ciento de los varones se protege con dos dosis del Virus del Papiloma Humano (VPH).
“Argentina incorporó esta vacuna al calendario para reducir el cáncer de cuello de útero. Es una medida efectiva que no reemplaza el preservativo y los controles del papanicolau”, aclaran voceros del Ministerio de Salud provincial.
Por su parte, Hebe Vázquez, infectóloga de la Sadi, agregó: “Esta vacuna puede colocarse desde los 9 años, sin límite de edad. Estudios demuestran efectividad hasta los 45 años. Nuestra recomendación es que, además de los 11 años, se la coloquen aquellas personas que, por conductas o enfermedades de base, tengan más riesgos de contraer el VPH”.
Por último, el grupo de las embarazadas también reportó el año pasado escasos índices de protección. Apenas el 70 por ciento se colocó la triple bacteriana acelular (contra la tos convulsa) y el 65 por ciento, la antigripal.
“Las embarazadas tienen un riesgo mayor de complicación por el virus de la gripe, sobre todo en el tercer trimestre. Se comportan como si tuvieran una enfermedad pulmonar crónica. Pero además, si no se protegen, tampoco pasan inmunidad a sus hijos, a través de la placenta”, informó Pablo Bonvehí, infectólogo de la Sadi.
Con 191 casos confirmados en Córdoba, la tos convulsa aumentó un 588 por ciento en relación con el año anterior. Los niños menores de seis meses fueron los más afectados. En el 64 por ciento de esos casos, no había datos sobre vacunación de la mamá.
“Necesitamos un esfuerzo por parte de los obstetras para que receten las vacunas del calendario a las embarazadas”, solicitó Ceballos.
Problema mundial
La cobertura de vacunación viene en descenso a nivel mundial. Belfiore aclaró que Córdoba no escapa a la regla, aunque es difícil comparar con años anteriores. A partir de 2017, la Provincia modificó el sistema de registro, adoptando un software que permite conocer los datos en tiempo real.
“Las coberturas están descendiendo en todo el planeta”, indicó la funcionaria, al tiempo que enumeró algunos factores: los cambios sociales y la ampliación de las vacunas del calendario, que pasaron de ocho en 2003 a cerca de 20 en la actualidad. Y, también, la escasa percepción de riesgo de algunas enfermedades.
En menor medida, lo atribuyó al llamado “movimiento antivacunas”. “Son grupos que promueven estilos de vida más saludables, como la alimentación y que los niños no pasen tanto tiempo frente a la pantalla. Eso me parece destacable. Pero aseguran sin fundamentos que las vacunas tienen daños que no están comprobados por la ciencia. Trabajamos con ellos para despejar sus dudas”, agregó la funcionaria.
La estrategia provincial consiste en sacar a las vacunas de los centros de salud, llevándolas a recitales, partidos de fútbol y salas cuna. También busca mejorar los registros y ampliar los días de atención.
Los especialistas pidieron la colaboración de los equipos de salud. “A veces, persisten mitos o desconocimientos. La gente no se vacuna y los médicos no prescriben. Además, una buena parte de la población no accede en tiempo y en forma”, agregó Bonvehí.
“El mundo busca alternativas para mejorar las coberturas –finalizó Belfiore–. Ya no caben dudas de que las vacunas salvan vidas, y hacia allá debemos marchar”.
Fuente: La Voz del Interior. La Voz del Interior