La jueza dio sus razones para liberar a “Pocholito”
Dos frondosas carpetas llenas de papeles con distintas resoluciones y pedidos reposan sobre el escritorio de la jueza Esther Martínez, a cargo del Juzgado de Niñez, Juventud y Violencia Familiar de los Tribunales de San Francisco. Conforman el abultado expediente judicial que tiene el joven conocido como “Pocholito”, que a pesar de sus 16 años acumula varios delitos no solamente en San Francisco sino también en su par santafesina de Frontera, dividida por una calle de la anterior.
El sábado pasado, el muchacho –con varios antecedentes delictivos– había abandonado esa semana Complejo Esperanza –el centro para menores de edad en conflicto con la ley penal ubicado en la periferia sur de la ciudad de Córdoba– por orden de la jueza Martínez. Siete meses antes, este joven se fugó de ese centro y protagonizó varios delitos que terminaron con su captura en un pueblo cerca de Rosario después de huir casi un mes de la Policía cordobesa y santafesina.
Desde la Secretaría de la Niñez, Adolescencia y Familia (Senaf, de la que depende Complejo Esperanza) indicaron que ninguno de los informes socioeducativos señalaba que el adolescente estaba en condiciones de egresar, y que la decisión de su liberación corrió por cuenta exclusiva de Martínez.
Ante esto, ayer la jueza emitió un comunicado y sostuvo que ella “actuó bajo la ley” y se refirió a la inimputabilidad del adolescente. También realizó una detallada cronología de los diferentes hechos en los cuales estuvo implicado el adolescente y la primera internación en el Complejo Esperanza, con apenas 13 años, tras asaltar y herir con un arma de fuego a un repartidor de gaseosas.
“Los jueces somos el instrumento del Estado que aplica la ley vigente y si como sociedad solicitamos leyes menos garantistas, debemos pedir esa modificación a los legisladores”, puntualizó la magistrada.
Fuente: La Voz del Interior. La Voz del Interior