Policiales

El Presidente busca construir poder con gobernadores y con intendentes

La última embestida de Cristina Fernández contra el gabinete convenció al presidente Alberto Fernández de que algo tenía que cambiar en su gobierno. Luego de algunos días de análisis con su círculo íntimo, el jefe del Estado tomó una decisión política que habrá que ver si logra hacerla realidad: recostarse en gobernadores e intendentes peronistas para tratar de reducir la decisiva influencia de la vicepresidenta en la gestión.

El viernes 18 de diciembre, Cristina Fernández exigió en un acto en La Plata que se fueran a buscar “otro laburo” las ministras y los ministros que “tienen miedo de defender los intereses del pueblo”.

Alberto Fernández escuchó incómodo la arremetida de la vice contra su equipo. No le respondió en aquel acto. “El clima se cortaba con un cuchillo”, según describió el vocero de un ministro nacional.

El pasado fin de semana, el Presidente mantuvo reuniones con sus íntimos, que lo acompañan en toda su carrera política. Algunos son ministros y otros son secretarios de Estado o asesores.

En esas charlas reservadas que se dieron en la quinta presidencial de Olivos, sus cercanos le marcaron una encrucijada: sumisión o quiebre con la poderosa vicepresidenta.

Fiel a su estilo de componedor político, el jefe del Estado decidió un camino intermedio: recostarse en los gobernadores e intendentes del PJ para tratar de aminorar la injerencia de Cristina Fernández.

El Presidente comenzó a aplicar esta receta el lunes pasado, cuando en Tierra del Fuego puso en marcha el proyecto de las capitales alternas. Desde la capital fueguina, sin nombrarla, le respondió a la dura embestida de la expresidenta.

“Yo sólo tengo gratitud y reconocimiento para con cada ministro mío, con cada funcionario mío, para con cada empleado de este Gobierno nacional que trabajó a mi lado para mantener de pie a la Argentina. Es la misma gratitud que tengo para con cada gobernador y cada intendente”, manifestó Fernández.

“No habrá quiebre, pero debe quedar claro quién manda. Es evidente que Cristina no será nunca una vicepresidenta más, pero, si ella es la que manda, el Gobierno no tiene futuro”, describió un funcionario que participó de las reuniones reservadas de los albertistas puros.

Promesa de campaña

El plan de acercarse a los gobernadores no es nuevo. Es lo que Alberto Fernández prometió en la campaña electoral. “Mi gobierno será con todos los gobernadores”, decía en los actos que no compartía con Cristina.

El proyecto de las capitales alternas fue presentado en Mendoza, en plena campaña, con Natalia de la Sota como invitada especial.

El entonces candidato presidencial del Frente de Todos admitió que tomó la iniciativa de José Manuel de la Sota de convertir a Río Cuarto en capital alterna de Córdoba.

En aquellos tiempos de campaña, Alberto Fernández y su grupo más cercano ya intuían que debían acercarse a los gobernadores y a los intendentes peronistas si querían construir poder propio.

En las últimas horas, con la llegada de la primera tanda de la vacuna rusa para combatir el Covid, un aire de optimismo envuelve al ala albertista del Gobierno nacional.

“Llegó la hora de la verdad. Si la campaña de vacunación es exitosa y se logra un acuerdo con el FMI, comenzará una nueva etapa en la gestión, con un Alberto mejor posicionado”, coinciden los oficialistas.

El rol de Schiaretti

En este nuevo escenario que plantean desde la Casa Rosada, el acercamiento con los gobernadores incluye a Juan Schiaretti, el peronista más díscolo.

Dicen que el Presidente sigue pensando lo mismo del cordobés: le reconoce su experiencia como gestor, pero sabe que no se comprometerá políticamente con su gobierno.

En la Casa Rosada ahora priorizan la gestión para alimentar la figura del Presidente. Miran en el espejo de los primeros dos meses de la cuarentena, cuando Alberto Fernández tuvo una alta imagen positiva. Coincidió con el silencio de Cristina.

“La política vendrá después, cuando haya que armar las listas para las legislativas”, argumentan los albertistas, previendo que entonces vendrá otra pulseada con el cristinismo por los lugares en las boletas.

La relación con Schiaretti tiene vaivenes. Sus diputados apoyaron los proyectos que tuvieron que ver con la gestión (el martes, avalarán la movilidad jubilatoria), pero rechazan los cambios que el Presidente y la vicepresidenta impulsan para la Justicia.

Es decir, apoyo a la gestión, sin compromiso político.

En ese contexto, está previsto que en enero o en febrero (sin fecha confirmada) Alberto Fernández visite Córdoba por primera vez como presidente. Será parte de su nuevo plan de acercamiento a los gobernadores, que incluye a Schiaretti.

Cambios en el gabinete. Luego de la críticas de Cristina Fernández, el ministro que más chances tiene de dejar su lugar es el canciller Solá. Habrá más cambios, pero serían después de marzo, cuando se armen las listas para las legislativas para octubre.

Fuente: La Voz del Interior. La Voz del Interior