El país, más activo contra el cambio climático
La reunión de la ONU sobre cambio climático de 2015, realizada Francia –donde se logró el histórico Acuerdo de París que el viernes entró en vigor–, había tomado a nuestro país en medio de la elección para presidente.
La propuesta que llevó el kirchnerismo no convenció a los ambientalistas locales ni a la diplomacia internacional. El macrismo electo se apuró en anunciar que eso iba a cambiar.
En sus primeros meses de gobierno, la gestión de Mauricio Macri ha dado señales de que realmente quiere torcer el rumbo, señalan algunos expertos. El objetivo es incluir el cambio climático en la agenda nacional de más alto nivel y recuperar el protagonismo internacional.
El primer escenario para mostrar esa nueva cara será la cumbre sobre cambio climático de la ONU, que se realizará en Marrakesh (Marruecos) desde este lunes y hasta el 18 de noviembre.
“La COP22 será el primer paso de la implementación del Acuerdo de París. En esta reunión, los países buscarán avanzar en temas de financiamiento y aumento de las ambiciones porque las contribuciones no alcanzan para frenar el cambio climático”, explica Enrique Maurtua Konstantinidis, director de Cambio Climático de la Fundación Ambiente y Recursos Naturales de Argentina (Farn).
Para Juan Carlos Villalonga, ex Greenpeace y diputado nacional del Partido Verde, aliado al PRO, la COP22 será una reunión con una enorme carga de trabajo burocrático, necesaria para poner en marcha los cuerpos operativos del Acuerdo de París.
“Argentina debe acompañar proactivamente ese proceso y prepararse para realizar una contribución mucho más severa que la presentada. Como miembro del G20, se esperará de nuestro país un acompañamiento más coherente”, destaca el diputado.
En tanto, Konstantinidis explica que nuestro país ya mostró que quiere ser protagonista. “Argentina tiene la oportunidad de jugar un rol constructivo en la negociación y aportar nuevas ideas, sobre todo en el aumento de la ambición, ya que fue el primer país en anunciar que mejoraría su compromiso climático”, explica.
Propuesta mejorada
La semana pasada, el Ministerio de Ambiente de la Nación anunció una mejora del tres por ciento respecto de la propuesta voluntaria de reducción de gases de efecto invernadero (GEI) presentada en París.
Para 2030, propuso reducir en un 18 por ciento los GEI por cuenta propia y un 37 por ciento con ayuda internacional. Antes, esos porcentajes eran del 15 y el 30 por ciento. Esas proporciones son comparadas con un escenario sin ninguna medida ( business as usual o Bau, en la jerga).
“Sin dudas, Argentina va a tomar más protagonismo”, comenta Manuel Jaramillo, director de Desarrollo Sustentable de la Fundación Vida Silvestre. Y señala que el primer paso fue abandonar el grupo de negociación llamado “Like Minded”, que estaba conformado por Venezuela, Bolivia, Nicaragua, Irak, Irán y Arabia Saudita, entre otros, y que tiene una estrategia defensiva, más que propositiva.
Jaramillo destaca también la creación de un gabinete nacional ampliado sobre cambio climático. “Pone a todos los ministros a pensar que sus políticas deben ser bajas en carbono. Coloca el tema en el más alto nivel de toma de decisiones”, dice.
Sin embargo, espera que se incluyan más propuestas para reducir las emisiones. “Más allá del programa Renovar, para promover las energías verdes, no hay otras señales. Estamos discutiendo un presupuesto para la ley de bosques, que es el más bajo de los últimos años. Y se decidió quitar las retenciones agrícolas sin medidas de restricción ambiental”, detalla.
Jaramillo cree que el país tiene mucho por hacer en eficiencia energética. Y también debe adoptar una agricultura de bajo carbono y una ganadería de pastizales naturales más sustentable.
“Esto posicionaría a Argentina como un productor agrícola sustentable. Sería un nuevo diferencial de producción para posicionarse en los mercados internacionales”, explica.
Objetivos y consecuencias globales
Consecuencias. Si no se logra ese objetivo, desaparecerán islas y ciudades costeras, habrá dificultad para acceder al agua potable, una baja en la productividad agrícola, un tercio de las especies desaparecerán y se propagarán enfermedades transmitidas por vectores.
En Córdoba. Se espera que el calentamiento global provoque un clima monzónico: un período seco más largo, olas de calor y menos días con lluvias, pero más intensas. Más incendios, escasez de agua e inundaciones.