Una realidad no pronosticada
Al día siguiente de la sorpresiva victoria de Donald Trump ante su contrincante demócrata, todo observador interesado en la dinámica política ha experimentado una sensación de desconcierto. Lo impensado terminó ocurriendo y lo que ayer parecía una excentricidad hoy toma forma de realidad.
Como todo hecho político, el triunfo del magnate neoyorquino puede sustentarse en una compleja línea de interpretaciones de diversa índole. En este espacio se proponen tres líneas argumentales que intentan entender algunas de las particularidades del caso norteamericano, el cual podría inscribirse en una serie creciente de procesos electivos en el mundo donde los sondeos no han podido descifrar ese fenómeno que hace que los ciudadanos nieguen reconocer en público el sentido de su voto.
En una primera línea de análisis se podría establecer que como en todo proceso electoral, los resultados de una contienda terminan respondiendo tanto a virtudes del ganador como a desaciertos del perdedor. Desde este punto de vista, la campaña del partido demócrata, orientada a posicionar a la Ex Secretaria de Estado como “la candidata más preparada para la presidencia en la historia”, no pudo, no quiso o no supo contener a un electorado que potencialmente le era funcional.
Ello en parte se vio sustentado en la sobreestimación de la capacidad de Clinton para movilizar a los votantes latinos y afroamericanos, pero también de una estrategia electoral que terminó subestimando la importancia de aquel votante con menos años de escolaridad y que vive en el interior del interior del país. Aunque en ese marco podría inscribirse una subestimación más determinante aún, la de no haber imaginado nunca seriamente a Trump como amenaza política real.
Lo anterior habilita a pensar en un segundo punto de análisis. El voto republicano fue mucho más duro que el demócrata gracias a la participación de grupos que por lo general no venían tomando parte en el proceso político estadounidense. De esta manera terminó convirtiéndose en mayoritario gracias al alto porcentaje de electores registrados que no terminó acudiendo las urnas.
En este punto vale decir que los modelos de las encuestas asumían una mayor participación electoral y cuando más gente iba a votar, mejor le iba a la candidata demócrata. Aunque como se sabe, tal cosa no sucedió.
Finalmente, el tercer punto de análisis hace referencia al contexto y pone en valor aquella línea teórica que argumenta sobre una nueva etapa en la comunicación digital basada fundamentalmente en el uso de redes sociales. La gente interactúa en ellas varias veces al día, se informa sobre la actualidad, genera usos en simultáneo entre distintas redes contrastando su punto de vista sobre determinadas temáticas, logrando con ello niveles de heterogeneidad difíciles de estratificar en los estudios de opinión.
Todo ello obliga a pensar en una opinión de la ciudadanía cada vez más volátil que, sumada a altos grados de incertidumbre, se va moldeando hasta el momento anterior a que el ciudadano materialice su preferencia.
Por supuesto que la magnitud del tema no puede agotarse en estas premisas. Las reflexiones aquí vertidas no intentan ser exclusivas ni excluyentes. Tampoco es una novedad sostener que la evidencia empírica es una buena forma de modelar la realidad, proporcionando información útil de cara a la estrategia que aplique cada campaña política.
Aunque para morigerar desaciertos parecería necesario avanzar en un doble sentido. El primero de ellos corresponde a los analistas, cuyo reto hacia el futuro está en poder considerar estos y otros factores para elaborar diagnósticos más ajustados a la realidad. El segundo se relaciona con el correcto uso que de la información se realice, debiendo primar en todos los casos una conducta más rigurosa en cuanto a su utilización, conducta que debería ser extensible tanto a políticos, como a medios de comunicación y al público en general.
(*) El autor es Consultor en Opinión Pública, Especialista en Periodismo Político, Miembro del Observatorio de Políticas Públicas IAPCS UNVM y Profesor del Módulo de Realidad Social, Política y Económica CUSF/UNVM
Nota de Redacción: Foto principal ilustrativa. Captura de pantalla de https://youtu.be/czLQfzc1_hw