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Lotería gasta en sí misma el 82% de sus ingresos

En 2016, Lotería mejoró levemente el envío de fondos a promoción social: con 304,6 millones de pesos, destinó el 18,2 por ciento de sus utilidades brutas a los fines que, en definitiva, justifican la intervención del Estado en los juegos de azar.

No obstante, casi 82 por ciento de sus utilidades brutas (que fueron de 1.678 millones de pesos en 2016) se las llevan sus propios gastos de funcionamiento, sobre los que no hay un dato de cómo se aplicaron y en qué.

En el sitio de Lotería hay información bien abundante y detallada de los ingresos: por tipo de juego y por cada casino, tanto de 2016 como de años anteriores. Pero respecto del gasto, sólo se indican los montos enviados a promoción social, que representan apenas el 18 por ciento de la plata con la que cuenta Lotería. Son 1.373,4 millones sin explicar.

Todos los años anteriores, con porcentajes parecidos, registran un idéntico oscurantismo.

A diferencia de lo que sucede con el Tesoro provincial, que rinde cuentas de manera cuatrimestral, los organismos descentralizados del Estado provincial lo hacen una vez al año, el informar cómo han ejecutado el presupuesto durante 12 meses.

Todavía no se publicaron los datos del último cuatrimestre y por ende, la cuenta de inversión del 2016 no está cerrada.

En los entes autárquicos, tampoco interviene el Tribunal de Cuentas de la Provincia, como ente revisor en el “durante” de la ejecución del gasto.

Así las cosas, para tener una idea de cómo gasta Lotería el grueso de su presupuesto, que no va a promoción social, hay que preguntar o mirar números ­anteriores.

Lo primero no fue posible, tras el intento mediante el área de prensa de Gobierno de hablar con el presidente de Lotería, Héctor Trivillin.

Para lo segundo, hay que ir a la cuenta de inversión de otros entes de 2015, que no está publicada en la página de Lotería ni en el Ministerio de Finanzas. En la web de Lotería sí se publica el estado de situación patrimonial al 30 de noviembre de 2015 (el ejercicio va de diciembre a noviembre), pero ahí no están los datos de cómo se gastó lo que no fue a promoción social.

¿El Hotel?

Pero hay dos inconsistencias. En 2015, en teoría, Lotería debió asumir el grueso del costo del polémico Hotel de Ansenuza, en Miramar. Ese año, a gasto social derivó el 16 por ciento de sus ingresos. En 2016, sin hotel por construir, envió el 18 por ciento.

Si el hotel costó 335 millones de pesos, según declaró la propia Lotería, y ya se pagó, en 2016 los giros a gasto social deberían haber dado un gran salto, cuando se mantuvieron apenas en línea con la inflación.

La segunda inconsistencia está en cómo se refleja la inversión del hotel en el estado de situación patrimonial. Ahí aparece como “Bienes de uso”, el ítem bajo el que las normas contables computan los bienes necesarios para desarrollar la actividad, que tienen una duración mayor a un año.

Para 2015 son 456,8 millones de pesos, 237,7 millones más que en 2014. En la nota N°3 a los estados contables, realizada por el contador Alberto Scravaglieri, se indica que mediante la ley 10.080 se realizó la expropiación de los terrenos en Miramar y que, conforme al decreto 152/14 del 14

de febrero de 2014 se hicieron las inversiones para construir el ­hotel y que los costos insumidos “se activaron” en el rubro bienes de uso.

Podría asumirse que parte de la inversión se imputó al ejercicio 2014. Los bienes de uso de ese año, de 169,2 millones, son 81 millones más altos que los 88 millones de 2013. Si la diferencia se explicara sólo por el hotel, el costo se va a 368,7 millones de pesos. Pero es un ejercicio de adivinanza, porque el Reporte de Sustentabilidad de 2015, por caso, no dice una sola palabra de la inversión en Miramar.

En la cuenta de inversión de ese año, los trabajos públicos –presupuestados en 85,8 millones de pesos– cerraron en 286,8 millones, una desviación del 234 por ciento, para lo que hubo que acudir al crédito, porque los ingresos corrientes no alcanzaron. Tampoco se explica con quién y en qué condiciones se asumió esa deuda.

La partida de personal también se excedió: se presupuestaron 479,9 millones de pesos y se gas­taron 586,3 millones, casi una cuarta parte más, y siempre mirando 2015 porque de 2016 no se sabe nada.

Lotería declara tener 1.307 empleados, de los cuales afirma que ocho son contratados. La única partida que se achicó es la de transferencias corrientes, donde se imputan los giros a promoción social: se previeron 296 millones de pesos y se enviaron 214,8 millones. Y de lo que no se sabe nada es de los “servicios no personales”, para los que se previeron 404 millones y se gastaron 500 millones. Ahí se presume que están los auspicios publicitarios, alquileres, contratos varios y todo lo que no se quiere desagregar.

En resumen: con suerte, hay ínfimas pistas de cómo Lotería asignó sus utilidades, pero se refieren hasta noviembre de 2015. Y hace 15 meses que pasó.

Enigmas. La única partida que se achicó es la de transferencias corrientes, donde se imputan los giros a promoción social: se previeron 296 millones de pesos y se enviaron 214,8 millones. Y de lo que no se sabe nada es de los “servicios no personales”, para los que se previeron 404 millones y se gastaron 500 millones. Ahí se presume que están los auspicios publicitarios, alquileres, contratos varios y todo lo que no se quiere desagregar.

Fuente: La Voz del Interior. La Voz del Interior

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