Movilización inédita por la imputación de dos médicos
En contraste con el secreto de sumario que rige sobre la imputación de dos médicos responsables de la atención en el geriátrico Santa Lucía, de Saldán, ayer se hizo una sonora, masiva e inédita movilización de profesionales de la salud en vehículos en el centro de Córdoba y otras localidades del interior en protesta por la acción judicial.
Las imputaciones se habían resuelto el jueves y se dieron a conocer el viernes por la Unidad Fiscal de Emergencia Sanitaria (Ufes), creada para la investigación de delitos asociados con la pandemia y a cargo de Andrés Godoy. Los destinatarios fueron el médico de la residencia Santa Lucía, Lucas Figueroa, por considerarlo “incurso en la comisión del delito, encuadrable prima facie, en la figura de ‘propagación de enfermedad peligrosa y contagiosa para las personas’ en calidad de autor”. La Ufes también imputó al director Médico de la residencia, Marcelo Lázaro, porque “habría incurrido en la comisión del delito de ‘propagación culposa de enfermedad peligrosa y contagiosa para las personas’, agravada por el resultado de enfermedad y muerte, en calidad de autor”.
Rechazo
El rechazo de la comunidad médica, de profesionales universitarios y de asociaciones de empresas de la salud no se hizo esperar y hubo un repudio generalizado a lo que consideraron la criminalización del acto médico, en medio de una pandemia de una enfermedad nueva y altamente contagiosa.
Las manifestaciones contrarias a la acción judicial fueron tan contundentes que el Ministerio Público Fiscal debió salir a aclarar el domingo que el proceso estaba concentrado en dos profesionales, no en el sector. Además, el ministro de Salud, Diego Cardozo –de cuya cartera salió la denuncia que terminó en la imputación– recibió ayer a representantes del Consejo de Médicos de la Provincia de Córdoba (CMPC). En el encuentro, se comprometió a que no falten elementos de protección para el personal sanitario, pero recordó que no tiene injerencia en la Justicia, según informó el titular de la entidad, Andrés de León.
Protesta
Aplausos, banderas y hasta el golpeteo de una cacerola en algún balcón fueron el marco de un flujo de vehículos que parecía interminable y que partió de la esquina de Avenida Colón y Nicolás Avellaneda. Los autos salieron en forma alternada desde cada una de estas vías, ordenados por organizadores, pero también por la policía. Cuantificarlos no era tarea sencilla (se estimaban cientos), pero el paso por esa esquina duró más de una hora y a ritmo constante.
Los bocinazos y los aplausos no fueron los únicos elementos que sumaron impacto. También los detalles, los símbolos, los carteles que había en cada rodado que circulaba por la Colón hacia la Terminal de Ómnibus, con destino final a Tribunales. Un circuito en el que hacía sólo 20 minutos (la movilización comenzó a las 17) se imponía el silencio de un feriado en cuarentena.
Un auto estaba casi completamente revestido de fotos del recordado sanitarista Ramón Carrillo, cuya imagen hoy también está teñida por la polémica; otro tenía un ambo sostenido por el marco de una puerta; una carrocería exhibía un guardapolvo con una cinta de luto; de una ventanilla asomaba un estetoscopio.
Y en los carteles pegados los mensajes tenían la misma tónica, pero no se repetían. Quizá la más representativa fue: “Ni héroes, ni asesinos. Somos médicos”.
Referentes del equipo de salud, en conferencia.
“Esto es único. De esta manera vamos a demostrar el apoyo a nuestros colegas. Será en la sede del Consejo de Médicos, pero lo que vamos a mostrar es la unidad”. En esos términos habló el secretario gremial de Asociación de Médicos de la República Argentina (Amra), Pablo Lutterini, sobre la conferencia de prensa que planean realizar hoy todas las asociaciones de médicos (Amra, CMPC, Aclisa, Femeco, Foro de especialidades médicas y Simsep).
Hubo “autazos” también en 20 ciudades del interior
La convocatoria sorprendió también en el interior provincial: se repitió en unas 20 ciudades y en casi todas la movilización fue más nutrida de lo que podría imaginarse para un feriado nacional y con “invitación” de apenas días antes.
La viralización de mensajes entre los grupos de médicos fue clave. Eso se observó, además, en la similitud de consignas y de modalidades que se repitieron en casi todas las ciudades.
Fueron caravanas a los bocinazos, con médicos y médicas (en no pocos casos más sus familiares), muchos presentes con chaquetillas de trabajo y con barbijos.
“Ni héroes ni asesinos. Somos médicos” fue uno de los carteles más repetidos en las ventanillas de los autos.
En Río Cuarto, la mayor ciudad del interior, fueron cientos de vehículos los que marcharon, mientras hubo vecinos que desde las veredas adherían con banderas o pancartas.
En Villa María hubo entre cuatro y cinco cuadras de vehículos. Similar cálculo se hizo en Villa Carlos Paz, en lo que denominaron “el autazo por la salud”.
En Río Tercero fueron cerca de 150 automóviles. También hubo marchas en Alta Gracia, San Francisco, Marcos Juárez, Bell Ville, Villa Dolores, Río Ceballos, Laboulaye, La Carlota, Río Segundo, Pilar y en otras ciudades.
La lista de planteos visualizadas en carteles y en redes incluyeron consignas por “la no criminalización” y “la no judicialización” por causas ligadas al Covid-19 y contra “los maltratos” por trabajar en centros que atienden la pandemia
Pero también se dejaron ver reclamos por “más elementos de protección” en sus puestos de trabajo” y por “honorarios dignos”.
Otro punto que se sumó, en algunos casos, fue contra la nueva exigencia en varias ciudades de exigir a profesionales de la salud que presenten declaraciones juradas de ausencia de contagio del virus para poder ingresar.
Fuente: La Voz del Interior. La Voz del Interior