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Secundario más exigente: un 7 para aprobar

En Córdoba, la reforma educativa para el secundario incluye cambios significativos. Los alumnos tendrán que aprobar las asignaturas con 7 (actualmente, con 6), el promedio será anual y el ciclo lectivo se dividirán por semestres (hoy es por trimestres).

La repitencia será una “situación límite” a la que se llegará después de tener numerosas oportunidades para adquirir los saberes.

No habrá cambio en el plan de estudios –es decir, continuarán las mismas asignaturas y orientaciones–, pero se propiciará el trabajo interdisciplinario y el seguimiento de las trayectorias de los alumnos.

Se hará un control estricto de las inasistencias y no se podrá pedir la ampliación de la cantidad de faltas vía de excepción. Además, desaparecerá la figura de “alumno libre” por ausencias o problemas de conducta y pasará a ser un “estudiante en trayectoria escolar asistida”.

Estos son los lineamientos generales de la reforma educativa cordobesa, después de que fue presentada, el pasado 6 de diciembre en un hotel de la ciudad de Córdoba, a 60 directores de escuelas que comenzarán con las modificaciones el año próximo.

Se estima que la experiencia se extenderá a todo el sistema educativo en 2019. Se dará prioridad a las escuelas estatales.

La transformación se enmarca en la propuesta Secundario 2030 que consensuaron, días atrás, todos los ministros de Educación del país reunidos en el Consejo Federal y que obliga a todas las jurisdicciones a elaborar un Plan Estratégico para el nivel secundario entre 2018 y 2025.

A continuación, se presentan los principales puntos que aplicará Córdoba.

Calificación

La acreditación de cada materia será anual y se obtendrá cuando el alumno logre 7 o más en el promedio final, que equivale al 70 por ciento o más de los aprendizajes considerados prioritarios en cada asignatura.

El promedio final surgirá de todas las calificaciones registradas durante el año en cada materia. El ciclo se dividirá por semestres.

Quienes no lleguen a esta calificación deberán rendir coloquio en diciembre y, si tampoco logran acreditar el conocimiento, rendirán examen en febrero, sólo con el profesor de la materia y no con un tribunal, como hasta ahora. Si aun así no aprueban, la materia quedará “previa” para rendir en el turno siguiente.

La otra novedad es que habrá dos instancias de recuperación y la nota válida será la de la evaluación que acredite que sabe la materia; es decir, que no se promediará con las notas anteriores. Por ejemplo: si un alumno obtiene 4 en una prueba va a recuperatorio, si en esta instancia se saca 8, esa será la nota final y no 6, que resultaría de promediar ambas notas.

Las calificaciones seguirán siendo del 1 al 10. Las valoraciones parciales se consignarán en números enteros y el promedio final se expresará en número entero o en 50 centésimos. Si los centésimos son menores a 50 se redondeará en 50, si fuera mayor a 50 se redondeará al número entero superior. Este criterio rige para todo el secundario. Las calificaciones por motivos disciplinarios o conductas inadecuadas no serán válidas.

Organización

El ciclo lectivo se dividirá en dos semestres. Habrá jornadas interdisciplinarias de integración de saberes; es decir, instancias de trabajo escolar colectivo obligatorio para todos los alumnos. Los docentes abordarán temas desde distintas perspectivas según la asignatura a su cargo.

Estas instancias forman parte de las materias; por lo tanto, los estudiantes obtendrán una calificación.

Acreditación y promoción

Se podrá pasar de año adeudando tres materias como hasta ahora. La “tercera” previa podría acreditarse en tres modalidades: cursarla en el turno contrario como alumno regular; hacerlo en condición de estudiante en trayectoria asistida o realizar dos trabajos prácticos para acceder al coloquio.

Repitencia

Será una decisión institucional límite de la que participarán el equipo directivo, todos los docentes del curso, el coordinador y el preceptor. Durante todo el año se trabajará de manera colectiva para apuntalar al estudiante.

Habrá un registro unificado de los procesos de aprendizaje de cada alumno en el que los docentes asentarán sus apreciaciones sobre la adquisición de saberes de cada asignatura. Todos los docentes podrán consultar dicha información.

El joven que repita deberá asistir a todas las materias el año siguiente, pero tendrá algunos contenidos diferenciales en aquellas que haya aprobado en el curso anterior.

Asistencia y puntualidad

Para mantener la condición de regular, el estudiante no debe superar las 25 inasistencias anuales. Se realizará un seguimiento de quienes acrediten tres faltas injustificadas, en primer lugar; y, después, a las 5 . Lo mismo ocurrirá a las 10 faltas, justificadas o no, y a las 20 se citará a un adulto responsable.

No se computará inasistencia a las alumnas embarazadas y se diseñará un acompañamiento escolar virtual. En el caso de los varones que sean padres, no se le computarán tres faltas. Para ello debe acreditar el vínculo con el acta de nacimiento.

Tipo de estudiante

El alumno regular es quien está matriculado y asiste a la escuela de manera sistemática. Desaparece la figura de alumno libre como se conocía hasta ahora: sólo podrán acogerse a este estatus quienes deseen adelantar estudios. No se queda libre por mala conducta o exceso de faltas.

El alumno que se excede en faltas perderá su condición de alumno regular y pasará a ser “estudiante en trayectoria escolar asistida”.

Esto implica que podrán retomar el cursado cumpliendo con recuperación de aprendizaje en tutorías o de manera virtual con apoyo a distancia. Se acreditarán en coloquios.

Los ejes de la propuesta

Hacia 2025. El proyecto de transformación de la secundaria, impulsada por la Nación, aprobado por los ministros de Educación de todas las provincias en el Consejo Federal, marca una serie de pautas para la reforma que deberá comenzar a implementarse en entre 2018 y 2025. Sobre la base de estos ejes, cada jurisdicción presenta su propia propuesta.

Trabajo por proyectos. Se promueve el trabajo intedisciplinario a partir de un problema de la comunidad, social o cultural, a lo largo de todo el año, con dos o más docentes como orientadores. Se busca desarrollar capacidades puntuales: resolución de problemas, pensamiento crítico, trabajo en equipo, comunicación, compromiso, responsabilidad y desarrollo de competencias digitales.

Cambios en la calificación. Con el objeto de reducir la deserción escolar, se alienta a calificar por proyecto y por desempeño y a considerar el progreso del alumno más allá de las pruebas tradicionales.

Prácticas educativas en la comunidad. Los alumnos de último año deberán colaborar en empresas u ONG con la intención de llevar los saberes a la práctica. Se plantean 60 horas cátedra (40 horas reloj) de extensión del aprendizaje fuera de las aulas, aunque cada jurisdicción puede decidir cómo implementarlo. Este fue uno de los puntos más discutidos.

Concentración horaria. La reforma apunta a una planta funcional por escuela y a terminar con los “profesores taxis”, aquellos docentes que dan clases en más de tres instituciones. De esta manera se apunta a trabajar en conjunto con otros educadores y en cercanía con los alumnos.

Formación docente. Será necesaria la capacitación de los profesores para trabajar en el nuevo modelo de proyectos interdisciplinarios.

Fuente: La Voz del Interior. La Voz del Interior

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