Reconocen a estudios sobre contaminación en la Antártida Argentina
La presencia sobre el cielo antártico de nubes conformadas por compuestos nitrogenados, cloratos, bromatos y otros gases de origen industrial que capturan oxígeno e impiden la reposición del ozono destruido por los rayos solares en la estratósfera es apenas uno de los parámetros relevados por los investigadores del Instituto Antártico Argentino (IAA) y que son reconocidos a nivel internacional en las discusiones sobre el avance del cambio climático.
La doctora en Física y jefa a cargo del departamento de Ciencias de la Atmósfera del IAA, Adriana Gulisano, afirmó que «nuestro campo de investigación abarca todos los fenómenos registrables desde el suelo hasta el espacio. Por lo que es muy amplio y diverso; hacemos tanto un monitoreo de la capa de ozono como meteorología espacial u observación del espacio«.
Y advirtió: «Estos gases producidos en procesos industriales o los clorofluorcarbonatos (aentes que reducen la capa de ozono) de los aerosoles domésticos y otros compuestos halogenados son muy estables por lo que demoran mucho tiempo en liberar el oxígeno que capturan. Nosotros necesitamos que la tasa de combinación del oxígeno para crear ozono sea mayor que la destrucción de ese gas en la estratósfera, y estos gases ponen en riesgo ese equilibrio».
La investigadora recordó que «en 2011 se creó el Laboratorio Argentino de Meteorología del Espacio (LAMP), un grupo interdisciplinario e interinstitucional formado por el Instituto de Astronomía y Física del Espacio (IAFE UBA-Conicet), el Instituto Antártico Argentino y el Departamento de Ciencias de la Atmósfera y los Océanos de la FCEyN de la UBA, dirigido por el Dr. Sergio Dasso», cuya actividad puede consultarse en http://spaceweather.at.fcen.uba.ar/2/lamp/.
En 2019 fue instalado en la base Marambio el Laboratorio Antártico Argentino de Meteorología del Espacio que dispone entre otros instrumentos de un detector Cherenkov en agua para medir el flujo de rayos cósmicos; éste último instrumento forma parte de la colaboración LAGO (Latin American Giant Observatory, Observatorio Gigante Latinoamericano) con detectores desde México hasta la Antártida y del que la doctora Gulisano es la representante de nuestro país en la Colaboración.
«Las Líneas de investigación de Cambio Climático llevadas a cabo por el investigador Alfredo Costa que viene trabajando y haciendo análisis de series de datos sobre tendencias y anomalías en las temperaturas que se registran en las bases antárticas argentinas; podemos detectar como la península antártica se está calentando, mientras que el interior del continente se enfría, y eso ya está impactando en el comportamiento de todos los ecosistemas antárticos«, advirtió.
La investigadora ponderó que «todos los datos que Argentina produce en la Antártida sobre meteorología espacial son muy demandados, por ejemplo, esta información es útil para la Organización Internacional de Aviación Civil (OACI) así los pilotos antes de despegar además de la información meteorológica habitual disponen de los datos de las condiciones de meteorología del espacio y los pronósticos de posibles alteraciones que puedan hacer fallar las telecomunicaciones o sus sistemas de posicionamiento global».
Fuente: La Mañana.