Un mes de Ómicron: ya provocó 4,5 veces más casos que los primeros 30 días de la segunda ola
Cuando parecía que Córdoba y Argentina habían logrado esquivar el impacto de la variante Delta, Ómicron ingresó rápidmente y provocó no una ola, sino un tsunami de casos.
Los primeros contagios con esta versión del virus en Córdoba corresponden al 7 de diciembre y se informaron el 13 de diciembre. Desde ese día y hasta este jueves, hubo 216.389 infectados reportados, la gran mayoría por Ómicron.
La segunda ola sumó 345 mil casos, pero en seis meses, del 15 de marzo al 15 de septiembre. En los primeros 30 días, se detectaron 36 mil contagiados. Es decir que Ómicron provocó 4,5 veces más de infectados que en el mismo período de la segunda ola.
La incógnita está puesta en qué tantas internaciones y muertes provocará esta nueva variante. La evidencia indica que se trata de una versión menos severa del Sars-Cov-2. A su vez, a pesar que puede evadir la respuesta inmune de las vacunas, las personas inmunizadas tienen altas chances de no terminar internadas o fallecer.
Sin embargo, la escalada de casos que está provocando Ómicron puede tener un impacto fuerte en la salud pública que todavía no se puede mensurar.
UN TSUNAMI DE CASOS
Rodrigo Quiroga, investigador de Conicet Córdoba que ha seguido de cerca la evolución de la pandemia, enumera dos factores clave detrás de la explosión de casos por Ómicron.
El primero es social. “Esta variante llegó justo en el momento de máxima actividad social en Córdoba. En diciembre, hay más reuniones y eventos masivos, como fiestas de fin de año”, explica.
Además, las autoridades casi no implementaron restricciones, como sí ocurrió en las olas anteriores. Al contrario, flexibilizaron algunas, como el tiempo de aislamiento de contagiados y de contactos estrechos.
El segundo es la naturaleza del virus. “El tiempo que pasa entre que el caso índice tiene síntomas y las personas a las que contagia tienen síntomas es de dos días, mientras que con Delta son 4,5 días. Entonces, en el mismo tiempo tenemos dos generaciones de Ómicron por cada una de Delta. Por eso, el aumento de casos es más rápido”, explica Quiroga.
El investigador cree que por este mismo motivo es posible que los casos comiencen a bajar antes que lo esperado. Y advierte que aunque en la provincia los casos se mantienen estables, ya están bajando en la Capital, donde primero ingresó Ómicron.
Y agrega: “Ya hay un importante porcentaje de la población que tiene una inmunidad parcial frente a Ómicron porque está vacunada o se contagió con otra variante. Entonces, bastaría con que se infecte entre el 20 y el 35 por ciento de la población con Ómicron para que la inmunidad colectiva alcance un nivel que permita que los casos comiencen a bajar”.
Humberto Debat, virólogo del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (Inta) e integrante del consorcio Pais que monitorea las variantes del Sars-Cov-2 que circulan en Argentina, sostiene que Ómicron es un virus distinto.
“Las grandes sorpresas fueron su gran divergencia genética y su comportamiento epidemiológico asociado a una impresionante capacidad de contagio y a la evasión de la respuesta inmune de los vacunados. Es un virus distinto, que se comporta de una forma muy diferentes, desde cómo ingresa a las células, qué tejidos prefiere y cómo se replica”.
Humberto Debat
Y agrega: “Su capacidad de ataque es sorprendente. Una sola persona infectada en una reunión numerosa puede contagiar a decenas, incluso vacunados con dos o tres dosis”.
IMPACTO EN LA SALUD PÚBLICA
Debat cree que todavía no podemos dimensionar cuál va a ser el impacto sanitario real de esta variante, sobre todo en países con bajos niveles de inmunización.
“Es una variante que parece ser más leve que Delta, pero casi igual que la versión original del virus. La buena noticia es que Argentina tiene una buena tasa de vacunación. En ese sentido, somos un país privilegiado. Pero dentro de dos meses vamos a saber cuál será el impacto real de Ómicron en cuanto a fallecidos”, explica.
Quiroga coincide: “El panorama actual es complicado porque los riesgos de enfermedad grave y de muerte a nivel individual son bajos, ya que buena parte de la población está vacunada. Pero si hay muchos contagios en la población, la cantidad de internados y de fallecidos podría ser similar a otras olas”.
Y agrega: “Ya estamos en mil internados en la provincia, mientras que en la segunda ola se llegó a tres mil. El impresionante número de casos no produce un récord de internaciones y de fallecidos, pero no deja de ser un problema de salud pública”.
EL FUTURO DE LA PANDEMIA
Quiroga cree que, frente a Ómicron, Argentina adoptó la misma estrategia que casi todos los países occidentales: aplicar la menor cantidad de medidas posibles y dejar que el virus circule naturalmente, sin pagar el precio político y económico que implicarían más restricciones.
“Apeló a la responsabilidad individual de los ciudadanos. Y eso siempre es injusto con los sectores de menos recursos, porque tienen menos posibilidades de cuidarse por más que quieran”, asegura.
Y advierte que la pandemia no terminó, por lo que deberían reforzarse las medidas de fondo. “Mejorar la ventilación en las escuelas y en los lugares de trabajo, y promover el uso del barbijo en determinadas situaciones no son medidas costosas para la población desde lo social y lo emocional, y pueden ayudar a paliar el impacto de nuevas variantes y de otras enfermedades respiratorias”, asegura.
Y agrega: “La próxima variante puede que no sea tan leve como Ómicron y tengamos problemas más graves. No hay que subestimar el problema de salud pública que significa tener una circulación alta y constante del virus. En el acumulado del año, las muertes van a ser muchas”.
Debat coincide: “El fin de la pandemia no está basado en datos reales, sino que es una expresión de deseo”.
El virólogo recuerda que al principio se pensaba que las vacunas no iban a servir frente a Ómicron, pero luego se demostró que mantenían una alta eficacia para evitar cuadros severos y muertes.
“Podría haber sido peor. Eso hubiera significado un problema más grave del que tenemos ahora. Sin embargo, es algo que puede suceder si el virus sigue evolucionando”, apunta.
Y agrega: “Todas las variantes de preocupación han surgido de manera independiente. Ómicron no desciende de Delta. Fueron surgiendo en paralelo, por lo que ahora podrían estar emergiendo nuevas variantes de preocupación”.
Fuente: La Voz del Interior.