Policiales

La fuga del violador serial terminó en Buenos Aires

Cuando los policías abrieron la puerta no alcanzó ni a reaccionar. Sólo abrió grandes los ojos y dejó que lo esposaran.

Los investigadores comentarían luego que Leandro Castañares, el joven de 31 años sospechado de ser el violador serial que entre julio y diciembre pasado atacó a por lo menos a cinco mujeres en la ciudad de Córdoba y La Calera, estaba demasiado confiado de que su clandestinidad se iba a extender por mucho más tiempo de lo que finalmente duró.

La fiscal de Delitos contra la Integridad Sexual de Segundo Turno de la ciudad de Córdoba, Ingrid Vago, lo había imputado a fines de diciembre último del presunto delito de abuso sexual con acceso carnal reiterado y calificado.

En concreto, en el expediente hay cinco denuncias por ataques sexuales que se produjeron el 30 de julio, el 2 de septiembre, el 5 del mismo mes, y los días 9, 17 y 21 de diciembre.

En los cuatro primeros episodios los abusos se produjeron en la ciudad de Córdoba, mientras que los dos últimos sucedieron en La Calera.

En los dos casos de septiembre, la denunciante es la misma joven, una muchacha que proviene de un hogar de extrema vulnerabilidad social.

A la mayoría de las jóvenes las había contactado vía Facebook con falsas ofertas laborales. Así lograba concertar una cita con ellas, momento en que las sometía sexualmente.

El 23 de diciembre se había allanado la casa de Castañares en La Calera, así como el domicilio de sus padres, en esa misma localidad, pero no lo habían encontrado. Sólo se secuestró su auto.

Desde entonces, estaba prófugo de la Justicia, que no sólo libró una orden de captura sino que dictaminó la prohibición para que saliera del país.

Horas de vértigo

Toda esta historia criminal fue revelada por La Voz en la edición del domingo pasado, ya que hasta entonces no había trascendido a la opinión pública, pese a que el primero de los casos denunciados se remonta a más de seis meses atrás.

Aunque mantenía un estricto secreto de sumario, ayer temprano el Ministerio Público Fiscal emitió un parte de prensa en el que ratificó lo publicado por este diario y agregó la identidad y una foto del sospechoso, que hasta entonces La Voz mantenía en reserva por expreso pedido judicial.

Entre el domingo y ayer fueron horas vertiginosas para la investigación de la división Protección de las Personas de la Policía de Córdoba.

Durante diciembre y enero habían continuado la búsqueda y la recepción de testimonios, entre otras diligencias ordenadas por la fiscal al nuevo jefe de Protección de las Personas, comisario inspector José Luis Baigorria.

Sin embargo, en las últimas 72 horas comenzaron a ingresar varios datos que terminaron por ser vitales para dar con el prófugo.

Entre ellos, ayer temprano un informante acercó al secretario de Seguridad Ciudadana de la Provincia, Diego Hak, una pista que situó a Castañares en la zona de Del Viso, en Buenos Aires.

Cerca de las 15, una comitiva de Protección de las Personas junto a la Dirección de Investigaciones de la Policía de Pilar, Buenos Aires, y las divisiones Antisecuestro y Antiterrorismo de esa fuerza, comenzaron a rastrillar casa por casa una zona delimitada de la localidad de Del Viso, en el partido de Pilar (a unos 44 kilómetros de la ciudad de Buenos Aires).

Se trataba de un sector de calle de tierra y viviendas chatas, que fue recorrido palmo a palmo durante largos minutos.

A medida que iban ingresando en los domicilios, los policías mostraban una foto del prófugo.

Hasta que detrás de una puerta, apareció Castañares, que estaba solo en una casa.

Pese a que su nombre ayer fue noticia durante todo el día, no sólo en Córdoba sino también en varios medios de alcance nacional también habían replicado esta información, el joven dio la sensación de que se sentía seguro y lejos de cualquier investigación.

“No se pensó nunca que lo íbamos a atrapar allí”, agregó el comisario Baigorria.

No está claro si durante todo el tiempo que estuvo prófugo permaneció en ese lugar o si se fue moviendo en diferentes direcciones. Tampoco cómo se hizo de los recursos necesarios para continuar escapando.

Aunque algunas informaciones indicaban que se trataba del domicilio de un familiar, hasta anoche este dato no se había confirmado.

Hoy Castañares llegará a Córdo­ba. Pero lejos de concluir, la investigación ahora tiene otro desafío: trocar las sospechas en indicios contundentes. Los análisis genéticos serán una de las claves.

Investigación

Domingo 5. Se publica que entre el 30 de julio y el 21 de diciembre de 2016, cinco mujeres fueron atacadas por un violador que actúa en las ciudades de Córdoba y La Calera. Una de las víctimas, según consta en la denuncia, fue abusada dos veces en sólo tres días. El principal sospechoso estaba prófugo desde diciembre, luego de que allanaran su casa.

Lunes 6. Un vecino de La Calera denunció en la Justicia que el prófugo fue protegido por al menos un policía de esa localidad que habría intentando disuadir a una de las víctimas de que realizara la denuncia penal correspondiente. Incluso, personal de Protección de las Personas, de la Policía de Córdoba, corroboró que esa denuncia no había quedado asentada en un primer momento. El efectivo, que es cabo primero, es investigado por otra fiscalía.

Martes 7. El intendente de La Calera asegura que se enteró de la existencia de este depravado recién al leer la publicación de La Voz del domingo. La fiscalía ordenar difundir la foto del sospechoso Leandro Castañares (31).

Fuente: La Voz del Interior. La Voz del Interior

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