Tras dos suspensiones, Río Cuarto va a las urnas hoy para elegir intendente
Después de dos inéditas postergaciones, fruto del contexto mundial de este pandémico 2020, los ciudadanos y ciudadanas de Río Cuarto van a las urnas este domingo para definir el futuro político de los próximos cuatro años para la capital alterna de la Provincia. Mientras Juan Manuel Llamosas va en busca de una reelección que parecía mucho más accesible en la previa a la pandemia y las políticas que se impusieron para enfrentarla, el mapa electoral vuelve a presentar una polarización muy marcada, fruto de la unidad de los sectores del peronismo por un lado, y el radicalismo por el otro.
Allá por comienzos de año, cuando la elección estaba proyectada para el mes de marzo, el actual intendente logró unificar a casi todos los sectores referenciados con el justicialismo a nivel provincial y nacional, un hecho inédito que se analizará con los resultados en la mano. A contramano de lo que podía imaginarse el año pasado, el esfuerzo para garantizar la unidad fue un poco más grande desde la oposición, en donde Gabriel Abrile logró unificar voluntades dentro del radicalismo, primero, para luego terminar de sumar al PRO, el Frente Cívico y la Coalición Cívica.
La lista de candidatos se completa con Eduardo Scoppa, de Riocuartenses por la Ciudad; Guadalupe Fantín, de Frente Izquierda; Pablo Carrizo, del Frente Política Abierta; Lucía de Carlos, de Respeto; Mario Lamberghini, del Partido Libertario; y Marcelo Ljubich, de la Ucede.
En la elección del domingo también se elegirán 19 concejales, tres tribunos de cuentas y se llevará adelante un referéndum para definir una reforma de la Cara Orgánica Municipal.
Las claves de la elección
“Como toda elección local, lo que se pone en juego en un conjunto de temas que forman parte de la agenda de los riocuartenses”, dice Gustavo Córdoba al ser consultado por La Nueva Mañana respecto a un posible efecto que permita analizar los resultados del domingo con algún tipo de proyección a nivel nacional o provincial. Según observa, la decisión (ya histórica) de los riocuartenses de separar por completo la compulsa de cualquier tipo de elección provincial y nacional persigue ese fin y lo consigue, incluso en aquellos momentos en el que todas las miradas y las operaciones quieren posarse sobre el clima electoral del denominado “Imperio del Sur”.
El ejemplo más claro puede encontrarse en la elección que el en 2015 puso a Llamosas al frente de la ciudad. Con Cambiemos arrasando con todo a su paso, en los meses de gloria en el que medios y analistas auguraban el nacimiento de una maquinaria electoral prácticamente invencible, el macrismo puso todo su aparato al servicio del radical Eduardo Yuni, que finalmente fue vencido por Llamosas. Con un peronismo cabizbajo por la derrota nacional y envuelto en un mar de acusaciones cruzadas, el actual Intendente le dio al PJ una victoria electoral que fue presentada a nivel nacional como un ensayo de resurrección luego de la cachetada recibida en noviembre del 2015. Aquella campaña en Río Cuarto había incluido la presencia de prácticamente todo el flamante gabinete macrista y mensajes del por entonces mandatario que llegaron a replicarse hasta por campañas telefónicas.
“Si gana Llamosas va ser noticia por unas horas, y si gana Abrile puede durar algunos días y alcanzar algunos medios a nivel país” asegura Córdoba convencido en la ida de que nacionalizar el resultado va a resultar muy complejo, cualquiera sea las circunstancias que deban analizarse a partir de la noche del domingo.
El foco puesto en los niveles de participación ciudadana
El director de la consultora Zuban Córdoba advierte que el dato que deberá observarse a lo largo de todo el domingo es de la participación. En un escenario polarizado en el que el candidato con mayores chances de imponerse, según la mayoría de los sondeos previos, no supera a su inmediato perseguidor por mucho más de cinco puntos porcentuales, el número de electores pasa a ser clave en la búsqueda de un análisis y una proyección más o menos certera. “Todo parece indicar que se van a batir todos los records de participación electoral” señala Córdoba que anticipa un promedio de participación que podría ubicarse por encima del 70%, casi diez puntos porcentuales más que la elección del 2015, cuando el 62% de padrón concurriendo a las urnas ya representaba un número históricamente considerable para la ciudad que se convertirá en una de las capitales alternativa a nivel nacional cuando el Senado de sanción definitiva al proyecto impulsado por el Gobierno nacional.
En una campaña apática, con un trabajo estándar en las redes sociales y una pandemia que obligó a virtualizar absolutamente todo, incluso el debate final que se realizó vía zoom, la militancia pareció copar las calles en las últimas semanas. Los métodos tradicionales volvieron a observarse en las horas previa a la elección en la que tanto el radicalismo como el peronismo ponen en juego algunos de sus aparatos de base más importantes en toda la provincia, esos que caminan las calles y construyen el sustento electoral en la capital alterna.
Los protocolos para el domingo
La atipicidad del contexto que postergó dos veces las elecciones en la ciudad, obliga a los riocuartenses a enfrentarse a un desafío que, este sin dudas, será observado con atención en todo el país: será la primera ciudad de sus características en votar en un contexto de pandemia. Por ese motivo, la Junta Electoral Municipal elaboró un Protocolo de Bioseguridad para que las elecciones puedan realizarse teniendo en cuenta el marco de la emergencia sanitaria vigente.
Así se tomaron algunas decisiones que, en líneas generales, implican el siguiente plan de acción:
Cada elector emitirá su voto en el establecimiento más cercano a su domicilio para evitar la circulación de personas hacia distancias más lejanas.
Los electores se presentarán en la mesa que le corresponda, se higienizarán las manos, y exhibirán el DNI al Presidente de Mesa a los efectos de acreditar su identidad. La autoridad de mesa le entregará la boleta y el bolígrafo previamente desinfectado. Se recomienda a los votantes llevar su propio bolígrafo. Es obligatorio el uso de barbijo.
Los centros de votación contarán con marcas de cinta adhesiva en los pisos para organizar las filas en las que se deberá mantener una distancia de 2 metros entre los electores y hacia la mesa de votación. También es obligatorio exhibir carteles con las normas de bioseguridad correspondientes.
Se garantizará la presencia, cada cinco mesas, de dos “facilitadores sanitarios” abocado a la colaboración con el personal de seguridad tanto el orden como la circulación de los electores dentro del establecimiento de votación.
Las mesas de votación y escrutinio tendrán un diseño y tamaño que deberá garantizar a las autoridades y fiscales la posibilidad de permanecer sentados con una distancia de 1,5 metros entre ellos.
Fuente: La Mañana. La Mañana