Policiales

Los galgueros esperan que la Justicia les permita volver a las pistas

Los galgueros cordobeses quieren volver a los canódromos, vacíos desde hace dos meses, cuando entró en vigencia la ley nacional 27.330 que prohibió las competencias de perros en todo el país. Esperan que la Justicia resuelva los varios recursos de amparo presentados en tribunales de Córdoba, Buenos Aires y Mendoza.

El abogado Alejandro Sánchez Kalbermatten, que representa a asociaciones de galgueros de Córdoba y Buenos Aires, dijo que los amparos aún no fueron resueltos. “La mayoría porque, entre medio, estuvo la feria judicial de enero”, apuntó.

Dueños de animales de varias localidades confían en que en marzo podrán volver a correr, aunque eso ocurriría sólo si algún juez hace lugar a esos amparos. En ese caso, serían legales los canódromos involucrados en esos amparos y no todos, y hasta que se resuelva la controversia jurídica de fondo.

Otros sectores que apoyaron la ley creen que no hay lugar legal para que se les permita recrear la actividad y estiman que no habría amparos que favorezcan a los organizadores de carreras de perros.

Mientras, varios galgueros viajan este verano a Chile a competir con sus perros. Sobre todo se observa ese “éxodo” en la zona de Marcos Juárez, donde la actividad concentraba los mayores recursos. También un corredor de la ciudad de Pilar, que por razones laborales viaja con regularidad al vecino país, dijo que participa ahora de carreras allí.

Desde la organización proteccio­nista nacional Proyecto Galgo Argentino, que promovió la ley, denuncian que pese a la prohibición se hicieron varias carreras clandestinas en lo que va de 2017.

“Hace menos de un mes se corrió una en Río Cuarto. Llamamos a la Policía y nos dijeron que fueron hasta el lugar y no constataron los hechos, aunque el aviso fue preciso”, contó Marcela Morra, miembro de la organización, que en Córdoba creó una red para detectar carreras ilegales.

Según Morra, luego de otra denuncia lograron impedir una carrera en Morteros, hace más de un mes, y la Policía clausuró el lugar. También se denunció el pasado fin de semana que una competencia se realizaría en San Pedro (Traslasierra), pero al llegar la Policía ya no había actividad.

Esperar

Sánchez Kalbermatten dijo que su postura como asesor es no avalar ningún tipo de carreras, al menos hasta que alguna medida cautelar las respalde. “El que la hace asume el riesgo. Nosotros no lo avalamos”, comentó el abogado, que admitió que “hay ansiedad” entre los galgueros “porque quieren volver”.

Un competidor de Pilar negó que haya competencias clandestinas y señaló que esperan la resolución de la Justicia. “Si hubiera una topada ahora, no iría. Con esta ley no me animo a correr”, dijo, tras pedir reservar su identidad.

“Hay fines de semanas que me dan ganas de llorar. Extraño el fol­klore de las carreras. Una ley no atenúa la pasión. Hace más de 30 años que tengo galgos”, expresó.

Otros corredores, menos pacientes, adelantaron que, si las resoluciones no les son favorables, en los próximos meses comenzarán las carreras clandestinas. “No vamos a dejar de correr. No le pueden prohibir a un galgo que corra, está en su naturaleza”, argumentó uno de ellos.

¿Abandono?

En la vereda contraria, Morra advirtió que la preocupación ahora pasa, más allá de las carreras, por el abandono de los galgos. Según señaló, detectaron animales en basurales, cementerios y en la vía pública. “En casi todos los lugares que se hacían carreras detectamos abandono. Todos, en pésimas condiciones”, apuntó.

Los dueños de animales negaron ese planteo y explicaron que los galgos que están en la calle son los “liebreros” (mestizos) y no los que se usan para correr ( Grey­hounds ).

“Además del cariño que les tenemos, son costosos; no los abandonaríamos aunque las competencias siguieran prohibidas”, dijo otro, dueño de cinco perros en la ciudad de Córdoba.

Un corredor de Río Segundo apuntó que sigue cuidando a su perro y que jamás lo regalaría. “Lo saco a pasear, pero no lo estoy entrenando. También le suspendí las vitaminas”, indicó.

Otro contó que decidió vender sus galgos y pasarse a las competencias de caballos “que son legales”.

Un veterinario de la zona de Río Segundo, aficionando a las carreras de galgos, marcó que los animales que conoce, aunque no compitan ahora, “están en buen estado”.

La ley establece multas y hasta penas de prisión. La ley nacional 27.330 castiga con penas de “entre tres meses y cuatro años de cárcel” y multas de hasta 80 mil pesos a quien realice, promueva u organice carreras de perros, de cualquier raza. Fue aprobada a fines del año pasado por una amplia mayoría de legisladores en el Congreso.

Fuente: La Voz del Interior. La Voz del Interior

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *