Tetagate: El minuto de fama que costó caro
La semana pasada fuimos testigos de un hecho insólito, y lo seguimos viendo repetido hasta el infinito en todos los diarios, canales de televisión y plataformas online.
El hecho cabe en unos segundos y en una pequeña pantalla de Zoom. Repito por si alguien acaba de recuperar la consciencia después de una semana: en plena sesión online de la Cámara de Diputados de la Nación, se vio a uno de los diputados bajándole el corpiño a su pareja y besándole uno de los pechos.
El presidente de la Cámara interrumpió la sesión de inmediato. Al compararlo con otros hechos similares (un diputado al que se lo vio cambiándose, otro durmiendo, otro que dejó una foto suya en lugar de presenciar la sesión) Sergio Massa concluyó que en este caso, era un hecho de gravedad ya inaceptable.
La suspensión se votó de inmediato. Unos días después, el propio Máximo Kirchner le solicitó la renuncia al diputado del escándalo. En Salta, la provincia a la que representaba Ameri, hubo indignación, y hasta Alberto Fernández se hizo unos minutos para comentar el hecho, del que dijo que degradaba a la democracia.
Ameri llevaba solo 9 meses ocupando su banca. La viralización fue instantánea. Los medios del mundo se hicieron eco de este hecho, y los memes salieron a relucir en cuestión de minutos. Fue tan notable que en los medios gráficos nacionales se hicieron nada menos que 1280 menciones del diputado Ameri, mientras que Alberto Fernández, en el momento de ser designado como compañero de fórmula por Cristina Kirchner, recibió apenas 465 menciones.
El beso de Ameri es tres veces más importante que la noticia más importante del año pasado. En redes, en un solo día (entre el 24 y el 25 de septiembre) se verificaron 35.400 resultados con mención, 194.800 interacciones (cantidad total de veces que un usuario interactuó con un tuit, haciendo clic en él) y la extraordinaria cifra de 132 mil millones de alcance potencial – lo que representa la cantidad posible de visualizaciones totales de los tuits sobre un tema en un determinado período. (Estudio exclusivo para perfil.com por Globalnews group).
Esto reafirma lo que decimos siempre: los 15 minutos de fama no valen por sí mismos. En el caso de Ameri, se hizo momentáneamente más famoso que Alberto Fernández, pero esto le costó su carrera política, y probablemente implica también un enorme costo personal.
Su novia, Celeste Burgos, fue una de las grandes damnificadas en este episodio: víctima de fake news, se dijo que cobraba 140 mil pesos como asesora, algo que el Congreso salió a desmentir. Lamentablemente, el hecho se percibe como un traspié indignante y al mismo tiempo humorístico.
Algunos han observado que no es más grave el beso en el pecho que quedarse dormido en una sesión. Esto es verdad, pero en lo que se refiere a los medios y el público está claro que, si la ineficiencia de la política ya casi nunca es noticia, el sexo siempre vende. La combinación de ambos factores fue en este caso explosiva.
Nota publicada también en: Perfil.com
(*) Consultor especializado en Comunicación Institucional y Política, Asuntos Públicos y Gubernamentales, Manejo de crisis y Relaciones con los Medios. Magister en Comunicación y Marketing Político en la Universidad del Salvador (USAL). Postgraduate Business and Management por la Universidad de California Ext. Berkeley, EEUU. Es docente universitario en UCA y USAL. Columnista de Diario San Francisco, Perfil.com y FM Milenieum, entre otros medios del país y del mundo.