Mucha gente, pero con un gasto muy ajustado
Es un clásico: las evaluaciones sobre la temporada de turismo nunca tienen respuestas unánimes. Con enero ya culminado, el balance serrano del mes pico del verano no es la excepción a esa regla.
En general, se percibe conformidad con la afluencia de visitantes en Córdoba. La mayoría interpreta que se contaron más turistas que en los dos o tres veranos anteriores, y que ese movimiento resulta mayor al que se esperaba en la previa.
El punto bajo, otra vez y aunque ya más discutido, apunta al nivel de gastos de los turistas.
En los veranos anteriores, el balance final parecía resumirse en dos ejes: aceptables en cantidad de visitantes pero flojos en el consumo promedio, lo que da cuenta de una economía que lleva años en recesión.
Sobran evidencias de que este verano hubo menos argentinos vacacionando en el exterior, por el valor del dólar más el plus del nuevo impuesto creado en diciembre. La primera impresión es que Córdoba recibió algo de ese flujo de turistas que eligió esta vez en mayor medida destinos nacionales. Pero fue en menor proporción que otros destinos del país, como los balnearios más categorizados de la costa bonaerense o la cordillera patagónica.
Ronda de opiniones
La Agencia Córdoba Turismo es la abanderada de la satisfacción: desde ese ámbito oficial estiman que el promedio de ocupación de enero superó el 80 por ciento, con picos de más del 90 el fin de semana pasado. También refuerzan que el movimiento superó las expectativas con las que se inició la temporada.
Entre los que viven del turismo, parece dominar una sensación de conformidad –sin unanimidad– aunque muchos prefieran contar los porotos cuando la temporada acabe.
Para el secretario de Turismo de Carlos Paz, Sebastián Boldrini, enero fue positivo. “Hemos estado con alrededor del cuatro por ciento más de gente que en enero del año pasado”, marcó. “Superamos el 95 por ciento todos los fines de semana, y la hotelería de tres y cuatro estrellas estuvo al 100 por ciento el fin de semana pasado”, apuntó.
Según interpretó, el gasto por turista sería mejor que el del año anterior. “Pero tengamos en cuenta que tuvimos una inflación anual del 55 por ciento y eso afecta la rentabilidad del sector”, acotó.
Su par de Capilla del Monte, Gabriela del Río, calculó que el promedio de ocupación de enero “se ubicó en un 85 por ciento, cerrando el mes con casi un 90”. Valoró que respecto a veranos anteriores, no hubo tanta diferencia entre fines de semana y de lunes a jueves. “Veo conformidad general, aunque como siempre están los que dicen que trabajaron muy bien y los que no tanto”, apuntó.
Sobre el nivel de gastos, Del Río admitió que “sigue controlado, la mayoría cuida el bolsillo y revisa precios antes de cada consumo”.
En dos pequeñas comunas de Punilla se mostraron conformes. Paulo Tesio, intendente de Villa Río Icho Cruz, aseveró que el balance “es muy positivo, con días donde se ocupó casi el 100 por ciento de la capacidad de alojamiento”. Roberto Grigioni, funcionario de San Antonio de Arredondo, pintó un idéntico cuadro.
Variadito
“Hubo muy alta ocupación de jueves a domingo, de más del 95 por ciento, que bajó al 75 el resto de la semana. Fue más alta en cabañas, departamentos y casas de alquiler que en hoteles, y las casas de fin de semana estuvieron a pleno con familiares y amigos”: así resumió enero Alejandro Kobelt, integrante de la Asociación Empresaria Hotelera Gastronómica de Calamuchita y dueño de un hotel en Santa Rosa.
“La mayor demanda está en valores acotados, con alquileres de entre 2.500 a 3.500 por día, lo que da cuenta de que el gasto del turista medio es bajo”, señaló. Para Kobelt, se percibe un intenso movimiento, pero con una mayoría que “cuida cada peso”, sobre todo en el rubro gastronómico. “Es un verano excelente para súper, heladerías, pizzerías y similares”, acotó.
Los establecimientos más categorizados y caros de Calamuchita, como de toda Córdoba, son los que mayor tasa de ocupación registraron. Pero representan la menor parte de la oferta total de alojamiento.
Guadalupe Joseph, secretaria de Turismo de Embalse, sostuvo que hay “un fuerte movimiento, las playas están llenas y todos, incluidos los gastronómicos, hablan de una buena temporada”. Apuntó que los fines de semana se incrementa la actividad con turistas de ciudades cercanas y precisó que los campings de esa localidad tuvieron una alta ocupación, mejor que en años anteriores.
Janina Quinteros, directora de Turismo de La Cumbrecita, se mostró muy conforme. “Sin dudas, el impuesto al dólar turista provocó que gente que viajaba al exterior este verano se quede y eso se vio aquí claramente”, opinó, tras reconocer que esa localidad tiene un perfil (y un costo promedio) más ligado a ese sector de mayor poder adquisitivo que solía vacacionar afuera.
Giselle Castracane, de una posada de Villa General Belgrano, resumió que “en líneas generales, es una muy buena temporada”. Dijo que estuvieron al 90 por ciento (“similar al enero anterior”, comparó), pero con estadías promedio más prolongadas, de entre siete y 10 días.
Del “otro” lado
En el valle de Traslasierra muchos hablan del mejor enero en varios años. Uno de ellos es Ariel Panella, secretario de Turismo de Mina Clavero, que aseguró que esa localidad tuvo un promedio de ocupación superior al 95 por ciento.
“El gasto por turista fue de $ 2.300 diarios, frente a los $ 1.500 del verano pasado”, comparó. De todos modos, admitió que los operadores turísticos no subieron sus precios al ritmo de la inflación y que ese cuadro complica al sector. “Y la presión impositiva no baja”, agregó.
