Radicales críticos al Gobierno llamaron a armar «un nuevo frente electoral»
Radicales convencionales críticos al Gobierno publicaron una carta en la que llamaron a construir «un nuevo frente electoral» de cara a las elecciones de octubre. El documento será presentado el próximo lunes 27 en la Convención Nacional de la UCR.
En el texto, los radicales que cuentan con el apoyo de dirigentes como Ricardo Alfonsín o Federico Storani, aseguraron que luego de cuatro años de gestión el Gobierno «fue incapaz de resolver las demandas de la sociedad».
«Hace cuatro años la Convención Nacional reunida en Gualeguaychú decidió que el radicalismo constituyera con la Coalición Cívica y el PRO el frente electoral Cambiemos. El espíritu que impulsó a los convencionales de entonces fue el de facilitar una alternativa electoral capaz de garantizar una alternancia que evitara la consolidación de un modelo desapegado de formas de comportamiento republicano y de una extrema laxitud moral en el manejo de los asuntos públicos», dice el texto.
«La persistencia de los riesgos republicanos aludidos y el deterioro, después de casi cuatro años de gestión, de los principales indicadores sociales, así como la fragilidad de la economía, hacen necesaria una nueva evaluación de la situación y reexaminar la decisión partidaria», continúa.
La carta fue firmado por Jorge Sappia, Carlos Fascendino, Leandro Illia, Raúl Borrás, Lucía Alberti, Julio Genesini, Carlos Pérez Gresia, Adriana Canatta, Ariel Dulevich Uzal, César Martucci, Laura Spina, Jorge Erregue, Pablo Quiroga, Laura Pico, Roberto Ortiz, Jorge Deantoni, Inés Halm y Héctor Euiza, entre otros.
La carta completa:
“Los Convencionales Nacionales cuyos nombres abajo se hacen constar, hacemos conocer algunas de las posiciones que hemos acordado plantear a la Convención Nacional en su reunión del lunes 27 de Mayo:
Hace cuatro años la Convención Nacional reunida en Gualeguaychú decidió que el radicalismo constituyera con la Coalición Cívica y el PRO el frente electoral Cambiemos. El espíritu que impulsó a los convencionales de entonces fue el de facilitar una alternativa electoral capaz de garantizar una alternancia que evitara la consolidación de un modelo desapegado de formas de comportamiento republicano y de una extrema laxitud moral en el manejo de los asuntos públicos.
La persistencia de los riesgos republicanos aludidos y el deterioro, después de casi cuatro años de gestión, de los principales indicadores sociales, así como la fragilidad de la economía, hacen necesaria una nueva evaluación de la situación y reexaminar la decisión partidaria.
El radicalismo históricamente ha sido un impulsor de consensos básicos apoyados en el ejercicio del diálogo. No se trata de buscar consensos por el consenso mismo, sino de la convicción de que la enorme tarea que supone el desafío de alcanzar el desarrollo en un marco de libertad y justicia social requiere de la construcción de sólidas mayorías políticas que unan a los argentinos detrás de esos objetivos.
La mayoría de la sociedad argentina no quiere reproducir la experiencia vivida hasta diciembre del 2015 ni continuar por el camino iniciado desde entonces. Es que también este último se ha revelado incapaz de resolver sus demandas y, además, ha contribuido a sostener una polarización que conspira contra la posibilidad de acuerdos imprescindibles.
Será en esta ocasión, como en otras circunstancias, responsabilidad de la Unión Cívica Radical contribuir a la construcción de una alternativa política que recree la esperanza en un futuro mejor, y rescate a la ciudadanía de la condición de rehén entre alternativas que no considera las mejores.
El camino deberá ser la creación de un nuevo frente electoral y programático, que integre, en un proyecto a la altura de las circunstancias, a todos los actores sociales y políticos capaces de confluir en los acuerdos mínimos para salir de la emergencia y poner a la Argentina en el camino del crecimiento y el desarrollo.
La naturaleza misma de esta convocatoria incluye a los partidos que hoy conforman Cambiemos, pero no se circunscribirse a una invitación a ampliarlo, sino a la conformación de un nuevo espacio y un nuevo programa que incluya la visión enriquecedora de quienes quieran sumarse.
Se requiere generosidad, disposición a priorizar lo mejor para el país, imaginación y audacia.
Sin perjuicio de lo dicho en el último párrafo, manifestamos nuestra propuesta de que la Convención Nacional considere la posibilidad de proponer el candidato del nuevo espacio electoral. Esta legítima aspiración partidaria, por supuesto, no debe ponerse por encima de la necesidad de construir una alternativa como la que pregonamos.
Lo dicho antes no excluye, hacer un balance acerca de lo ocurrido durante estos casi cuatro años de gestión del Pro y las políticas aplicadas, así como una evaluación del papel cumplido por la UCR hacia adentro de Cambiemos, y elaborar una hoja de ruta programática a discutir con los eventuales miembros de la nueva configuración electoral y política».
Fuente: La Mañana. La Mañana