UNC: 54% de los alumnos ya trabaja al momento de egresar
El 4 por ciento de los 7.213 egresados 2015 de la Universidad Nacional de Córdoba se encontraban trabajando al momento del egreso, según la encuesta que todos los años realiza la casa de estudios a todo su estudiantado.
El dato, a priori , es positivo y hasta deseable que sea todavía mayor por dos razones: una, elimina –o va en camino a eso– el mayor escollo que encuentra el joven recién egresado, que es su falta de experiencia. La otra, significa que ese egresado ya tiene incorporada la lógica de responsabilidades que supone participar del mundo laboral.
“La concepción internacional siempre es esa, mejor estar trabajando, y en Argentina ha mejorado en los últimos años”, dice categórico Hugo Juri, rector de la UNC, aun a costa de que el trabajo lleve a extender la carrera.
“¿Al país qué le conviene más? ¿En cinco años la carrera, sin experiencia; o en seis, con experiencia? Por supuesto que es mejor en seis”, se responde.
“Es bueno que más de la mitad ya trabaje. En los países avanzados, supera ese 54 por ciento; en Corea, está cerca del 80”, ejemplifica Alejandra Torres, especialista en política sociales y presidenta del Instituto para el Desarrollo Social Argentino (Idesa).
Torres remarca que el trabajo, al igual que las prácticas laborales en la escuela secundaria, permite que el joven se financie e incorpore las conductas vinculadas con el trabajo. “Vas acomodando la cabeza”, plantea.
Pero entre los jóvenes calificados –sean ya egresados o con la carrera en curso– también hay dificultades a la hora de encontrar un trabajo.
De hecho, ese 46 por ciento de la encuesta de la UNC que no estaba trabajando al término de la carrera aseguró que había buscado trabajo y no había encontrado.
Aunque la encuesta no indaga más (si buscaba en su área específica o en un horario determinado, por ejemplo), esa cifra llama la atención, porque estaría revelando que la problemática de la desocupación –que castiga severamente a la población mayor a los 29 años–golpea también a los jóvenes calificados.
En busca de experiencia
Los especialistas reconocen al menos tres grandes problemas: la falta de experiencia del estudiante, la dificultad para acreditar sus conocimientos antes de lograr el título de grado y la escasa comprensión de la legislación laboral sobre las necesidades propias de quien estudia.
La Universidad Siglo 21, por ejemplo, indaga entre sus graduados el tiempo que les llevó conseguir trabajo una vez finalizada la carrera.
El 87 por ciento ha conseguido antes de los seis meses que siguieron a la graduación. Pero entre los que no lo lograron, el 86 por ciento considera que es muy difícil hacerlo, análisis que hacen entre los seis y los 18 meses posteriores a graduarse.
“De ahí se desprende que, sin experiencia laboral y pasados los seis meses, se hace difícil”, dice Julián Schoffer, coordinador del Centro de Egresados de la UES21.
Por eso, todas las carreras tienen un cursado obligatorio de tres meses de lo que denominan “práctica profesional”: son cuatro horas diarias en alguna de las dos mil empresas en todo el país con las que la universidad tiene convenio.
Hacen prácticos y, con la guía del tutor, terminan el cursado de la materia.
Esa práctica ayuda a acreditar la experiencia previa que les piden en muchos trabajos.
Por eso, si ya trabaja al momento de egresar, ese joven tendrá como experiencia un trabajo antes de postularse a uno nuevo.
Pero hay otra dificultad, permanente en las últimas décadas, que la UNC apuesta a cambiar, acreditándole al estudiante que cuenta con conocimientos específicos suficientes antes de terminar la carrera de grado.
“La cuestión cultural aquí es que se le mira el diploma, pero lo que interesa es lo que sabe, más que el título en sí”, dice Juri.
Por eso, en 2017, comenzarán con el sistema de créditos, es decir, certificación de núcleos de conocimientos (ver El trabajo… ).
Qué dice la ley
La tercera dificultad está relacionada con la normativa laboral. “No está preparada para inducir a que el joven trabaje; y si trabaja, lo hace en la informalidad”, subraya Torres.
¿Por qué? Porque el piso del convenio colectivo es muy alto para la productividad que puede demostrar un joven, o porque establece de manera tajante las ocho horas.
Lo que pasa, entonces, es que se negocia flexibilidad a cambio de informalidad: como el empleador no le da al joven el salario formal, accede a darle días de estudio, por ejemplo.
“Eso se puede subsanar estableciendo un piso salarial hasta el cual no haya aportes y contribuciones, salvo las excepcionales como la ART, y a partir de ahí, que el salario empiece a contribuir”, dice Torres.
Y apunta como ejemplos exitosos el Programa Primer Paso provincial o el Progresar, de Anses.
“Un chico que estudia y busca trabajo es un ‘chico pila’, tiene los hábitos y las habilidades que busca el empresario, que quiere que se incorporen”, remarca la especialista de Idesa.
Conseguir empleo después de graduarse
Según una encuesta de la Universidad Siglo 21, el 87 por ciento de sus graduados consiguió empleo seis meses después de recibir el título. Pero entre quienes no encontraron trabajo, el 86 por ciento cree que es muy difícil. La respuesta fue recopilada entre los seis y los 18 meses después de haber egresado de la Universidad.
Fuente: La Voz del Interior. http://www.lavoz.com.ar/ciudadanos/unc-54-de-los-alumnos-ya-trabaja-al-momento-de-egresar?cx_level=flujo_1