Uno de cada 4 cordobeses se automedica
El 26 por ciento de la población de Córdoba se automedica, según una encuesta realizada en enero por la Consultora Delfos, que indagó entre 1.800 personas de 14 ciudades de la provincia. La muestra revela que el 40 por ciento de quienes se automedican lo hace todos los meses, y que el 28 por ciento consume fármacos por su cuenta cada tres meses.
La encuesta confirma que los analgésicos encabezan largamente la lista de medicamentos más consumidos, con un 90,2 por ciento. El problema es que su consumo sin control médico puede terminar en un fallo fulminante del hígado o en un pésimo funcionamiento de los riñones.
Los especialistas consultados indican que esta mala costumbre va en aumento. La venta libre de analgésicos como una aspirina, “hace pensar a la gente que no es un medicamento, cuando lo es como uno oncológico”, señala Marcelo Peretta, secretario general del Sindicato Argentino de Farmacéuticos y Bioquímicos.
Esa “venta libre” permite adquirir analgésicos y que cada quien los utilice a su parecer buscando una rápida solución a algún problema, como los dolores de cabeza o molestias musculares.
“En la Argentina una persona puede comprar cualquier fármaco sin receta, a excepción de los que se expenden con receta archivada. La persona no tendrá el descuento de la obra social, pero paga y se lo lleva”, advierte Enrique Majul, director médico de la Clínica Reina Fabiola.
Según Peretta, “esto tiene que ver con que los dueños de las farmacias son empresarios y lo que les importa es vender y aunque esté prohibido expender sin receta, violan la ley”. Y señala: “En internet se venden medicamentos, uno paga con la tarjeta de crédito y se lo llevan a su casa”.
Lo más grave es que no hay un registro de firmas y matrículas de profesionales habilitados para prescribir medicamentos que permita un rápido control en las farmacias. “Vemos con cierta frecuencia en la clínica, cuando nos piden informes en asuntos judiciales, que en determinadas recetas quien firmó y puso sello, no existe”, agrega Majul.
Otro factor es el hábito de tomar la píldora que consume algún conocido. Majul cuenta que “existen grupos de pacientes, con presencia en internet, que se consultan entre ellos sobre el tratamiento que les dio mejor resultado para determinada patología”.
Qué puede pasar
El uso indiscriminado de analgésicos de los del grupo llamado Aine’s (antiinflamatorios no esteroideos), como el ibuprofeno, diclofenac, naproxeno y otros, puede provocar daño renal, al punto de la insuficiencia del riñón, lo que implica la necesidad de trasplante. Son muy comunes los problemas gástricos y en particular las gastritis, por mal uso de analgésicos. También pueden facilitar los sangrados “por úlceras y por disminución del tiempo de coagulación y pueden darse en el estómago, la vejiga”, explica Majul.
En las personas hipertensas, “pueden aumentar más la presión, porque hay analgésicos que inhiben unas hormonas que están en el riñón”, agrega el profesional. “Los Aine’s pueden producir efectos secundarios hasta con dosis normales, no hace falta un consumo abusivo”, advierte.
Por otra parte, el paracetamol tomado sin cuidado, puede generar un fallo hepático fulminante.
El error de la automedicación con antibióticos también se advierte desde hace tiempo. Por un lado, en las gripes o infecciones producidas por virus, los antibióticos no tienen nada que hacer. Y si corresponde un medicamento de ese tipo por una infección bacteriana, es necesario que el médico indique el que corresponde.
“La resistencia a los antibióticos es un severo problema actual por la automedicación, donde lo que se solucionaba con un medicamento hoy no se logra”, subraya Tomás Eguizabal, titular de la Delegación Primera del Colegio de Farmacéuticos de Córdoba.
Fuente: La Voz del Interior. La Voz del Interior