Las tarifas se encarecen pero sólo en el interior del país
El costo de los servicios públicos no es uniforme en todo el país. El valor del pasaje de colectivo, el del kilovatio de energía eléctrica, el del metro cúbico de agua potable y hasta el del litro de nafta varía según la región, la provincia y la ciudad en que se viva.
En este sentido, la Ciudad de Buenos Aires y el conurbano que la rodea es el conjunto de distritos más favorecidos en relación con el resto del país. Si bien no existe una explicación única, sí hay un dato clave: allí vive algo más del 40 por ciento del electorado.
Esta brecha, que en buena medida se sostiene con base en subsidios y que se potenció sobre el final del segundo gobierno de Cristina Fernández, se ha vuelto a ampliar en los últimos meses. ¿La razón? El valor de las tarifas ha comenzado a descongelarse en el interior –luego de un 2020 condicionado por la pandemia–, pero se mantiene inmóvil en el Área Metropolitana de Buenos Aires (Amba).
En Córdoba, de enero a marzo, los precios regulados acumulan un aumento del 15,9%, un 40,7% más que en Amba, según datos comparados del Indec y de la Dirección de Estadística y Censos de la Provincia.
Los regulados son aquellos precios que están sujetos al control directo o indirecto del Estado o que tienen un alto contenido impositivo. Los más relevantes son los servicios de electricidad, agua, gas natural y envasado, el transporte público de pasajeros y el precio de venta de los combustibles (también están los cigarrillos y el correo). En el caso de Córdoba, representan el 20% de la canasta del índice de precios al consumidor.
José María Rodríguez califica al fenómeno como “un mecanismo de discriminación tarifaria con interior del país”. El profesor de economía de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) –especialista en temas tarifarios– dice que este beneficio para el área metropolitana “es histórico”, pero explica que “se acentuó en el periodo 2005-2015”. “En el 2016, el gobierno de Cambiemos esbozó un intento de revertirlo, pero no lo hizo”, agrega.
Según Rodríguez, “en 2015, las tarifas de energía de Córdoba y Santa Fe eran ocho veces más caras que las de Buenos Aires” y si bien aclara que “esa brecha se achicó”, confirma que “aún sigue siendo muy alta”.
Hoy, por ejemplo, un usuario de Edenor que consume 250 kWh/mes paga, sólo por energía (sin impuestos ni cargos extra), 808 pesos mensuales. En Córdoba, un 160% más: 2.130 pesos, de acuerdo con los cálculos de Rodríguez.
Volviendo a los números, en el primer trimestre, según el IPC Córdoba, la energía eléctrica aumentó en Córdoba 10,47% por la suba de Epec del mes de enero. La eléctrica, aunque tiene la energía que compra en el sistema interconectado nacional congelada, retomó la actualización de la VAD (valor agregado de distribución). Es más, el Ersep ya estudia un nuevo pedido de incremento de poco más del 9% (ver La factura…).
Según el Indec, en Buenos Aires, en cambio, el apartado “servicio de electricidad, gas y otros combustibles” sólo subió un 0,3% en el trimestre enero-marzo. Nada.
FRACTURA EXPUESTA
La brecha difícilmente pueda cerrarse este año. Por un lado, porque hay elecciones de por medio. De nuevo: los 40 partidos de la Región Metropolitana de Buenos Aires agrupan en total casi 10 millones de votantes.
Por otro lado, porque una suba fuerte de tarifas impulsará inexorablemente la inflación, que en los últimos cuatro meses promedia el 4,1% con una incidencia mínima de los precios regulados.
El único punto a favor del escenario actual respecto del de la etapa final del Frente para la Victoria en la Casa Rosada es que todas las distribuidoras de luz están pagando prácticamente lo mismo en energía mayorista. “Casi no hay diferencias en ese punto, hubo una convergencia”, explica Rodríguez.
Pero es lo único. La situación de la Argentina es opuesta: la crisis económica, sumada a la pandemia, han tensionado el escenario financiero y la espalda del Gobierno nacional para sostener el esquema a fuerza de subsidios ya no es la misma.
El economista Franco Jular dice que “el Gobierno ha definido un esquema de política económica que busca contener el aumento del nivel general de precios ‘pisando’ el valor de los regulados a través del congelamiento de tarifas”. El problema, advierte, es que “ahora hay mucho menos margen, ya no hay colchón”.
Jular explica que “sostener el congelamiento de tarifas a lo largo del tiempo en un escenario de escasísimo margen fiscal implica mayor emisión para afrontar el déficit fiscal” y que ese camino “genera más desigualdad vía inflación”.
Por otro lado, advierte sobre la distribución federal de la ayuda económica por habitante que representan los subsidios a las tarifas y al transporte. “En una economía que tiene sus sistemas tarifarios subsidiados, fruto de los desequilibrios preexistentes y ahora con el agregado de la pandemia, el debate de fondo está vinculado con el federalismo a la hora de distribuirlos. En otras palabras, en qué lugares geográficos del país alivia más los bolsillos de los usuarios”, explica.
Según el economista, “en este reparto, luego de la salida de la convertibilidad, la provincia de Córdoba ha sido una de las principales damnificadas y, por el contrario, la Provincia de Buenos Aires, la mayor beneficiada”.
AGUA Y TRANSPORTE
Además de las diferencias en las boletas de la energía eléctrica, otros servicios le inyectaron más presión a los precios regulados del interior.
Por ejemplo, la categoría “suministro de agua, cloacas y desagües pluviales” subió en la ciudad de Córdoba un 19,13% en 2020. Además, sólo en el primer trimestre de 2021, ya acumula un 35%.
Por el contrario, el servicio de agua potable en la Ciudad de Buenos Aires, según el IPCBA, no se mueve desde abril de 2019.
El incremento del transporte público también ha sido dispar en los últimos meses entre Buenos Aires y el interior. En el primer trimestre, mientras en el Amba el IPC nacional marca un aumento del 1,6 por ciento, en el resto de las regiones se disparó. Cuyo (21,3%), el NOA (12,6%) y la región Pampeana (7,5%) tienen subas muy superiores.
En Córdoba, el IPC local registra un incremento en esta categoría del 18,8% entre enero y marzo, que se suma al 20,4% que aumentó el año pasado.
Si se analiza más en perspectiva, se advierte que el transporte público en los últimos 12 meses (marzo de 2020 versus marzo de 2021) subió 18,8% en Buenos Aires, 37% en Cuyo y 33,4% en Córdoba.
El único de los servicios que no aumentó más en un distrito que en otro es el gas natural, que tiene precios uniformes en todo el país porque, a diferencia de la energía eléctrica, un organismo central regula todas las tarifas de la cadena (el Enargas).
En Córdoba, las boletas de Ecogas no aumentan desde junio de 2019, cuando se aplicó el último tramo de un ajuste del 24 por ciento para todas las categorías.
La nafta, por el contrario, es una muestra de la desigualdad. La nafta súper en las YPF de la ciudad de Buenos Aires a 85,8 pesos y en las de Córdoba, a 94, casi el 10% más.
Fuente: La Voz del Interior. La Voz del Interior