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Primer balance de temporada en las sierras: bien en gente, pobre en gastos

Aunque con matices, tres conclusiones parece ir dejando el paso de enero por las Sierras: la temporada es mejor de lo que la mayoría presuponía hace dos meses; en cantidad de turistas y ocupación de alojamiento domina cierta conformidad; y el gasto por visitante no despega y es muy medido.

Un recorrido de opiniones permite trazar un primer balance. Casi todos admiten que, en relación con cierta preocupación que los dominaba meses atrás, el movimiento ha sido mayor al previsto. Aunque no se parezca al de las mejores temporadas de la última década, sí alcanza para que una mayoría sostenga que hay más gente que el verano anterior.

El punto flaco está en los bolsillos: hay coincidencia en que el gasto es medido, sin acompañar la inflación interanual. Ese dato ratifica que Córdoba es en verano un destino de clases medias, que revisan y recalculan sus gastos. Con esa certeza, los precios resultan un punto clave en la oferta turística de la provincia.

Julio Bañuelos, titular de la Agencia Córdoba Turismo, indicó que los relevamientos oficiales muestran que en la primera quincena hubo un cinco por ciento más de turistas que el año pasado. “En la segunda será algo más, quizá un ocho por ciento más”, apuntó.

Según la agencia estatal, el enero anterior (2017) había tenido un ocho por ciento menos de visitantes que el de 2016. Por lo que el de 2018 se parecerá al de hace dos años.

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“En el mes, el promedio de ocupación rondaría el 80 por ciento, con fines de semana que superaron el 99 y de lunes a jueves con un 75”, estimó Bañuelos. La estadía promedio –agregó– es de cinco noches.

También marcó el impacto que representan los festivales o eventos convocantes, que en los días de su realización llegan a colmar la capacidad de alojamiento en sus zonas.

En cuanto al gasto por turista, el funcionario provincial admitió que “es contenido”. Dijo que las mediciones aún en proceso marcarían que está apenas por encima del verano pasado, quizá en unos 1.300 pesos por día por visitante. Si se considera la inflación, quedaría por debajo del año anterior.

Por eso, en general, resulta mejor el rendimiento para el sector alojamiento que para el gastronómico y el de entretenimientos.

De recorrida

Sebastián Boldrini, secretario de Turismo de Villa Carlos Paz, consideró que “el primer balance es más que positivo, con un promedio para la primera quincena del 85 por ciento y picos de casi el 100 en algún fin de semana”. Respecto del gasto, opinó que “se mantuvo similar al del año pasado”.

Para Mario Sansone, empresario gastronómico de Carlos Paz, “es muy difícil evaluar la cantidad de turistas, pero se ve menos gente consumiendo”. Opinó que el nivel de gasto promedio es bajo: “Si la inflación anual cerró en 25 por ciento, el consumo aumentó un 10 por debajo de eso”.

Viviana Pardo, dueña de un negocio de artículos regionales, apuntó que “se ve mucha gente, pero que se cuida más en el gasto que otros años; lo que más se vende es lo de menor valor”.

Diego Véliz, secretario de Turismo de La Falda, se mostró conforme: “En promedio hubo un 83 por ciento de ocupación en la primera quincena y más del 90 en la segunda. Es casi un 10 por ciento más que el año anterior”, evaluó el funcionario.

Matices

Desde la Asociación Empresaria Hotelera Gastronómica de Calamuchita (Ahab), marcaron que un relevamiento propio reveló una ocupación de siete al nueve por ciento superior al enero anterior. También notaron “estadías más cortas, lo que implica mucha rotación”, y que el gasto por turista, actualizado por inflación, cayó respecto de un año atrás.

Para Marcela Chavero, secretaria de Turismo de Santa Rosa, “la ocupación fue del 90 por ciento, un 15 más que el año pasado”. Sobre el gasto por persona, estimó una suba interanual del 25 por ciento, que copiaría en ese caso a la inflación.

Alejandro Ziback, dueño de cabañas en esa ciudad, evaluó que “la temporada es aceptable, similar a la anterior”.

Para Cecilia Miretti, de un hotel de Villa General Belgrano, “este verano viene muy bien, mejor que el año anterior; al menos hasta mediados de febrero hay alto nivel de reservas”. A diferencia de otros, percibió mejor poder adquisitivo entre sus huéspedes.

Coincidencias

En Traslasierra pintan cuadros similares. “En afluencia, este enero estuvo un 15 por ciento arriba que el pasado, con un promedio que superó el 80 ”, resumió Rubén Loza, secretario de Turismo de Mina Clavero. “Pero el nivel de gastos no mejoró en la misma medida; la gente busca precios y usa mucho la tarjeta de crédito”, indicó.

En Villa Cura Brochero apuntan que la temporada es “levemente mejor” que la de los dos veranos anteriores. Ariel Moyano, director de Turismo, precisó que, desde que el sacerdote que dio nombre al pueblo es santo, ha crecido la cantidad de visitantes pero la mayoría llega sólo por el día. “No se relaciona la cantidad que llega con la que se aloja”, explicó.

En enero, la ocupación promedio en esta ciudad rondó el 70 por ciento. “Pero el gasto es bien moderado”, completó.

Raúl Flores, propietario de una tradicional parrilla de Mina Clavero, tocó una cuerda diferente a los demás: “Este año vemos un gasto más alto que en los dos anteriores: más gente pide mejores platos, vinos buenos y come postre. Eso sí: usa mucho más la tarjeta”.

Sierras Chicas no desentona: mucha gente en las calles de Río Ceballos, Agua de Oro, La Granja y otras localidades, pero con consumos acotados.

Según las oficinas de Turismo municipales, la ocupación de plazas superó en esa zona el 80 por ciento, con picos del cien por ciento: ocupación plena. Sin embargo, el gasto no creció de igual modo.

La feria de artesanos de Río Ceballos puede resultar un termómetro: “De los últimos años, es uno de los peores en ventas. La gente llega, pregunta precios y se va sin comprar”, comenta Luis González, de la comisión de artesanos.

Fuente: La Voz del Interior. La Voz del Interior