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El Tampierazo: Testimonio de un norteamericano 44 años después

El “Tampierazo” ocurrido en el año ´73 permanece en la memoria de la ciudad no solo porque durante sus acontecimientos murió, tras la represión policial, el joven Oscar Alberto Molina, de 17 años, sino por su vinculación posterior a los secuestros del abogado Rodolfo Gustavo Gallardo, quien militaba en el Frente de Izquierda Popular; y del dirigente mercantil y de la CGT Oscar Ventura Liwacki. Ambos tuvieron una activa participación en el Tampierazo.

Diario San Francisco dialogó con Mark Alan Lange, un norteamericano que vivió en primera persona lo ocurrido esos días en la ciudad mientras realizaba un intercambio estudiantil por medio de AFS y se alojaba en la vivienda de la familia Sottano.

Al comenzar la charla expresó «no recuerdo haber estado asustado. Creo que las protestas estaban lo suficientemente lejos así que no sentí ninguna amenaza». A lo que agregó «había gente en la calle así que no parecía que se estuvieran escondiendo de nada. Nunca supe los detalles de esa protesta pero me pareció interesante averiguar por internet sobre todo esto. Da miedo pensar que uno de los chicos que mataron tenía mi edad y era simplemente un espectador, como yo».

Mark Alan Lange, estudiante norteamericano que llegó a la ciudad por medio de AFS

En el libro de viaje donde Mark realizó un registro diario de lo vivenciado en estas tierras, se registra, casi con rigor periodístico, la tensión y el clima que por esos años se vivían en San francisco.

Lunes 30 de julio: todo tranquilo en el oeste. Las protestas comenzaron hoy a las 12 del mediodía. Prendieron fuego dos autos. Más tarde mataron a un chico de 17 años. Desde la puerta de mi casa se podían escuchar los tiros y se podía ver todo el humo. Hasta vino la policía de Córdoba. Hubo muchos heridos. Mis papás ni siquiera me dejaban cruzar la calle. Estaba en la casa de LaJuan (el estudiante de AFS que venía de Nueva Jersey y se hospedaba cerca de mi casa) y después decidí ir a sacar fotos pero cuando volví a mi casa todos en mi familia me cerraron la puerta y no me dejaron salir más. Así que tome café con leche y me asomé por la ventana de mis papás para ver qué estaba pasando. Suspendieron las clases de mañana. Mamá cerró la puerta como un conejo asustado.

Martes 31 de julio: las protestas continúan. Me levanté a las 11:30 de la mañana y no hice muchas cosas antes del almuerzo. Según los rumores, ya terminaron las protestas así que intenté ir a dar una vuelta en bici pero me llamaron a comer. Después del almuerzo anduve en bici por la Plaza Cívica. No parecía que estuvieran pasando tantas cosas así que más tarde fui a dar una vuelta a ver si seguían las protestas. Y sí, seguían. Había un montón de gente sobre la avenida 9 de julio. Estaban parados al frente del lugar donde se estaban haciendo las negociaciones. Había vidrios rotos en las calles y habían tirado un árbol. Por la avenida estaba la casa del dueño de la fábrica. Le habían hecho de todo y le habían prendido fuego el auto. También había otro auto quemado en la calle. Debería haber sacado fotos. Volví a casa a buscar la cámara pero mi familia me dijo que no podía ir.

Miércoles 1 de agosto: me levanté y fui a la escuela. Hoy no hay más protestas. Después de almorzar fui a andar en bici hasta ese lugar. Trate de sacar fotos pero la policía no me dejó.

Para finalizar manifestó «fue muy interesante. En ese momento no podía hablar en español así que confié en Marta y Marcelo (su mamá y hermano argentinos) que me contaban lo que estaba pasando».

Traducción: María Constanza Sottano – Traductora Pública Nacional de Inglés

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