Una pareja y sus perros recorren el país en bici para concientizar sobre los derechos de los animales
Vamos hombre y perro reunidos/ por la mañana verde/ por la incitante soledad vacía/ en que sólo nosotros existimos/ esta unidad de perro con rocío y el poeta del bosque/ porque no existe el pájaro escondido/ ni la secreta flor/ sino trino y aroma para dos compañeros (…) la dicha de ser perro y ser hombre/ convertida en un solo animal que camina moviendo seis patas/ y una cola con rocío. Pablo Neruda.
Si a una persona se le pregunta por la amistad más incondicional que haya tenido, sin dudas, recordará a su perro. Sobre todo a ése que llegó a su vida como un torbellino de amor tan noble que fue capaz de modificarlo todo. Así fue como hace 3 años inició la historia entre Barón (6) —un mestizo negro— y Federico (33) —un joven publicista y creador de la comunidad «Cascote, un perro macanudo»—. El año pasado compartieron el primer «Viaje de pelos» y en unas semanas volverán a la ruta para unir Esquel y Jujuy con el noble objetivo de contarle a la comunidad lo importante que es involucrarse con el otro y para concientizar sobre los derechos de todos los animales. Como frutilla de postre, las vivencias de la nueva travesía se convertirán en una película (el proyecto ya fue presentado, en formato carpeta, en el INCAA).
Barón en la escuela Nº 45 de Tolhuin junto a los niños que aprendieron que los perros y gatos son parte de su familia y que por eso deben cuidarlos hasta su ultimo día de vida. “Adoptar garpa”, asegura la campaña de Cascote.
«Un viaje de pelos es un proyecto en el que un perro y su humano recorren las rutas de Argentina en bicicleta para difundir los derechos de los animales», dijo Sordo a Infobae y amplió: «Viajamos en bici porque queremos demostrar que se puede estar sano y realizar cualquier tipo de actividad sin necesidad de comer animales ni sus derivados». Los tres objetivos que esta experiencia son expandir los círculos de empatía que las personas tienen con los animales; fomentar la confianza y el trabajo en equipo en chicos y jóvenes y ayudar a mejorar la comunicación de las organizaciones y las personas que trabajan por los animales no humanos.
Fue así que «Un viaje de pelos nació hace 3 años, el día que me dejé adoptar por Barón, un perro que apareció en la puerta de la casa en la que vivía», recordó. El mestizo negro había sido atropellado por un automovilista que lo dejó abandonado a su suerte y la suerte lo cruzó con una persona que no pudo mirar para otro lado. «Tenía la cadera fracturada y debieron operarlo, tras la cirugía comenzamos una campaña de adopción en la página de Facebook ‘Cascote, un perro macanudo’ (creada para fomentar la adopción del primer perro que le enseñó a involucrarse, Cascote), pero la verdad es que él ya tenía todo planeado y sólo me restó aceptar la realidad: de la noche a la mañana yo era el humano de un perro. En ése momento surgió la idea de recorrer juntos Latinoamérica, pero el proyecto todo quedó en stand by».
“Dejate adoptar por un perro”. La comunidad de Cascote, ideada para buscar familia a un perro, tiene actualmente cerca de 100 mil miembros.
En 2015 la idea de viajar con su perro volvió con más fuerza porque despertó en él la necesidad de «salir de viaje para compartir un mensaje muy importante: el respeto por la vida de todos los animales». Con esa intención y gracias a la ayuda de más de 400 personas, que participaron de un financiamiento colectivo, el sueño se hacía realidad. «Luego aparecieron diferentes marcas que dijeron ‘Creemos en la intención del proyecto y lo queremos apoyar’… Y así llegó la bici, un carro, el equipo y otros recursos para poder emprender el viaje» cuyo primer destino fue Tierra del Fuego.
El primer viaje de Barón
Barón acampado frente al Lago Escondido, en Ushuaia.
La aventura de un perro y su humano montados en una bicicleta comenzó el 7 de febrero de 2015 en Ushuaia donde Federico habló ante más de 250 chicos y Barón, estrella indiscutida de la hazaña, escuchaba atento. «Fue una tarde en la que se habló del perro y el gato como un integrante más de la familia, mostré fotos y algunos vídeos de adopciones. Allí conocí gente increíble que nos recibió como a un amigo de toda la vida», recordó. La travesía continuó por Tolhuin, Río Grande y terminó en Río Gallegos. De regreso a Buenos Aires, Sordo brindó charlas en las que compartió las experiencias del primer «Viaje de pelos» en Tierra del Fuego y proyectó el nuevo recorrido: tomar la Ruta 40 en Esquel —para evitar la parte del desierto de la Patagonia y no poner en riesgo la salud de los perros— y subir hasta Jujuy. «Tras el viaje late el deseo de generar una red a nivel nacional, codo a codo, que trabaje defendiendo los derechos de todos los animales, por eso también tenemos ganas de veganizar todas las recetas regionales y demostrar que se puede comer rico sin que nadie sufra. Otro objetivo es empoderar a los más chicos para que sientan confianza en ellos y que sepan que pueden llevar adelante cualquier idea», adelantó.
En unas pocas semanas, Barón y Federico partirán acompañados por Mimi Calabrese, novia de Sordo, y su perro Poly. Los cuatro unirán las ciudades, separadas por más de 2.700 kilómetros, montados en sus bicicletas. En el camino, seguramente, descubrirán historias, conocerán gente y andarán tratando de sembrar semillas para que los más chicos —y todo aquel que lo desee— abra su corazón para aprender a respetar por igual la vida de cada uno de los animales con los que compartimos éste mundo y que son tan golpeados y olvidados.
Barón hará su segundo viaje junto a Fede, su humano, para concientizar sobre los derechos de los demás animales.
Fuente: Infobae