Toda la obra pública está condicionada a la renegociación de la deuda
Ingresos en caída, costos en alza, deuda en dólares y nulo acceso al crédito son un combo crítico que obliga a todas las administraciones a estrangular al máximo la inversión pública este año. Para el Estado nacional, lo mismo que para los gobiernos provinciales y municipales, las obras nuevas serán una rareza en este 2020 que se anticipa oscuro.
La Provincia ya lo anticipó en la confección misma del presupuesto, donde las proyecciones en infraestructura son sustancialmente más acotadas que en años previos.
Incluso el mismo ministro de Finanzas, Osvaldo Giordano, y el legislador oficialista que informó sobre el paquete de leyes económicas en la Unicameral, Isaac “Chachi” López, mencionaron una y otra vez la palabra austeridad para calificar las proyecciones de gastos de capital y de inversión real directa en 2020 para poder atender las prioridades corrientes.
En la Nación, el panorama es similar en materia de proyectos en Córdoba. Desde el Ministerio de Obras Públicas calificaron la situación como “muy delicada”. “Es una crisis tremenda”, describieron. “Debemos hacernos cargo de una deuda de 35 mil millones de pesos”, dijo la semana pasada el jefe de la cartera, Gabriel Katopodis, excusándose de dar mayores precisiones sobre los proyectos para 2020.
Un empresario a cargo de un conjunto de trabajos viales en Córdoba que dependen de la Nación, y que prefirió no ser mencionado para no afectar su imagen ante la flamante la nueva gestión, dijo que todas las obras en la provincia que dependen de Buenos Aires están “con períodos neutralizados que se vencen en marzo”. “Ese mes se deberían retomar los trabajos, pero realmente no sabemos si quieren hacerlos o si van a rescindir”, agregó.
Los pedidos de neutralización se dispararon el año pasado en buena parte de las obras nacionales. El mecanismo está contemplado en los contratos y pueden plantearlo las constructoras cuando hay retraso en los pagos de las certificaciones, lo que les genera una debilidad económica que les impide seguir avanzando.
Distintos empresarios consultados coincidieron en decir que será un “año oscuro” en materia de obras nuevas y que la única expectativa está centrada en que se reactiven los trabajos de mantenimiento. En el caso de los trabajos viales, explicaron que el nuevo gobierno no debería dudar en seguirlos porque “la red se cae y después todo es mucho más costoso”.
Un ejemplo de esto es lo que está pasando en la ruta nacional 158, una de las más transitadas de Córdoba y que tiene un tramo, entre San Francisco y Las Varillas, en pésimo estado. En junio pasado, en plena campaña previa a las Paso, Patricio Smith, quien había sido nombrado ese mes como gerente para la Región Centro de Vialidad Nacional, dijo que los trabajos en la 158 iban a comenzar en el segundo semestre de 2019 y que se habían demorado por cuestiones técnicas.
Smith precisó que se realizaría una repavimentación de mayor profundidad que la que originalmente fue planificada por el marcado deterioro de algunos tramos. Hoy, esa obra está frenada.
Las solicitudes de neutralización deben ser autorizadas por Vialidad Nacional y durante ese período se negocia una redeterminación de precios. Ese es el escenario actual en la mayoría de los casos: stand by a la espera de saber qué hará la nueva administración nacional, cuya decisión está directamente atada al desahogo financiero que supone una feliz renegociación de la deuda por parte del ministro de Economía, Martín Guzmán.
José Chavarría, secretario general de la Uocra Córdoba, puso en números el estancamiento: “Hoy no estamos empleando a más de 12 mil personas, cuando llegamos a tener más de 25 mil; es un desastre. Están todas las obras prácticamente paradas, tanto las nacionales como las provinciales”. “Primero pensábamos que en febrero podría reactivarse algo, pero ahora, si recién a fines de marzo se va a saber qué va a pasar con el tema de la deuda, las perspectivas son peores”, agregó.
“Habitualmente los certificados tienen 60 días de pago, esos es lo que hay que soportar por pliego, pero estamos en 140 o 150 días de demora. Las condiciones del mercado son totalmente adversas, se cobra con precios muy diferidos, no hay sistema de ajuste que pueda compensar eso”, explicó otro de los empresarios que está a la espera de las mismas definiciones.
Por casa
La Provincia tampoco tiene en sus planes grandes proyectos. “Con los créditos logrados en convenios bilaterales estamos avanzando con algunos trabajos medianos, como los acueductos troncales con el crédito de Kuwait y las cloacas con el fondo de la Opec, pero para los grandes necesitamos nuevo financiamiento, lo que por ahora no es posible”, analizaron desde el Panal.
Schiaretti anunció ayer en la Unicameral que tiene tres obras previstas que esperan que se despeje el tema de la deuda y que las condiciones mejoren: la continuación de la autovía 38, el tercer carril de la Circunvalación de Córdoba y la autovía Alta Gracia-Anisacate. La Provincia, para que las constructoras sostengan el personal más antiguo, les fija un cupo. “Nos dicen: no hagás más de 10 o de 15 millones, por ejemplo. Con eso se tiene un piso. Pero son trabajos muy pequeños”, explican los empresarios.
Con todo, las obras viales nacionales que se pueden esperar para 2020, en el mejor de los casos, son pavimentaciones y repavimentaciones que no signifiquen la construcción de terraplenes, de puentes o de circunvalaciones.
Sector construcción: Impacto negativo
La Uocra dice que hoy no hay en el sector más de 12 mil empleados, cuando se llegó al pico de 25 mil en el mejor momento de 2017.
El corto del financiamiento externo comenzó a paralizar a la obra público desde mediados de 2018. La tendencia no sólo afecta a las obras nacionales, también a los trabajos que fueron encarados por las provincias. En el sector estiman que el parate seguirá, como mínimo, hasta el mes de abril.
Fuente: La Voz del Interior. La Voz del Interior