“El Santo Padre me preguntó si San Francisco sigue oliendo a Bagna Cauda el Viernes Santo”
La Bagna Cauda se trata de un plato emblemático del Piamonte italiano que en cierta medida, desde su historia y elaboración, rescata los valores que expresa Francisco en cada uno de sus actos. Es sencillo, austero, resalta la importancia de las tradiciones, del trabajo, el compartir con el otro y la unión familiar, además su gran valor nutritivo.
Esta preparación era consumida principalmente en la zona del Bajo Piamonte después de la vendimia. Los viñateros, campesinos, familiares y amigos se sentaban alrededor de un fogón a las brasas y sobre éste se colocaba un recipiente o marmita de terracota llamado paila. En él ponían la salsa con una base de aceite de nuez, dientes de ajos triturados y pasta de anchoas. Cada familia traía vegetales de su propia huerta para tomar con una salsa tibia.
San Francisco y la Bagna Cauda
La sanfrancisqueña Silvia Salvagno reside junto a su familia desde hace varios años en Europa. En el 2016, pudo acceder a una inolvidable entrevista privada con el Sumo Pontífice en su residencia de Santa Marta. Inmediatamente cuando el Santo Padre reconoció su origen le pregunto a modo de broma si “San Francisco seguía oliendo a Bagna Cauda cada Viernes Santo”.
Nota completa: “El Santo Padre me preguntó si San Francisco sigue oliendo a Bagna Cauda los Viernes Santos”
Los mismo ocurrió en ocasión de una visita del Obispo Diocesano de San Francisco, Monseñor Sergio Buenanueva a Roma. Las crónicas de ese día, recuerdan que al momento de saludar al Santa Padre y durante el diálogo que mantuvieron, Francisco se mostró sorprendido y contento por la visita del nuestro obispo e incluso bromeó, preguntándole si acaso en San Francisco le habían dado de probar bagna cauda.
Su pasado piamontés
En una de las entrevistas que los autores del libro “El Jesuita”, (Sergio Rubín y Francesca Ambrogetti) mantuvieron con Jorge Bergoglio, el Sumo Pontífice sostenía “… de mi cinco hermanos yo fui el que más asimilé la costumbres porque fui incorporado al núcleo de mis abuelos… Entre ellos hablaban piamontés y yo lo aprendí…”
“A mi papá –continúa- jamás le vi una señal de nostalgia… por ejemplo, nunca hablaba piamontés conmigo, si con los abuelos. Era algo que tenía encapsulado, que había dejado atrás, prefería mirar hacia adelante…”
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Las monjas piamontesas
En más de una oportunidad Francisco manifestó su debilidad por esta tradicional comida italiana. Mientras era la máxima autoridad de la Iglesia en Argentina, cada viernes santo se tomaba un colectivo para ir a comer la bagna cauda que le preparaban especialmente unas monjas de un convento en Buenos Aires.
Un conocido suyo había convivido con el sacerdote Bergoglio en Buenas Aires, años antes y llegó a ser su compañero de mesa en un convento de monjas donde alguna de ellas era originaria del Piamonte italiano y preparaba la «bagna cauda» en un cuenco de terracota con una velita por debajo para mantenerlo caliente; era algo así como un fondeu suizo, es de origen campesino y se tomaba al regresar del trabajo, se mezclaba aceite de oliva, anchoas, ajos, leche, mantequilla y nueces; había otras variantes según la despensa de la casa con zanahorias, apio, alcachofas, coliflor, cebollas asadas, aceite de oliva, mantequilla, ajo.