Pami y Apross pagarán más a clínicas del interior
El Pami y el Apross, las dos obras sociales que concentran la cobertura del 70 por ciento de los pacientes en la provincia, analizan una mejora inmediata en el pago de determinadas prestaciones que hacen a las clínicas privadas del interior. La mejora tiene como objetivo aliviar la asfixiante situación financiera de los prestadores privados más chicos para detener la sangría de cierres de centros de salud que se produce desde hace una década.
El Instituto Nacional de Servicios Sociales para Jubilados y Pensionados (Pami) es la obra social de los pasivos del sector público nacional, con cobertura para 5,5 millones de afiliados, de los cuales casi 600 mil están en Córdoba. Un número similar de beneficiarios maneja el Apross, la obra social obligatoria de los trabajadores de la administración pública provincial y municipios. Juntos, son los principales financiadores de la salud en la provincia.
“Se están revisando los presupuestos para generar un fortalecimiento en los prestadores de las clínicas, para que contengan con más eficacia la demanda en el interior”, dijo el ministro de Salud de la Provincia, Francisco Fortuna.
“Queremos reabrir clínicas del interior, delegándoles trabajo y pagándoles mejor”, dice con contundencia José Arnoletto, titular de la delegación Córdoba del Pami.
Esta semana, las dos obras sociales inician conversaciones formales al respecto. “La mejora debería ser de un 20 por ciento al menos de diferencia para el interior respecto de Capital; como no tienen volumen de casos, tienen que tener margen”, explica. Si bien todavía no hay muchos detalles, la idea es que las clínicas reciban pagos más altos por determinadas prestaciones y que ellas decidan cuánto y cómo les trasladan ese extra a los profesionales que realizan la atención.
La medida se toma en un contexto de emergencia agravada para el sector privado de la salud, en especial en las localidades que no son cabeceras de departamento. Las cifras oficiales indican que, en 2004, existían 291 centros privados en la provincia y en 2015 había 170, lo que significa un achique del 41 por ciento, con una reducción de 791 camas de internación. Este achique de los efectores públicos tiene dos consecuencias directas: un aumento desmesurado de la demanda sobre los hospitales públicos provinciales o centros municipales y, la segura peregrinación a la que deberá someterse el paciente hasta ser atendido.
“El sector público asume la cobertura de la población que dejan de atender los privados, ya que en 250 localidades no hay instituciones privadas que dispongan camas para internaciones, clínica o cirugía y sólo quedan efectores estatales”, dice Fortuna. Eso significa que el 58 por ciento de los pueblos no tiene servicios privados y que depende del municipio para la atención primaria y la Provincia para la mayor complejidad.
Arnoletto diferencia dos situaciones respecto de las clínicas: “Las que en algún momento apagan la luz, están logrando cerrar mejor los números; pero el problema está en las que tienen que bancar la guardia de noche y los fines de semana, hay que reconocer el trabajo de las polivalentes que abren los siete días de la semana”, dice.
“La situación económica actual sigue siendo negativa”, remarca Fortuna. Devaluación, inflación, paritarias arriba del 35 por ciento, aranceles que suben a menor ritmo y se pagan tarde conforman un combo complicado para muchas.
“La situación es dura, muy complicada para todos”, cuenta Gustavo Traballini, de la Asociación de Clínicas y Sanatorios (Aclisa). Sabían que había intención de una mejora en las prestaciones, pero no conocen de montos ni plazos.
En números
En 2015. El sistema de salud pública provincial atendió 3,7 millones de consultas; 15.688 partos y 9.601 cesáreas; se hicieron 650 mil radiografías y 62.701 cirugías. La mitad de esas prestaciones fue en hospitales interior.
Sector crítico. El sistema público provincial cuenta con 4.285 camas, de las cuales 650 son de alta complejidad.
Falencia. En 250 localidades del interior, no hay ningún tipo de servicio privado de internación o mediana complejidad. Así, pacientes con cobertura social, igual se atienden en el sector público porque no hay otra opción. El sector privado se ha concentrado en pocos efectores y en grandes centros urbanos.
Cierre. Entre 2004 y 2015, cerraron sus puertas 121 instituciones, según datos del Registro de Unidades de Gestión de Prestaciones de Salud del Ministerio de Salud. Algunas se reconvirtieron en centros ambulatorios, sin internación ni guardias.
Factor humano. Además de una ecuación financiera difícil para un centro con 15 o 20 camas, está el factor humano. Muchos profesionales no quieren vivir en localidades chicas.
Fuente: La Voz del Interior. http://www.lavoz.com.ar/ciudadanos/pami-y-apross-pagaran-mas-clinicas-del-interior?cx_level=flujo_2