Tinelli paga con rating el costo de su “fiesta clandestina pública»
Año tras año, el regreso de Marcelo Tinelli a la pantalla chica es la noticia más importante en el mundo televisivo argentino. Esto es así desde el momento en el que el formato tradicional de Videomatch empezó a perder efectividad y la que entonces era Ideas del Sur viró a la modalidad Bailando por un Sueño.
En esos años, Marcelo Tinelli empezó a demorar su regreso a la televisión, que ya no ocurría en marzo, como era tradición, sino más tarde, en abril, en mayo, o incluso después.
Esto era en parte agotamiento personal, en parte falta de ideas, y terminó siendo también una exitosa movida de marketing.
La fecha misma del comienzo del programa era motivo de especulación. Los programas satélites no sabían de qué otra cosa hablar. Se hablaba de la nueva apertura, que sería cada vez más espectacular y extravagante.
Crecía la ansiedad hasta que se anunciaba la fecha. En estos años, Showmatch tuvo muchos comienzos sorprendentes, muchos exitosos, y algunos decepcionantes. Pero, hasta ahora, ninguno había despertado tanto enojo y malestar.
Un análisis de las reacciones en las redes sociales nos revela que, aun cuando todo el mundo sigue hablando de Showmatch, esta vez son pocos los que hablan bien.
La emoción predominante es la ira (65,9%), seguida por la tristeza (19,7%), mientras que solo un 9,8% de la gente parece relacionar la vuelta de Showmatch con emociones positivas de alegría. (Fuente GlobalNews Group)
No puede llamarnos la atención, habida cuenta del contexto en el que se produce este regreso. Ocurre mientras el gobierno sigue restringiendo la circulación y las reuniones de los ciudadanos de a pie, mientras se exigen más cuidados y se imponen más dificultades a los pequeños comercios.
Al mismo tiempo, vemos en televisión una reunión masiva, sin distanciamiento social, sin barbijos, como si la pandemia no existiera, solo porque se trata del programa de Tinelli. El mensaje implícito es que Showmatch -un negocio enorme- es más importante que los pequeños negocios. Que Tinelli es más importante que el ciudadano de a pie.
Si lo pensamos desde la política, es un enorme traspié. No se puede autorizar un evento de estas características, que fue bautizado en las redes como una “fiesta clandestina pública”. No se puede transmitir este tipo de mensaje.
En el mejor de los casos, podemos suponer que la intención fue buena, que se pensó en brindar un poco de alivio a la población, por medio de un espectáculo que normalmente gusta. Pero este es un gigantesco error de cálculo. La gente ya no quiere pan y circo. En todo caso, quiere pan y circulación.
Si a los sectores relevantes del gobierno les cabe, sin duda, la mayor responsabilidad, podemos decir que Marcelo Tinelli es igualmente responsable por este error de cálculo. A Tinelli le caben muchas más responsabilidades que al pequeño comerciante que decide abrir su negocio contra las indicaciones del gobierno, o a los adolescentes que organizan una clandestina.
Tinelli es más responsable, primero que nada como empresario, pero también como figura pública, y sobre todo como personalidad de la política. Porque es una figura política, aunque su carrera nunca se haya lanzado oficialmente.
En todos esos papeles, Tinelli tomó una mala decisión. Como figura pública dio un pésimo ejemplo, pero como empresario cometió otro gran error. Porque con las menciones negativas también iba menguando el rating. La gente está harta de ver que se hacen diferencias entre unos y otros, está harta de la soberbia de la clase dirigente y de las celebridades.
Esa gente decidió cambiar de canal, y selló quizás la sentencia definitiva para Showmatch tal como lo conocemos. ¿Por qué Tinelli decidió lanzar un programa en estas condiciones? ¿Significa quizás que está finalmente perdiendo el termómetro, que ya no sabe lo que quiere la gente?
Como detalle tomemos declaraciones del ala fuerte del gobierno nacional y de la provincia de Buenos Aires. Para Daniel Gollán lo que se vio “es una mala imagen”. Y Tinelli contestó que peor imagen constituía un ministro (Gollán) procesado por el denominado Plan Qunitas.
Axel Kicillof, gobernador de la Provincia de Buenos Aires, puso en duda el cumplimiento de las medidas sanitarias contra el coronavirus. “Tienen que dar el ejemplo de cuidados, porque también la gente se guía por esas cosas. Si uno ve que pasan ciertas cosas que uno no las tiene permitidas, eso genera esos ruidos” (vuelve a la mezcla con la política).
Por ahora está en los dos dígitos de rating que se planteó inicialmente, ayer ShowMatch (El Trece) marcaba 10.4 puntos de rating y en Telefe, Doctor Milagro estaba en 14.7 puntos, 21:38, ShowMatch bajaba a 9.6 puntos y más tarde Masterchef 18.3, Showmatch: 9.8
Su rating y su imagen están por debajo de lo esperado ¿cuál será el nuevo volantazo que elegirá para seguir creciendo tanto en política como en el espectáculo?
Una imagen negativa es muy difícil de levantar, ni teniendo programas satélites que hablen bien de Tinelli, cada día hay menos programas que hablan bien de Tinelli. Vamos a ver cómo sigue esta historia, seguramente tendrá nuevos capítulos.
“Si hubiera más políticos que supieran de poesía, y más poetas que entendieran de política, el mundo sería un lugar un poco mejor”. (John F. Kennedy)
Nota publicada también en: Perfil.com
(*) Consultor especializado en Comunicación Institucional y Política, Asuntos Públicos y Gubernamentales, Manejo de crisis y Relaciones con los Medios. Magister en Comunicación y Marketing Político en la Universidad del Salvador (USAL). Postgraduate Business and Management por la Universidad de California Ext. Berkeley, EEUU. Es docente universitario en UCA y USAL. Columnista de Diario San Francisco, Perfil.com y FM Milenieum, entre otros medios del país y del mundo.