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Siniestros viales, la principal causa de muerte de jóvenes

Los accidentes de tránsito siguen siendo en Argentina la primera causa de muerte entre los 5 y los 34 años. También son la segunda causa entre los 35 y los 44 años, detrás de los tumores malignos.

Además, si se toma la población general, constituyen la primera causa de muerte no vinculada a enfermedades (causas externas), delante de los suicidios y los homicidios.

Los datos –que evidencian que los siniestros viales siguen siendo un importante problema de salud pública que no se logra contener–surgen de las últimas Estadísticas Vitales publicadas por el Ministerio de Salud de la Nación, que corresponden a 2015.

Ese año se produjeron en el país 4.524 fallecimientos por accidentes de tránsito, 3.202 muertes por suicidios, y 2.324 por agresiones.

Y si bien el número registra una reducción de 10,1 por ciento con respecto a 2014, muestra un incremento del 11,3 por ciento con respecto a hace 10 años. En concreto, en 2014 hubo 5.033 muertes por accidentes vehiculares, 509 más que en 2015. Pero en 2006, esos decesos fueron 4.063, es decir 461 menos que en 2015.

Al margen de las cifras, una cuestión relevante es que esos decesos impactan en particular en niños, adolescentes y adultos jóvenes, y, por lo tanto, en el indicador de años de vida potencialmente perdidos, con fuerte repercusión a nivel económico y laboral, pero también familiar y social.

Y es que el 24 por ciento de quienes murieron en accidentes de tránsito en 2015 eran adolescentes y jóvenes entre 15 y 24 años, en tanto que el 19,9 por ciento tenían entre 25 y 34 años.

Esto implica que casi la mitad de quienes mueren a causa del tránsito, en concreto el 44 por ciento, tienen entre 15 y 34 años.

Uno de cada cuatro

El peso de los accidentes también se refleja con claridad al desagregar las causas de muerte por edad.

De ese modo, se advierte que entre los 5 y los 14 años son la primera causa de los fallecimientos, delante de los tumores malignos y las malformaciones congénitas. Y representan el 26,3 por ciento del total de los decesos ocurridos en ese grupo etario.

Entre los 15 y los 24 también ocupan el primer lugar antes de los suicidios y las agresiones. Pero, además, una de cada tres personas de esa edad que muere (el 29,7 por ciento) es a causa de un siniestro vial.

De los 25 a los 34 años, los accidentes de tránsito también están primeros entre las causas de mortalidad, por delante de los tumores, los suicidios y las agresiones. En este grupo, uno de cada cuatro de los que fallecen (23 por ciento) es por esos siniestros.

Recién en el grupo etario comprendido entre los 35 y los 44 años los accidentes descienden al segundo puesto, detrás de los tumores malignos, pero delante de las enfermedades cardíacas.

Además, estas lesiones no sólo tienen un alto impacto por la elevada mortalidad que provocan, sino también por la importante morbilidad que generan, que se traduce en secuelas y discapacidad, que se traducen en fuertes costos sociales e individuales.

La clave es el conductor

Entre las características particulares de las muertes vinculadas a siniestros viales, se encuentra que son multicausales, ya que se vinculan a un conjunto de factores diversos que excede ampliamente el ámbito de la salud.

Entre ellos se cuentan desde el estado de las rutas, el parque automotor, las medidas de seguridad de los vehículos, el uso del cinturón de seguridad en autos y de casco en los motociclistas, hasta la pericia del conductor, la condición física de quien maneja (lo que incluye el consumo de alcohol o drogas), y el respeto (o no) de las normas de tránsito. Pero también, ante el accidente el acceso en tiempo y forma a atención médica de la complejidad que requiera la persona lesionada.

“Pero si bien es un fenómeno multifactorial, la evidencia científica muestra que, de todas esas causas, el mayor peso relativo está en la conducta de quien maneja”, advirtió Gabriel Acevedo, secretario de Salud de la Municipalidad de Córdoba y titular de la cátedra de Medicina Preventiva y Social en la Universidad Nacional de Córdoba. “Y esto abarca desde el no respeto de las reglas de tránsito hasta el consumo de sustancias que afectan la capacidad de manejo, pero también el uso del celular mientras se conduce”, puntualizó. Y precisó que, por esa razón, la mayoría son siniestros (en los que hay responsabilidad de la persona), y no accidentes.

Acevedo destacó además que en la Argentina más del 30 por ciento de los que mueren a causa del tránsito no son quienes manejan, sino “usuarios vulnerables”, como peatones, ciclistas y motociclistas.

“Y, obviamente, en las ciudades ese porcentaje aumenta”, señaló.

En ese contexto, Acevedo destacó que “para lograr una reducción significativa de los indicadores, las principales acciones deben apuntar a modificar la conducta de quienes manejan”.

“La Argentina cuenta con una de las mejores regulaciones en Latinoamérica, pero una cosa es que las normas existan y otra que se cumplan”, consideró.

En esa dirección, sostuvo que hay dos líneas de abordaje que deben ser complementarias. “Por un lado la concientización y la educación, y por otro el control y las sanciones efectivas”, precisó.

Medidas concretas como alcoholemia cero, requerimientos más estrictos para otorgar la licencia de conducir, control de uso del cinturón de seguridad y del casco, como las que se han implementado en Córdoba en los últimos tiempos, están contribuyendo a reducir los siniestros.

“En eso hemos avanzado, pero hay límites, porque no se puede poner un policía a controlar en cada esquina, y el examen sólo chequea la idoneidad pero no la conducta de quien maneja. Por eso, el núcleo duro de la problemática se centra en que el conductor respete las normas y, por lo tanto, a los otros”, finalizó.

Fuente: La Voz del Interior. La Voz del Interior

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