Sanfrancisqueños por el mundo… Hoy Claudia Dupraz
DFS sale en búsqueda de aquellos oriundos de nuestra ciudad que por diversas cuestiones han emigrado a otras latitudes y han desarrollado su vida personal, familiar y profesional sin olvidar sus orígenes y con el recuerdo permanente de su San Francisco natal.
Claudia Dupraz hoy tiene 50 años y desde 1999 está instalada en Francia donde conoció a su marido Olivier, quien es relojero, y junto a el tuvieron dos hijos, Umma y Léona.
Su infancia y juventud en San Francisco fue marcada por el Instituto Inmaculada Concepción, hoy Fasta, en el cual cursó su primaria y secundaria. «La formación recibida para mí fue, aunque estricta, de mucho valor porque fue acorde a la educación recibida de mis padres». Con el paso de los años Claudia reconoce lo siguiente «quizás en aquel momento no lo valoraba de la misma manera y hasta a veces he pensado que algunos principios eran exagerados, pero bueno, llegada la edad adulta, con las diferentes experiencias vividas y la capacidad de discernir libremente pude darme cuenta que me dieron una buena base para construir mi personalidad y modular un poco mi carácter un poco fuerte». Luego se trasladó para continuar con su educación superior donde estudió Psicopedagogía en la Universidad Católica de Santa Fe.
Recuerdos de la infancia
San Francisco fue muy importante en esos tiempos, a la distancia uno recuerda tantas cosas que sería imposible enumerar tantas cosas vividas por esta sanfrancisqueña. «Siempre había motivo para festejar; con mis amigos, las fiestas en mi casa y las salidas con ellos». También rememora sus vivencias en la la escuela primaria: «las amonestaciones recibidas, porque según parece era terrible». Además no se olvida de sus actividades sociales, visitas al hogar de ancianos, trabajos en barrio San Cayetano, visitas al Cotolengo, entre otras. Hace un impasse en la entrevista y habla de sus «amoríos» en donde expresa que no fueron muchos pero tiene buenos recuerdos. Por último menciona su primer trabajo, el cual sus jefes se han convertido en grandes amigos.
Luego decidió partir al viejo continente en Marzo del 1999. «Viajé directamente a Francia, y llegué a Thonon les Bains a 20 Km. de donde partieron mis bisabuelos un día hacia Argentina sin poder volver a su tierra natal, Lullin». Thonon es una comuna situada en el departamento de la Haute Savoie muy cerca de Ginebra, Suiza. Durante muchos años vivió en el departamento de la Haute Savoie, en distintas comunas, pero por razones familiares se acercó a su lugar de trabajo y actualmente reside en otro departamento vecino de Ginebra, Ain, y vive en la ciudad de Gex, zona llamada Pays de Gex. «Vivimos al pie de la montaña, Col de la Faucille, en un lugar muy bonito por su naturaleza, por los vecinos y práctico por la cercanía con mi trabajo y con Ginebra donde se encuentra el aeropuerto, hospital».
En la actualidad trabaja como Asistente Administrativa en la secretaría general del Departamento de Física en el CERN, European Organization for Nuclear Research. Pero en poco tiempo cambiará de sección y trabajará en la organización de los Comités Científicos según le informaron hace pocas horas en el momento de realizarle nuestra entrevista.
La distancia
Lo que más extraña es su familia y los amigos más cercanos. Estar lejos de San Francisco no le permite compartir los momentos más importantes, sean estos buenos o no tan buenos, el no poder acompañar a sus padres en esta etapa de su vida en que los necesitan mucho, «esto me pesa muchísimo, y quisiera estar en los dos lugares al mismo tiempo». Agrega, «aún cuando sé que el que me sostuvo en la decisión de partir fue mi padre, ya que tuve su apoyo total, y desde allí en más tanto mis padres como mi hermana y su familia estuvieron siempre apoyándome, acompañándome a través de la distancia, mis amigos también, todo eso es impagable». La gran pregunta es ¿por qué no volves? «pregunta que se han hecho y siguen haciendo muchas personas, pues no vuelvo porque por un lado he formado una hermosa familia aquí «mi familia» y tengo un excelente trabajo, por otro lado desde el momento en que me instalé en Francia, sentí que este era «mi lugar» es una sensación inexplicable que la sigo sintiendo aún extrañando a mi familia». Ante la consulta de DSF nos cuenta, «como digo siempre, ¿será el espíritu de mis bisabuelos que me trajeron a sus tierras?».
Sus visitas a la ciudad
Desde que partió de su ciudad natal regresa para las fiestas. «En 17 años fueron muy pocas las veces que no pude ir por razones de fuerza mayor, incluso me ha pasado de ir 2 veces en el mismo año». Cuando regresa ve la ciudad y su gente muy diferente. «Algunos cambios son muy positivos como los estudios terciarios y universitarios que se han ido implementando en estos últimos años, lo cual me parece muy bien ya que ofrece amplias perspectivas a los jóvenes de San Francisco y la región». Además observa la apertura de muchos comercios, no sólo en la arteria principal sino también en las calles que rodean al Bv. 25 de Mayo. También aclara sobre algunas cosas negativas, «veo que hay calles que siguen con muchos baches y sin ser reparadas, sigue habiendo falta de educación en la circulación, ya sea conduciendo auto, moto o bicicleta». Algo que cada vez que pisa el este provincial y no dejan de sorprenderla son los precios de los productos que no dejan de aumentar. «Lo digo comparando entre San Francisco y las grandes ciudades como Santa Fe, Córdoba, Buenos Aires; es una verdadera pena».
¿Piensa en el regreso?
Esta es una pregunta que queda sin respuesta concreta por el momento. «Lo único que podría decir es que si volviera a Argentina, no se si regresaría a San Francisco, por la simple razón que ya me acostumbré a vivir en medio de montañas, me gusta mucho, me siento bien y esto me faltaría”.