Roberto Cáceres, hotelero de esa localidad, señaló que “después del 10 de enero fue formidable” y valoró que “hubo estadías de hasta 15 días, que parecían en extinción”. También, reforzó que hoteleros y cabañeros “no subieron tanto las tarifas, para poder trabajar”, e interpretó que “el gasto de la gente estuvo controlado pero ya no tanto, como si tuviera menos incertidumbre”.
En Villa Cura Brochero, el cabañero Gregorio Baldor no oculta conformidad: “Tuvimos un enero al 97 por ciento y para febrero tenemos ya un 85 por ciento de reservas”. Sobre consumo por turista, apuntó que “es moderado, mucha gente cocina en las cabañas o compra comida hecha, y se ahorra las salidas a restaurantes”.
Leonardo Rodríguez, de Turismo de San Javier, valoró que fue “un enero histórico, el mejor en muchos años, con más de un 93 por ciento de ocupación promedio y días en los que tuvimos que derivar gente a otros pueblos”. Sobre el gasto, estimó que se mantuvo en los niveles del año pasado, teniendo en cuenta la inflación anual.
Cómo lo ven los restaurantes
En los restaurantes serranos también hay opiniones matizadas sobre la temporada en marcha.
Raúl Flores, propietario de una parrilla en Villa Cura Brochero, opinó: “Hay muchísima gente, incluso desde los primeros días de enero; se trabajó muy bien, pero aclaro que hemos controlado los precios, bajando la rentabilidad y absorbiendo costos. La gente repasa la carta y revisa los precios. Creo que el gasto promedio mejoró un poco respecto de los veranos anteriores”.
Distinto lo ve Raúl Lamponi, dueño de un restaurante de pleno centro en Villa General Belgrano: “En nuestro rubro la temporada estuvo un 15 por ciento por debajo del año pasado. El gasto por visitante sigue cayendo. Acá, la estrella de la temporada fueron las papas, porque la mayoría pide platos económicos”, planteó.
Para Liliana Ferreyra, de un reconocido restaurante de Santa Rosa de Calamuchita, este verano “se ven más familias y menos jóvenes que el pasado y la gente se queda por menos tiempo”. Valoró un buen nivel de actividad en enero y opinó que “el gasto por turista es mayor pero por la inflación, y no porque la gente gaste más que en años anteriores”.
Emanuel Demaría, gerente de una clásica parrilla de Villa Carlos Paz, sostuvo que la temporada es buena. “Hay más gente que en años anteriores y arrancó antes, en la segunda mitad de diciembre”, señaló, tras remarcar que la clave es “ser competitivos en los precios”.
“No se puede medir seriamente cuántos turistas hay”
Representante por Córdoba en la Federación Empresaria de Hotelería y Gastronomía de Argentina (Fehgra), el hotelero Alejandro Moroni traza su propio análisis: “Se ve más gente que el verano anterior, pero medido por el caudal en hoteles y cabañas registradas no son números muy distintos a los de cada enero. Si hay más gente, no está en los hoteles, sino en casas o departamentos del mercado informal. Con la crisis y el boom de Internet, cada vez más gente alquila sus casas por las redes. Y no hay ciudad que pueda medir seriamente cuánta gente hay en sitios no registrados, por lo que todos los números se tornan relativos”.
En ese marco, citó que “hay ciudades, como Villa Carlos Paz, donde hay tanta capacidad de alojamiento en establecimientos registrados como en el mercado informal”.
“Seguramente hay más gente que en veranos anteriores, pero en los hoteles eso no se ve tanto, porque siempre la segunda quincena de enero fue buena. Nos son malos números los de enero, pero nunca fueron malos en enero”, graficó.
Sobre el nivel de gastos, Moroni opinó que sigue siendo acotado: “La mayoría trata de revisar cada consumo. En gastronomía se percibe mucho: la mayoría de los que están en cabañas o casas van al súper y cocinan, y los balnearios están llenos de gente comiendo allí”.
Sobre el impacto de la menor salida de argentinos al exterior, el empresario de Carlos Paz sostuvo que se observa pero no es gravitante: “Los que no se fueron, en su mayoría no están en Córdoba. No es el público que suele atraer Córdoba en verano, que es más de clase media”.
Para la Nación, hubo un “notable incremento”
“El turismo interno comenzó a recuperar su actividad y registró en enero niveles de ocupación hotelera que dan cuenta de un crecimiento interanual, marcando una notable recuperación”, publicó ayer el Ministerio de Turismo y Deportes de la Nación.
“Terminó un gran enero en términos turísticos con muy buenos niveles de ocupación en los principales destinos del país. Tras años muy difíciles, creemos que esta gran temporada refleja los primeros indicios de que la economía empezó a encenderse”, señaló el ministro Matías Lammens. “Cuando la economía empieza a acomodarse, los argentinos volvemos a viajar en el país”, agregó.
La estimación de Córdoba Turismo
5,5 millones. Desde hace varios veranos, la estimación de la Agencia Córdoba Turismo es que unos cinco millones de turistas vacacionan en esta provincia en los tres meses que van de diciembre a marzo.
En el verano 2019, se calcula que fueron casi cinco millones. En el de 2018, la estimación hablaba de algo más de cinco millones. Para la actual temporada, si febrero copia a enero se especula que pueda superar los 5,5 millones. Para esa estimación, se asume como turista al que pernocta al menos una noche en establecimientos registrados. El relevamiento no cuenta a los que ocupan plazas no registradas. Y el método es distante de la ciencia estadística.
Por año, el mismo cálculo apunta que suelen visitar Córdoba algo más de siete millones de turistas.
Fuente: La Voz del Interior. La Voz del Interior