No nos une el amor sino el espanto
Argentina es un país anti. Como decía el Borges, en su poema dedicado a Buenos Aires, “no nos une el amor sino el espanto”. Para los argentinos, el odio suele ser más intenso, y hasta más placentero, que el afecto. Uno quizás se alegra cuando gana la Academia, pero a veces nos gusta incluso más que pierda Independiente.
En la política nos pasa lo mismo. Desde 1945, “antiperonista” es una identidad política tan sólida y constante como la de “peronista”. A veces es incluso más pasional. También es igual de diversa, porque ser “anti” es definirse por oposición. Todos los antiperonistas están en contra del peronismo, pero cada uno está a favor de cosas muy distintas.
Una encuesta de estos días, realizada por Gustavo Córdoba & Asociados parece confirmar que en 2019, los antis definirán la elección más que nunca. Revisemos los resultados: de los 1200 encuestados, 32% se sienten peronistas; y 40%, antiperonistas. El resto se declara neutral. Ganan los antis.
¿Y qué pasa con las dos principales fuerzas que se enfrentarán en las presidenciales? La balanza está aún más a favor de los antis. Entre quienes respondieron la encuesta, 25% se declaran partidarios de Cambiemos, mientras que un 54% son “anticambiemos”. Entretanto, 26% se identifica como kirchnerista, y 58% como antikirchnerista.
Si consideramos el margen de error, los índices son técnicamente iguales para Cambiemos y para el FpV. Lo que demuestra que, pese a lo que se diga y a lo que intentan mostrar, ninguno de los dos tiene la vaca atada.
¿Sumamos más antis todavía a la elección? Los que ganan por goleada son los antigrieta: casi un 51% de los argentinos dice que votaría por un candidato presidente que no fuera de Cambiemos ni kirchnerista. Es el reflejo de medio país que ha perdido la confianza en los partidos y las fuerzas políticas que viven pensando en alianzas electorales.
Ese 51% es también la porción de la población a la que apuntan todos los partidos políticos. Pero el problema es el mismo. Ese 51% no es homogéneo; algunos simpatizarán con los peronistas no kirchneristas, otros con la izquierda o la centroizquierda, otros con fuerzas más outsiders. El peronismo alternativo parece el que tiene las mejores chances de seducirlo, pero no nos olvidemos del 40% de antiperonistas que hay en la sociedad.
Eso sin contar con la dificultad primordial para reunirse todos atrás de un solo candidato. Si el tercer partido se presenta con cuatro precandidatos distintos, su eventual masa de votos se va a dispersar. Es por eso que empiezan a proyectarse eventuales candidatos de compromiso, como Lavagna. Pero cualquier acuerdo en ese sentido todavía está verde.
Además, si nos imaginamos la irrupción de un candidato como Lavagna, ¿cuánto tiempo tardarían en aparecer los antilavaganistas o lo sumaran al Peronismo , pero también fue candidato por el Radicalismo en su momento …. Que complicado.
Como se sabe, toda acción genera una reacción igual pero en sentido contrario. Lo que parece seguro es que nuestro próximo presidente no será el que tenga más partidarios, sino el que tenga menos anti. O el que mejor sepa aprovechar los anti de sus rivales.
Lo que parece seguro es que la próxima fuerza en ocupar la presidencia será anti algo, pero ¿qué tipo de gobierno va a ser? Seguramente ahí está la causa de que nuestro desarrollo y crecimiento como país esté detenido o vaya para atrás. En este país anti, es muy fácil saber a qué se opone alguien. Lo difícil es saber a favor de qué está.