Se termina el impuesto Pais, pero… ¿subirá el dólar tarjeta?
A fin de año, la administración libertaria eliminará el cobro del tributo. Pero, ante la salida de divisas por el turismo, estudia encarecer el costo para usar la moneda estadounidense en el exterior.
Se sabe que el próximo 22 de diciembre, el Gobierno nacional eliminará el Impuesto Para una Argentina Inclusiva y Solidaria (Pais). Eso, además de generar un impacto positivo en los costos (se busca reducir la presión inflacionaria en bienes y fletes), podría hacer que que el dólar “tarjeta” sea más caro.
“No vamos a regalar dólares”, dijeron desde el Gobierno nacional ante una situación conocida desde hace varios meses: la salida de divisas por turismo, gracias a un precio que se mantiene estable, por debajo de la inflación.
En el dólar “tarjeta”, al precio del oficial hay que sumarle un 30% del impuesto Pais y otro 30% de percepción a cuenta de Ganancias y Bienes Personales. Este lunes, por ejemplo, su precio llegaba a $ 1.628.
Sin ese 30%, pasaría a valer unos $ 1.200 aproximadamente, lo que lo dejería al nivel del blue o de los financieros.
Según publicó el Banco Central, entre enero y septiembre 2024 ingresaron U$S 1.911 millones por los turistas extranjeros que visitaron a la Argentina, pero salieron del país U$S 5.850 millones por gastos de los argentinos en el mundo. El déficit en “balanza turística” fue fue de U$S 3.939 millones.
Diferentes medios especializados vienen publicando versiones, que atribuyen al Gobierno nacional, que aseguran que para que no se vayan dólares por el turismo, se está estudiante una percepción mayor en el Impuesto a las Ganancias o a Bienes Personales.
El gran objetivo de la gestión de Javier Milei es que aquellos que quieran dólares para gastar en otro país, busquen gastar los propios o se hagan de divisas en el mercado financiero (como el MEP), que sale de bolsillos privados y no del Banco Central.
Preocupación del Ieral
El Ieral, conducido por Osvaldo Giordano, elaboró un informe en el que mostró su preocupación por la salida de dólares.
“Cuando la competitividad cambiaria juega muy en contra del turismo en el país, la relación entre residentes que viajan al exterior y no residentes que vienen a vacacionar al país puede llegar a ser de 2 a 1. Hoy no se encuentra en niveles de desbalance tan marcados, pero sí se evidencia una tendencia muy marcada de deterioro mes a mes”, explicaron.
“La relación entre turismo emisivo y receptivo aéreo en los últimos tres meses se ubicó en 1,37, acercándose a los parámetros del 2019. En dicho año, el déficit de turismo había sido de US$ 2.600 millones. Además, solo el turismo emisivo había implicado la salida de US$ 7.850 millones”, agrega el informe.
Y explica: “En ese sentido, el saldo de dólares entre turismo emisivo y receptivo se constituye en una demanda neta de dólares adicional que influye en el balance de pagos y resulta un aspecto especialmente importante para este año en el que el gobierno aún se encuentra mejorando el balance del banco central, motivo por el cual enciende luces de alerta. Además, a mayor desbalance, peor es la performance de los sectores productivos asociados a la cadena de valor turística”.
El Ieral detalla que en el primer semestre del año el turismo emisivo demandó U$S 3.900 millones, y el saldo de balanza (neto de los ingresos por turismo receptivo) fue negativo por U$S 1.400 millones.
“A partir del examen de tendencias, es posible prever que en el año la demanda de dólares por turismo emisivo se acercará a U$S 7.500 millones y el saldo podría ubicarse en torno a una salida neta por U$S 2.700 millones (con ingresos de turismo receptivo por alrededor de U$S 4.800 millones), de acuerdo con estimaciones preliminares”, enumera la nota.
En ese sentido, de cara a la eliminación del impuesto PAIS en 2025 (que actualmente encarece las operaciones realizadas con tarjeta en el exterior), teniendo en cuenta que el mayor desbalance habitualmente se ubica en el primer trimestre, y teniendo en cuenta el sendero esperado para el tipo de cambio que se desprende de la estrategia monetaria y cambiaria, la magnitud del desbalance podría acrecentarse especialmente en el próximo verano.